Las personas faro que necesitamos en nuestra vida
Las 'personas faro' son ese soporte que todos necesitamos en algún momento, esos seres que irradian luz y te protegen
Leía en Twitter a @Cuidaralqcuida que decía: "Las 'personas faro' son ese soporte que todos necesitamos en algún momento, esos seres que irradian luz y te protegen. Son empáticos, pueden entender el dolor del otro, brindan ayuda y consuelo lo más que pueden".
Las personas faro son aquellas que tienen una vibración intensa, brillante, única y que llega a muchas otras personas. Esos seres que son líderes natos para cosas buenas, con un gran corazón que llenan de luz el camino de otros.
Y eso me ha abierto la mente a encontrar esas personas con las que puedes confiar, que necesitas en el día a día, que son importantes para crecer, que te ayudan a enfrentar retos, que permiten superar obstáculos y caídas, que facultan pensar y analizar, que abren a innovar, que sirven para servir a los demás. Y hacer todo esto, necesita esfuerzo porque sin esforzarse, no es posible.
Las personas faro ayudan a tener la claridad en la vocación de servicio, en los porqués y en las estrategias, tener autodisciplina en esforzarse y en innovar permanentemente, y resistir cuando todo se ponga feo o las cosas no parezcan tan claras.
Su generosidad y amabilidad son dos constantes en su vida y en la gente que els rodea. Son empáticos, pueden entender el dolor del otro, sin duda, brindan ayuda, protegen y dan consuelo todo lo más que pueden. Su ideal es hacer el bien a las personas que lo rodean y brindarles un camino fácil para donde quiera que vayan. Son personas que actúan como los faros de un puerto o un acantilado, son fuertes y brillan en medio de la oscuridad, para dejarnos ver el camino por donde podemos cruzar. Gente que nos comparte su historia, su testimonio para reforzarnos y no rendirnos.
Las personas faro saben escuchar, dialogar y han aprendido a decir las palabras adecuadas en cada situación, por muy complicada que sea. No tienen falsos prejuicios hacia nosotros y nos aceptan tal cual somos. Junto a ellas la vida se hace más amena, más alegre.
Nos dan esperanza cuando no la tienes, se ponen en nuestro lugar y nos aconsejan constructivamente.
Cómo explica Javier Barez en su blog 'El Faro': "El faro y los/as fareros/as -quien cuida y maneja el foco del faro- representan a todas aquellas personas u organizaciones que ejercitando su inteligencia emocional, haciendo uso de sus competencias emocionales se esfuerzan en transmitir su experiencia y conocimiento, su mensaje emocional que pueda ayudarnos a abrir caminos en esta aventura de la transformación social".
Los faros están completamente expuestos a las inclemencias de todo tipo, afrontándolas con gran fortaleza, valentía y enorme paciencia. Inspiran tranquilidad, confianza. Crean a su alrededor un microclima emocional positivo.
Son un punto de referencia permanente. Durante el día con la belleza y presencia de su silueta, visible desde gran distancia y desde los cuatro puntos cardinales, de noche con su inconfundible y salvadora luz que resalta e ilumina por encima de cualquier otra luz.
Los faros envían sus diferentes mensajes de luz a los cuatro vientos.
Necesitamos para cada uno de nosotros personas que actúen como faros y que nos aporten la luz necesaria para poder vivir lo mejor posible.