Peñaranda vale tres puntos
El venezolano se convirtió en una especie de talismán para la primera victoria en Los Cármenes esta temporada, el golpe de efecto perfecto
El Granada CF comenzó la temporada enquistado. Sandoval no atinaba a quién debía poner o quiénes tenían que dar un paso adelante y él exigir tal cosa. Ante el Eibar confió en los viejos rockeros. Mainz, Foulquier, Babin, Piti, Rochina, Rober… conocidos de la temporada pasada que finalmente, con mayor o menos brillantez, sacaron adelante la permanencia del equipo.
Pero no comenzó bien la cosa. Al menos frente al Eibar. Ya en la segunda jornada ante el Getafe tiró del bueno de Isaac Success. Desde pretemporada se veía venir que el nigeriano iba a ser una pesadilla para cualquier rival del Granada, incluso para el mismo Granada en ocasiones. Según se dé la semana.
Sandoval, poco a poco, ha ido conformando la estructura de su Granada, sus hombres de confianza. Con altibajos en algunos nombres como con Rober y Piti, el técnico de Humanes giró por completo el once por primera vez en la temporada ante el Athletic de Bilbao. Con El-Arabi descartado por lesión, lo más normal es que Thiévy tuviera su primera oportunidad como nueve del equipo. Nada más lejos de la realidad, no sólo se ‘cargó’ al congoleño, sino también a Piti. Rochina podía entrar en el once, pero tampoco. Con la convocatoria de Peñaranda, delantero del filial, completaba Sandoval su maniobra. Cambio de ritmo de la mano de una delantera de ‘chavales’. Success la comandó (19 años), Rober le dio una pizca de madurez (22 años), y Peñaranda le dio la ilusión de un debutante, y la de un jugador de 18 años jugando por primera vez en la élite del fútbol español.
Sandoval respiró con los tres puntos del domingo. El joven delantero venezolano tuvo buena parte de culpa. Aunque no marcó, participó en los dos tantos. En el primero era el destinatario del pase de Success, que se metió en su propia puerta Laporte. El segundo tanto puso sobre la mesa las virtudes de Adalberto, potencia, buen manejo de su cuerpo y desparpajo. Su jugada no terminó en gol, pero el rebote que se creó de ella terminó en el tanto de Success.
Probablemente lo que más gustó de Peñaranda fueron sus ganas. Sus ganas de correr. Sus ganas de sudar la camiseta. Sus ganas de ganar. Sus ganas de sumar para el equipo y para el lucimiento personal. Aunque fuera el debutante, el novato, el canterano, Peñaranda contagió de alguna manera a todos sus compañeros esas ganas, que se vieron en todos y cada uno de los jugadores del Granada en el día del domingo. A pesar de lo mucho que corría, Adalberto acabó el encuentro bien, teniendo oportunidades, e insistiendo en su manía de amargarle la noche a Laporte. El venezolano tuvo un punto a su favor. Le tocó un escudero inmejorable Fran Rico actuó como capitán, y es que el de Portonovo secundó el trabajo de Peñaranda, y Los Cármenes sonrió a la hora del pitido final. Los tres puntos se quedaban en casa, un golpe de efecto perfecto.
En el Granada CF aún se esperan más golpes de efecto. Nico López sigue siendo esa promesa que vino en verano y todavía tiene la confianza de Sandoval. Su recuperación para la causa debe ser clave para poder optar a más opciones que únicamente la de El-Arabi o… Peñaranda, y es que el venezolano, con el partido que regaló el domingo, no será fácil sacarlo del once.