Personas echadas para adelante
La fuerza interior existe, es la de nuestra determinación: poderosa, inconformista, que no repara sólo en lo que otros piensan y potencia las fortalezas
Dice la Real Academia de la Lengua que ser echado para adelante es ser emprendedor, es ser una persona que va de frente para adelante y con la cabeza en alto; porque para atrás ni para tomar impulso, cómo decimos coloquialmente.
Ser echado para adelante es ser osado. Es la actitud del que es resuelto y está convencido sobre lo que debe de hacer.
Explica María Garcés que ser echado para adelante es ser fiel con uno/a mismo/a. Añade que ser echado para adelante es vivir pase lo que pase. Además, dice que ser echado para adelante es ser un imperfecto valiente. Y también comenta que ser echado para adelante es no salir a probar sino a conquistar. Incluye en sus reflexiones que ser echado para adelante es reconocer los errores y aprender. Y con ello, ser echado para adelante es hacer las cosas con AMOR.
Ser echado para adelante es saber ser fiel al corazón sin menospreciar a la razón. Ser echado para adelante es serlo no de apariencia, si de corazón. Ser echado para adelante ate es hacer la cosas poniéndole 'h-alma', corazón y vida.
Pero ser echado para adelante es muchas cosas más: es mantener el pulso firme para escribir un NO sobre ciertas cuestiones que nos desmerecen o desmerecen a otros.
También ser echado para adelante es tener el valor de cuestionarnos sin rebajarnos. Es ser capaz de reforzarnos sin alardear.
Además ser echado para adelante es tener el valor de decir "yo puedo" cuando todo corre en nuestra contra, así como hacer cosas que otros valoran como imposibles como decir “me quiero” aunque nos ahogue el miedo.
Junto a todo ello, se echado para adelante es ser capaz de escuchar nuestro interior a pesar del ruido ajeno. Es mantener la ilusión y luchar por nuestros sueños sin necesidad de alicientes externos.
Y es que la fuerza interior existe. Esta fuerza es la de nuestra determinación, que es poderosa, inconformista, no repara solo en lo que otros piensan y potencia las fortalezas para que alcancemos cosas increíbles.
Ser echado para adelante es saber celebrar la vida aun sabiendo que no todo en ella son ni serán sonrisas.
Ser echado para adelante es conseguir mantener la alegría cuando andamos por arenas movedizas, así como observar la belleza del paisaje en medio de la contaminación.
Por tanto, ser echado para adelante es valorar lo que uno tiene, lo que tenemos y disfrutarlo.
Y es que ser echado para adelante es tener el valor de decir NO a cosas que nos gustan para poder alcanzar otras mejores. También es tener la habilidad de sacar de nuestra vida a quien no merece disfrutarla. Además es tener valor de mirar a los ojos a quien nos ha hecho daño sin fruncir el ceño o incluso es ser capaz de calzarte los zapatos de un amigo cuando está sobre la cuerda floja. Es ser alguien con empuje, que no se amilana con nada. Es quien está en la primera línea.
Podemos decir más cosas, porque ser echado para adelante es atreverse a formular esas preguntas para las que probablemente no hay respuesta concreta y también saber mantenerse de pie cuando tenemos debajo el vacío.
Ser echado para adelante es no tener miedo al NO, es no ir a lo fácil. Es ser una persona atrevida, que no se raja. No es no conocer la timidez, sino reconocer la vergüenza y saltarnos sus barreras. Es además, tener la dignidad de coger la pala para hacer camino, de no cambiar el rumbo ante un cartel que ponga "en obras" sino trabajar para poder continuar caminando por él.
Ser echado para adelante es asumir retos y actuar con determinación en la vida para conquistar nuestros sueños. Es atreverse a emprender. Es ir a conseguirlo, porque ir a ello es crear probabilidades de éxito. Es ser muy audaz y emprendedor.
Determinación implica deseo genuino más convicción. Determinación es orientación, es saber hacia dónde queremos ir; es terminar con una situación que no nos gusta y ponernos las pilas para conseguirlo.
Cuando nuestra actitud es determinada nos centramos en un objetivo, nos convertimos en el ser más persistente de la tierra y nos buscamos la vida para conseguirlo. De hecho, la palabra 'determinación' implica:
- Dirección (prefijo, de)
- Terminación
- Acción
Para ello, hemos de dejar de dar tantas vueltas a la cabeza y atrevernos a entrar en otros espacios más sutiles, lugares un tanto prohibidos, pero profundamente poderosos: el deseo genuino y la convicción. Que queramos algo mucho, no significa que vayamos a conseguirlo. El deseo es el primer paso, pero necesita la convicción, es decir, buscarnos la vida para conseguir nuestro sueño.
Tener la determinación de hacer algo es mucho más enérgico que tomar una decisión o querer algo. Por eso, no es de extrañar que las personas que han logrado grandes objetivos o que tienen una capacidad extraordinaria de aprender tengan una fuerte determinación.
La determinación debe ser sincera y con carácter de permanencia hasta que se logre un acuerdo que satisfaga e incluya a una mayoría suficiente. Tan sincera y fuerte debe ser esa determinación como única salida posible y realista.
Es decir, somos capaces de dirigirnos a lo que deseamos y terminamos con situaciones que parecían un imposible. Y esta es la magia que nos está esperando en nuestra vida. Pero, para ello es necesario, imprescindible diría yo, identificar nuestro deseo genuino y entrar en contacto con la esencia de la fuerza, nuestro instinto.
En definitiva ser echado para adelante es salir al terreno de juego habiendo perdido los últimos partidos, es atrevernos a realizar lo que esté en nuestra mano para conseguir nuestras metas. Es crear reflexión del error, sacar aprendizaje de la reflexión y convertir el aprendizaje en acción.
Es tener la valentía de mirar en nuestro interior, reconocer nuestra vulnerabilidad humana pero mostrarnos al natural. Es no pretender alcanzar la perfección sino manejar lo mejor posible cada situación.
Ser echado para adelante es cuidar lo que está nuestras manos. Es conservar nuestra capacidad de amar a pesar del dolor. Es ser original. Es saber callar cuando nos apetece estallar, es desahogarnos cuando no queremos hablar, es ser capaz de decir "lo siento", "te necesito" o "te echo de menos".
Es intentar hacer reír al serio, manifestar nuestros anhelos y no avergonzarnos de los actos de amor. Es reivindicar el valor por lo que somos, no por lo que tenemos. Ser echado para adelante es pretender que se nos defina por nuestra capacidad de amar.
¡Qué difícil! Pero necesario y posible para vivir la vida. Y os lo dice uno que es echado para adelante.