Perdonan las deudas a una trabajadora de la hostelería que perdió su empleo por la pandemia
La pérdida del empleo le impidió atender todos los préstamos y tarjetas de crédito que tenía contratados, quedando como único ingreso el subsidio por desempleo
El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Granada ha perdonado casi 30.000 euros en deudas a una granadina que trabajaba en la hostelería y perdió su empleo durante la pandemia, lo que le impidió atender todos los préstamos y tarjetas de crédito que tenía contratados, de modo que como único ingreso le quedó un subsidio por desempleo.
En un reciente auto, al que ha tenido acceso Europa Press, el Juzgado de lo Mercantil 2 de Granada exonera a esta vecina del pago de un total de 29.233 euros en aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad, "lo que le ha permitido no pagar sus deudas desde 2020 y empezar de cero sin deber nada a nadie desde este mismo mes".
Desde la Asociación de Ayuda al Endeudamiento, que ha llevado su caso, explican que esta granadina disponía de una nómina que le permitía atender sus gastos sin problemas, pero las complicaciones financieras comenzaron cuando perdió su empleo en la hostelería a consecuencia de la pandemia. Para poder hacer frente a sus gastos cotidianos decidió solicitar diferentes préstamos y tarjetas pero lo único que consiguió fue empeorar la situación pues la deuda fue aumentando y con sus bajos ingresos no fue capaz de hacerle frente.
"La deuda crecía y no encontraba un nuevo trabajo" hasta que escuchó algo acerca de la Ley de la Segunda Oportunidad, procedimiento para las personas que no pueden pagar todas sus deudas, y contactó con los abogados de esta asociación. "Existen dos fines posibles cuando un deudor se acoge a la Ley de la Segunda Oportunidad: conseguir una rebaja de la deuda total con un plan de pagos asumible o lograr el perdón del 100% de las obligaciones", explica el letrado Pepe Domínguez.
La primera actuación realizada por los abogados fue avisar de la insolvencia a los Juzgados de Granada y con ello, la deudora obtendría el primer beneficio, que es no tener que pagar nada y suspender posibles embargos hasta el fin del proceso.
El último paso consistió en presentar una demanda de concurso de acreedores, que en este caso fue a parar en el Juzgado Mercantil 2 de Granada, que ha resuelto sobre este asunto a favor de la trabajadora en un auto fechado a finales de este mes de septiembre.