Personas con empatía y sus excelentes efectos terapéuticos
La empatía es la capacidad para comprender las mociones y sentimientos de los demás. La empatía no es solo un acto de humanidad, tiene efectos terapéuticos. Por tanto, no es un algo más, es el núcleo duro de la relación entre personas porque además disminuye los elementos estresores.
Personas con empatía, son personas cercanas, que utilizan la ternura y la amabilidad, son personas que ponen la calidad con calidez. Son personas que saben del efecto terapéutico que tiene la empatía.
La empatía fortalece. Para conseguir empatía con alguien es fundamental escuchar (mirar a la cara, asentir, resumir lo que dice la otra persona, preguntar,….). La escucha empática: la empatía es la piedra angular para vencer cualquier batalla. Aprender a escuchar teniendo en cuenta todos los cómos y porqués de la persona que tenemos delante debería ser una de nuestras máximas antes de iniciar una conversación. Además es necesario quitar virus y bacterias de la comunicación para que la relación sea lo más adecuada posible y no se infecte. Es importante quitar virus como:
- Acusaciones
- Amenazas
- Exigencias
Y también bacterias:
- Juicios
- Menosprecios
- Ironía
- Etiquetas
- Generalizaciones
La empatía es mostrar comprensión. La empatía es dejar al lado los juicios. Empatizar es prestar ayuda emocional. Y todo ello nos ayuda a conseguir confianza. La empatía es conciencia, es capacidad, es destreza, es esfuerzo por comprender y entender. Y es que seguro que muchas veces nos hemos hecho preguntas del tipo: ¿Qué pensamos de la otra persona? ¿Qué siente? ¿Cuáles son sus miedos? ¿Cuáles son sus necesidades? Y seguro que la respuesta a todas ellas nos ayuda a medir nuestro grado de facilidad o dificultad para ser empático. La clave es percibir lo que las otras personas sienten y con ello ayudarles a conseguir su propósito. Por tanto, la clave es escuchar para comprender, no solo para responder.
Es frecuente que cuando hablamos de empatía, nos viene a la mente una toma de perspectiva, una atención con compasión o esa idea o habilidad de ponernos los zapatos del otro, o mejor dicho ponerse al lado del otro para conocer sus miedos, sus frustraciones, sus necesidades, sus ideas, sus sentimientos,.....Esa idea de saber cómo nos sentimos es la empatía.
La empatía representa la habilidad sensitiva de una persona para ver el mundo a través de la perspectiva de la otra persona. La empatía es una actitud comunicativa que nos permite abarcar todas las interacciones interpersonales, independientemente de quien sea la persona que tenemos delante, estemos o no de acuerdo con ella, simpaticemos o no con ella. La empatía no busca lo positivo de la situación, simplemente busca entender a la otra persona. Se escucha para comprender, no necesita la aprobación, reconoce las emociones sin juzgar. En la empatía buscamos “entender y reconocer las emociones del otro”. La empatía nos llevará a tener conexiones más duraderas y auténticas.
Y es que la empatía supone respeto a la otra persona.
En los profesionales sanitarios, sabemos que los más empáticos obtiene mejores resultados en salud. Se habla mucho de la necesidad de empatía con los/as pacientes. Así se dice que los pacientes con diabetes, atendidos con mayor empatía, mejoraron su control metabólico y sus niveles de colesterol. Por otra parte los/as pacientes cuyos médicos mostraban mayor empatía, presentaron menos complicaciones metabólicas agudas que los/as pacientes que mostraron menor empatía. Además, disminuye los reingresos de los pacientes y los pacientes que perciben a sus médicos como empáticos experimentan menos ansiedad y estrés, lo que contribuye a una mejor recuperación. La empatía también tiene un impacto en el bienestar emocional del paciente. Los pacientes que perciben empatía de sus profesionales sanitarios tienden a sentirse más comprendidos y apoyados, lo que contribuye a un mayor nivel de satisfacción con el tratamiento y cuidado recibido.
No podemos olvidar que el cumplimiento del tratamiento también tiene una relación con la empatía. Los pacientes que sienten que sus profesionales de la salud se preocupan genuinamente por ellos son más propensos a seguir las recomendaciones sanitarias y adherirse a los tratamientos prescritos. Esto se traduce en mejores resultados de salud y una recuperación más rápida.
Otro aspecto para destacar es el impacto emocional y psicológico de la empatía. La comprensión y el apoyo emocional pueden fortalecer la resiliencia del paciente, ayudándole a enfrentar mejor su condición de salud. Esto es especialmente importante en pacientes con enfermedades crónicas o terminales, donde el manejo del aspecto emocional es tan crucial como el tratamiento físico.
La empatía también puede jugar un papel en la reducción de errores sanitarios porque disminuye el burnout. Un profesional de la salud empático tiende a ser más atento y a escuchar mejor, lo que puede llevar a un mejor entendimiento de los síntomas y preocupaciones del paciente y, por ende, a decisiones clínicas más informadas.
Para ello, es importante trabajar aspectos como el contacto visual, cuidar el lenguaje no verbal, tener atención a las emociones, trabajar la entrevista motivacional o establecer metas para abordar los diferentes aspectos de la salud.
Las habilidades para contar historias que logren emocionar a la audiencia es un aspecto muy importante , así cómo las informaciones que traen consigo la dosis de sensibilidad y de emoción necesarias para lograr una reacción provechosa para los actores implicados en la conversación.
Por tanto, la empatía es una competencia clave de la inteligencia emocional que se pone de manifiesto a la hora de comunicarnos y relacionarnos con los demás. La empatía es la capacidad de ver el mundo como la otra persona, para compartir y comprender sus sentimientos, necesidades, preocupaciones y estado emocional.
Estos son algunos de los beneficios de la empatía en el trabajo:
1. Tomar el tiempo y la actitud óptimas para entender las necesidades de los colaboradores o compañeros.
2. Tener la actitud adecuada a la hora de llegar a acuerdos, para resolver conflictos.
3. Entender y proporcionar a los compañeros y colaboradores lo que necesitan para avanzar crea un sentido de confianza y fortalece las relaciones dando lugar a una mayor colaboración y mejora de la productividad.
4. Sentirnos comprendidos, escuchados y respetados por nuestra forma de pensar ayuda a ser más abiertos a la hora de expresar nuestras emociones.
5. Gracias a las «neuronas espejo» siendo empáticos contagiaremos a los demás a serlo, creando un ambiente de conexión que hará el entorno de trabajo mucho más agradable y enriquecedor.
Y todo ello necesita entrenamiento. Y constancia.
Claves para ser más empático:
- Practicar la escucha con la intención de entender al otro.
- Partir de la base de que la forma de ver las cosas es única, es decir, cada uno tiene su propio punto de vista y todos son válidos y respetables.
- Entrenar la capacidad de entender las propias emociones. Así será cada vez más fácil entender las de los demás.
- Evitar el aconsejar si no lo piden expresamente.
- Enfocarse en comprender al otro en vez de juzgarlo.
Y es que no vemos las cosas como son, sino vemos las cosas como somos. Porque las personas que ayudan a otras a brillar, saben que hay espacio para todos. El mundo precisa de empatía.
"Cuando veas a un paciente, acuérdate que la enfermedad ya lo está tratando mal como para que tú lo hagas muy bien".
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