Personas valientes, activas y perseverantes, personas que saben solucionar problemas
Lo cuenta el filósofo José Antonio Marina y habla de personas orientadas a la acción. Las personas que saben solucionar problemas son valientes, activas y perseverantes.
Y buscando en ellas, encuentro las características que estás personas tienen:
Personas valientes: Los acompañantes de ser valiente son la fortaleza, la superación, el coraje, la osadía, la temeridad, el riesgo…Pero también la prudencia, la mesura, la cautela… son signos de valentía, de ser valiente.
Una persona valiente es una persona que gestiona muy bien sus emociones. Que tiene mucha fuerza de voluntad. Que tiene las ideas claras. Que sabe afrontar sus inseguridades, sus miedos. Y que actúa con firmeza y con seguridad.
Una persona valiente es una persona que no teme equivocarse, no teme al pensamiento de qué dirán los demás. Que tiene una gran autoestima, seguridad en si mismo, y sobre todo, que no tiende a adelantar acontecimientos, no tiende a anticipar.
Valentía no es no sentir, ni experimentar malestar, dolor o sufrimiento. Ser valiente no es superar las dificultades sin pedir ayuda. Ser valiente no significa no tener ningún momento malo y estar siempre estable y dispuesto a superar la adversidad.
La ciencia nos dice que esta competencia no siempre nos viene de fábrica, ya que no se aloja en el corazón de los genes, sino que cada uno la desarrollamos en una medida, nos lo cuenta La mente es maravillosa. Y añade que son instantes existenciales en los que solo se tienen dos opciones, avanzar y atrevernos a beber agua de la charca con los leones o, simplemente, morirnos de sed.
Se trata más bien de saber manejar el miedo, de saber transitar con la incertidumbre y aceptar que los días malos también existen. En realidad, esta dimensión florece en los pequeños actos cotidianos, esos en los que cada cual va venciendo sus miedos e inseguridades.
Son conductas sencillas que logran transformar la realidad y adecuarla al bienestar propio en sintonía con las necesidades, los principios y los valores.
Las personas valientes también disfrutan de una buena salud emocional. Todas ellas cultivan, practican y refuerzan muchas de estas dimensiones:
- Serenidad para ver y aceptar las cosas tal y como son.
- Buena autoestima para salvaguardar su identidad y trabajar por sus necesidades.
- Adecuada gestión del miedo y las inseguridades.
- Conducta motivadora.
- Saber aceptar aquello que no pueden controlar, sin enfadarse, bloquearse o frustrarse.
- Ser mentes que creen en la esperanza y alimentan la ilusión cotidiana.
Algunos rasgos o tendencias de personalidad que dificultan ser valiente:
- La necesidad de tener todo bajo control.
- La tendencia a adelantar acontecimientos
- La baja tolerancia a la incertidumbre
- La baja tolerancia a la frustración.
- El miedo a equivocarse
- El perfeccionismo
- El miedo al que dirán
- La baja autoestima e inseguridades personales
Todos estos rasgos pueden limitarnos a la hora de ser valiente, a la hora de atrevernos a llevar a cabo un comportamiento que implica un cambio, un riesgo.
La valentía es una de las fortalezas de la persona que es importante entrenar diariamente, sin ella es probable que no alcancemos el bienestar, la serenidad, la satisfacción y el crecimiento personal, porque la valentía está implícita en todas las áreas de nuestra vida.
Y para ello, es importante tolerar los temores, ser dueño de nuestro destino, revisar que suele producirnos temor, comprender el temor que nos acecha, tener claros los objetivos que nos darán valor, no anticiparnos, no necesitar la aprobación de los demás, confiar en uno mismo, arriesgar, ser asertivo, tener metas y luchar por ellas y aprender.
Personas activas: La activación se convierte en aquello que nos hace desarrollarnos como seres humanos, como seres predeterminados a resolver problemas y a estar activos en pro de la supervivencia. La felicidad se obtiene gracias al movimiento, de ahí la importancia de ser personas activas.
La activación se convierte en aquello que nos hace desarrollarnos como seres humanos, como seres predeterminados a resolver problemas y a estar activos en pro de la supervivencia.
Y algunas de sus características son:
La agilidad
Una persona activa es una persona ágil y funcional, capaz de enfrentar los quehaceres cotidianos y de valerse por sí misma de forma independiente y efectiva.
La resistencia
Alguien que toma decisiones en beneficio a su salud, dispondrá de una mayor resistencia física que le capacite para ser más productivo en el día a día y vivir con una mayor calidad.
Las emociones
Una vida activa no solo se evidencia en el plano físico, también en el emocional. Una persona activa es capaz de construir pensamientos productivos, reduciendo aquellos negativos que resultan paralizantes para desarrollar el camino hacia los objetivos. Asimismo, realizando actividad y estando en forma somos capaces de reducir el estrés y las tensiones acumuladas, encontrando el bienestar, relativizando las preocupaciones y sintiéndonos mejor.
El descanso
El ejercicio físico aporta una gran sensación de bienestar durante y después de la práctica. De esta manera induce a un estado de relajación y favorece un descanso de calidad.
La seguridad
Una persona activa tiene una mayor estabilidad, mejora la postura corporal y reduce drásticamente el riesgo de sufrir lesiones. Implica tener mayor confianza, autoestima, bienestar, salud y calidad de vida.
Personas perseverantes: Las personas perseverantes siempre terminan lo que han empezado, son decididas y tienen una voluntad firme. Se trata de un valor muy reconocido y apreciado en la sociedad. Cualquiera que se plantee un objetivo, y luche contra viento y marea para conseguirlo, tiene lo necesario para alcanzar el éxito.
- Poseen una ferrea voluntad
- Concluyen lo que empiezan
- Hacen lo que no les gusta hacer
- Dominan sus propios temores
- Actúan con determinación
- Son personas resilientes
- Son pacientes
- Son exigentes con ellos mismos
- Disfrutan el camino
- Son entusiastas y creativas
Enfrentarse con la dificultad, ser capaz, tener una inteligencia resuelta como antídoto a la inteligencia perezosa, una inteligencia valiente que permita con el entrenamiento aumentar la resistencia, la energía, fomentar el optimismo y crear el hábito que permitirá encontrar la solución.