Peñaranda, Success y Rochina, el tándem de la victoria
Cuando los tres jugadores alcanzan su mejor versión, el Granada crece exponencialmente en sus opciones de lograr los tres puntos
En las cinco victorias del Granada CF hay algo en común. Peñaranda, Success o Rochina aparecen. Suelen ser actores protagonistas de las funciones taquilleras de su equipo, y arrancan los aplausos de una sala ávida de producciones de Oscars.
Success ha sido el hombre más determinante en lo que va de temporada. El problema llega cuando tu hombre más determinante también es el más desesperante. El nigeriano tiene un don único para superar a sus rivales, así como de fallar ante el portero. Fue clave en la primera victoria de este curso, ante el Getafe, en Los Cármenes ante el Athletic Club de Bilbao y en el campanazo de año nuevo ante el Sevilla. Son tres partidos en los que sumó al equipo con goles y lo que siempre da: superioridad física aplastente.
Adalberto Peñaranda debutó en la victoria ante el Athletic Club de Bilbao. Llegar y pegar. Cumplió y convenció. Participó en los dos goles ante los vascos, pero es que ante el Levante el delantero fue el autor de los tantos que posibilitaron llevarse el triunfo del Ciutat de València. Frente al Sevilla también fue uno de los protagonistas con el segundo tanto de los rojiblancos, gracias a una fantástica acción individual del venezolano.
La última victoria ante el Getafe, en el Nuevo Los Cármenes, es lo más reciente que tienen los rojiblancos horizontales en la mente. Bordaron grandes partes del partido, aunque se dejaran empatar inexplicablemente. En ese marco aparece un renacido Rubén Rochina. El valenciano ha encontrado su sitio. Semanas antes ayudó a rascar un punto en La Rosaleda con un cabezazo espléndido, pero para todos quedará en la memoria el ‘rochinazo’ ante el Getafe, que establecía el 3-2 y tres puntos de oxígeno.
Ellos son el tándem de la victoria. Cuando los tres alcanzan su mejor versión, el Granada CF crece exponencialmente en sus opciones de lograr la tripleta de puntos. Un jugador por punto. Sandoval los mima y se monta con ellos en un tándem para cuatro. De la mano, pedaleando y subiendo peldaños, los mismos que necesita en la clasificación. En los entrenamientos charla con ellos, se ríe, busca la complicidad con cada uno, como si de ellos dependiera buena parte de su supervivencia en Granada.