Ilustres periodistas de Granada alzan la voz por la libertad de prensa: "Muchas cosas las hacemos por sobrevivir"
Con la celebración de este 3 de mayo, los profesionales critican la precariedad económica de los medios y que su autonomía se vea mermada
La prensa o el cuarto poder. No se puede entender la sociedad actual sin la presencia del periodismo, el encargado de trasladar la información a la población. Con toda la fuerza que emana de unas letras escritas en un periódico o de unas palabras pronunciadas en la radio, muchos han querido controlar a los profesionales a lo largo de la historia. Los que lo han logrado han desarrollado una amplia carrera como dictadores y, los que no, luchan por adentrarse de manera más implícita en ellos.
Cada 3 de mayo se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa. En un mundo tan global pero diferente, esta es una profesión de riesgo según el lugar y la situación en la que se desarrolle. Según un estudio de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), en 2021 fueron asesinados 45 profesionales mientras hacían su trabajo. Por lo tanto, esta fecha se utiliza para denunciar el maltrato y las presiones externas que reciben quienes se dedican a informar.
El término libertad de prensa en España no es de la prehistoria, pues el régimen franquista que dirigió el país durante más de tres décadas impidió a los periodistas cumplir con la base de su ocupación. GranadaDigital ha hablado con tres periodistas de la época final de la dictadura y de inicios de la Transición para explicar la autonomía que tenían en esos años y su comparación con cómo es hoy en día.
El punto de vista de tres profesionales que han visto evolucionar el periodismo
No hay mejor manera de entender el estado de los periodistas que con una anécdota que cuenta Alejandro Víctor García, quien además de trabajar en medios granadinos lo hizo durante 16 años en El País. El profesional comenta que estuvo seis meses en libertad bajo fianza por escribir un artículo ironizando sobre el despido de una madre soltera de un colegio en unas fechas donde se estaba debatiendo la ley del aborto. "Era una cosa propia de la época, y muchos compañeros acabaron incluso condenados", asegura.
En el resto de su trayectoria, García resalta que siempre escribió con plena libertad, aunque sí recibió presiones. "Me llegaron a prohibir que nombrara a un político de Granada que ocupaba puestos de relevancia. Me negué, lo seguí nombrando y me quedé sin trabajo". Aun con muchas piedras en la mochila, no fueron pocos los periodistas de la época quienes se enfrentaron a los poderosos y ejercieron su labor con profesionalidad.
"Todo aquel que escribe cuatro líneas se piensa que es periodista, y eso es muy grave”, asegura Encarna Ximénez
Otro de los casos es el de Encarna Ximénez, quien se considera una trabajadora autónoma y que pasó muchos años en la radio. El trabajar sin un jefe concreto "significa no estar supeditada". "Nunca me han retirado una línea o me han quitado una palabra", indica mientras duda si eso fue mérito o suerte. Otro de los 'guerreros' de la profesión es Andrés Cárdenas, quien empezó a ejercer durante el franquismo. El periodista se siente "satisfecho" con su labor y por haber "sobrevivido" en un momento inicial donde la libertad de prensa "no existía".
Esta autonomía en las publicaciones ha cambiado a lo largo desde el siglo pasado a la actualidad. Ximénez menciona la evolución de la tecnología como causa de este cambio, pues antes solo había una única posibilidad de enterarse de las noticias. Internet provocó un amplio abanico de ofertas informativas, unas fiables y otras muchas sin ningún tipo de rigor. “Como sociedad debemos ser conscientes y encontrar medios adecuados y profesionales”, opina mientras hace una reflexión. “Ahora parece que todo aquel que escribe cuatro líneas se piensa que es periodista, y eso es muy grave”.
Como todo en la vida, la libertad de expresión también está en manos del dinero
No obstante, los otros dos periodistas creen que el factor diferencial de la libertad de prensa actual con la pretérita va más allá del propio periodista. García considera que "la pelota está en manos de las empresas y de su solvencia económica", pues las crisis han provocado que muchos medios de comunicación tengan problemas para sobrevivir y busquen la forma de mantenerse.
Sin olvidarse de que los periodistas son trabajadores que requieren un salario a final de mes, la debilidad monetaria de sus compañías hace que tengan que buscarse las habichuelas y pactar acuerdos con instituciones o empresas. Cárdenas asegura que "cuanto más independiente sean los medios económicamente, más lo serán en todo". Pero la teoría es una cosa y la práctica es otra. Asimismo, estamos en un mundo donde el periodismo "no tiene más remedio que sobrevivir sacrificando un poco la libertad de expresión", se lamenta Alejandro García.
"Cuando tienes tu vida segura, las bases sobre las que asientas tu trabajo son mucho más fuertes", explica Encarna Ximénez
Ximénez también menciona el dinero como un elemento imprescindible si se quiere hablar de libertad en el periodismo. La profesional indica que la forma en la que la sociedad ve a los comunicadores cambiaría si se tuviese "solvencia económica", ya que, "cuando tienes la cabeza despejada y tu vida segura, las bases sobre las que asientas tu trabajo son mucho más fuertes".
Condicionados o no por elemento ajenos a su ética profesional, el periodista es el intermediario entre una noticia y la sociedad. Si deciden callarse están faltando el respeto al resto de personas, pero también hay que entender que muchos lo hacen por miedo a represalias. García explica que en su época estos eran más "rebeldes", y que por ellos le deprime ver cómo se callan muchas informaciones.
¿Es posible la amistad entre periodistas y poderosos?
La relación entre periodistas y políticos o gente opulenta siempre ha generado un debate y todo tipo de respuestas. A nadie se le escapa que, según comenta Ximénez, "la gente poderosa nos teme tanto como nos utiliza cuando les interesa, y nos necesitamos mutuamente". Aun así, tanto ella como Cárdenas anteponen la profesionalidad antes que verse envueltos por sus críticas o incentivos. "El periodista tiene que poner a cada uno en su sitio, y su labor es denunciar aquello que está viendo", sintetiza el andaluz.
"El periodista tiene que poner a cada uno en su sitio, y su labor es denunciar aquello que está viendo", comenta Andrés Cárdenas
Para finalizar, los tres protagonistas están de acuerdo en una afirmación, que hay que cuidar al periodista. Ximénez cree que este se debe dar mediante un salario "digno y adecuado". Además, recalca que "el respeto de nuestra profesión hay que ganárselo en el día a día". Por otra parte, los dos varones consideran que el cuidado tiene que venir por parte de la sociedad. "Los receptores de la información no nos valoran y se ha ido deteriorando la idea de lo que es un periodista", critica García.
El 3 de mayo es una fecha muy importante para el periodismo. No es una efeméride propiamente dicha, sino un día en el que resaltar el valor de una labor correcta, de una en la que nadie obliga qué se tiene que decir y qué no. Así, cabe destacar una frase de George Orwell, y es que "la libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír". Por ello, este martes no habrá mejor celebración que contar lo que no quieren que se cuente.