"Las personas cuidadoras son fundamentales porque se necesitan según el modelo asistencial que hay"

El psicólogo Gonzalo Toscano, técnico de intervención en proyectos para mayores en la Fundación Albihar, resalta la labor de quienes cuidan a familiares que lo necesitan

taller de cuidadores de Albihar
Uno de los talleres para cuidadores impartido en la Fundación Albihar | Foto: Fundación Albihar
María José Ramírez
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Cada vez son más las personas que se dedican a cuidar de un familiar mayor que lo necesita y también los profesionales que prestan cuidados a través de la Ayuda a Domicilio. Los cuidadores desarrollan una labor muy importante, muchas veces invisible. Para reconocer tanto la labor de los cuidadores profesionales como la de los familiares que cuidan se decidió impulsar el Día de las Personas Cuidadoras, que se celebra cada 5 de noviembre desde 2014. En Granada, la Fundación Albihar lleva 25 años prestando apoyo a familiares cuidadores, que “son fundamentales porque se necesitan según el modelo asistencial que hay”, como destaca Gonzalo Toscano, psicólogo y técnico de intervención en proyectos para mayores de dicha fundación.

“Una persona cuidadora, tal y como está el sistema en España, es la base del cuidado para las personas dependientes. Por ejemplo, en Andalucía, es verdad que Servicios Sociales está haciendo una labor muy grande y están las leyes de Dependencia o la ayuda a domicilio, pero en determinados casos, la labor de los cuidadores es básica porque solo con la dependencia se queda corta”, indica el psicólogo de la Fundación Albihar. “También trabajamos con personas mayores en situación de soledad y nos encontramos cada día con casos en los que la asistencia de servicios públicos y demás no es suficiente para cubrir la dependencia que puedan llegar a sufrir estas personas. Y si a esto se le suma la soledad, el papel que tienen los cuidadores es fundamental”, añade.

Los cuidadores son, en su mayoría, mujeres de mediana edad, que suelen tener “lazos de unión con la persona a la que cuidan”. “Suelen ser la hija, la hermana o la madre, en el caso de niños que necesitan recibir cuidados. Hay algún caso de hombres, pero es muy peculiar”, detalla Gonzalo Toscano.

Estas personas, cuando asumen el papel de cuidar a un familiar pueden sufrir problemas físicos, emocionales y psicológicos ya que la vida les cambia en muchos aspectos debido a las nuevas tareas o responsabilidades que tienen que asumir o por las habilidades que necesitan para ello. “Los cuidadores sufren sobrecarga física. Son personas que, normalmente, no tienen nociones de enfermería y de cuidado y se encuentran en una situación para la cual no están preparadas. Les viene de pronto y no les queda otra que aprender a base de golpes. Son gente que no tiene experiencia y que se sobrecargan físicamente. Si tienen que levantar, duchar o vestir a una persona, se sobrecargan a nivel físico y tienen problemas de salud de ese tipo, como dolores de espalda”, comenta Gonzalo Toscano. Para ello, en la Fundación Albihar trabajan “para darles formación y que no se sobrecarguen tanto físicamente”.

A nivel psicológico también los cuidadores “sufren sobrecarga emocional, el llamado síndrome del quemado”. “A medida que la dependencia se va haciendo más grande, se ven incrementados todos los niveles. Hay gente que deja su vida de lado para cuidar a esa persona o su trabajo lo tienen que dejar. A largo plazo, se convierte en una codependencia, porque la persona dependiente necesita a la persona cuidadora y la cuidadora acaba girando su vida en torno a la persona a la que cuida. Esa sobrecarga es bestial. Le ocupa casi todo su día y eso produce situaciones de depresión, ansiedad, autoestima bajísima, falta de sentido propio de su tiempo”, explica Toscano. “Las personas cuidadores son personas que se acaban descuidando por cuidar demasiado a otra persona”, resume.

Para ayudar a las personas cuidadoras, la Fundación Albihar ofrece talleres formativos para disminuir la sobrecarga física, talleres de inteligencia emocional y otros para saber comunicarse con la persona a la que cuidan. A través de voluntariado también ofrecen "servicios de respiros psicológicos o respiros de tiempo". "Son voluntarios que suelen ir una vez o un par de veces a la semana a hacer compañía a la persona mayor. Así, los cuidadores tienen ese tiempo para invertir en ellos, salir y despejarse. Motivamos a las familias a que utilicen esa ventana para poder dedicarse tiempo a uno mismo”, destaca Toscano.

Los granadinos que sean cuidadores y quieran recibir ese apoyo por parte de la Fundación Albihar pueden contactar a través del teléfono, el email o de los canales en redes sociales de dicha fundación. También quienes quieran ser voluntarios de la fundación y prestar sus cuidados a mayores que se encuentran en situación de soledad a través de los programas ‘Ayudando a cuidar’, que es de acompañamiento domiciliario, o ‘Siempre acompañados, de Fundación La Caixa, Ayuntamiento de Granada y la propia Fundación Albihar, que trabaja la soledad no deseada en personas mayores desde un punto de vista de red comunitaria, donde intervienen tanto asociaciones, entidades públicas y empresas como los propios barrios, a través de los pequeños comercios y la ciudadanía.