Pido perdón a los delincuentes
Omar Jerez dice que el rollo de que "somos marginales" se lo contáis a otro, pero a él no
El domingo 22 de enero estando de absoluto relax en Granada con mi pareja recibo una llamada a las tres de la tarde y me comunican que mi casa de Madrid ha sido ocupada por unos “desconocidos”.
Le explico la situación a Julia Martínez y ponemos en marcha un dispositivo para saber con precisión cómo abordar la situación si al llegar a mi casa de Madrid nos encontramos la vivienda ocupada, para actuar con la cabeza fría y sin perder los nervios.
¿Es posible mantener la calma en una situación como ésta?
¡Imposible!, me dio un derrame en el ojo izquierdo y Julia estuvo tres días con contracturas.
El mismo día de la llamada salimos de Granada con rumbo a Madrid y al llegar a casa nos encontramos que mi vivienda afortunadamente no había sido ocupada, pero esa noche, o al día siguiente tenían intención de meterse un grupo de personas deliberadamente.
Imaginaros fríamente a Julia y el que suscribe esta narración hallarnos en casa y saber que un grupo de personas quieren entrar en tu hogar, no dormimos esa noche, el estado de alerta estaba instaurado en nuestro subconsciente.
Me levanto al día siguiente y me encuentro a la persona que tenía intención de ocupar mi vivienda y debo decir que el sujeto en cuestión es mi vecina y mantuve llamémosle protocolo un dialogo en estos términos.
Me pregunta que sí le puedo ceder el piso a su hija/o por que lleva varios meses sin verme y que me lo cuidan para hacerme “un favor” obviamente le contesto con calma y muy educado con un rotundo NO, que es mi casa y que he venido para quedarme y no marcharme nunca como método de disuasión para que no se les ocurra meterse en la vivienda.
Esta familia que vive encima de mí ya ha ocupado en el mismo bloque otras dos viviendas, la primera fue la de una mujer que estuvo ingresada en el hospital y al llegar a la semana su casa ya estaba ocupada por uno de sus hijos, por si no fuera suficiente la segunda que decidieron que también les pertenecía es la de una anciana de 80 años con un hijo en coma al que cuidó largos periodos y al llegar a su casa se encontró con la cerradura cambiada sin poder acceder a su vivienda. A una vecina que vive en la misma planta que yo le han “sugerido” los vecinos de arriba que se marche ya que recientemente se quedó viuda y la casa es muy grande para ella, instalando al día siguiente cámaras de seguridad y alarma conectada para protegerse al estar sola.
Algunos miembros de esta familia han sido detenidos por tráfico de drogas, robos de coches y ciclomotores para su posterior reventa.
Hemos crecido juntos en un barrio obrero y pobre como Vallecas, pero unos decidisteis vivir de las ayudas y no hacer nada cómo parásitos, y otros optamos por formarnos y buscar opciones de vida para salir del escombro.
Tenemos tres bibliotecas la cual no habéis pisado jamás, colegios públicos, institutos de educación secundaria, asistencia sanitaria, un piso del IVIMA pagando una cantidad irrisoria, banco de alimentos que nos facilitan de primera necesidad, becas para seguir estudiando con el material pagado y por el hecho de estar en riesgo de exclusión social tenemos programas para la búsqueda de empleo y me pongo como testigo que yo he vivido en las mismas circunstancias y oportunidades que vosotros.
Os alerto de una situación importante, si alguna vez al llegar a vuestra casa os encontráis con la cerradura cambiada y hay gente dentro, en el momento que llames a la policía ya tienes que esperar mínimo un año hasta que el juez/a dictamine una resolución y decida expulsarlos, porque si intentas entrar en tu casa el que está cometiendo un delito eres tú.
Siento decirte que no es una broma
Omar Jerez dice que el rollo que somos marginales se lo contáis a otro pero a él no.
Si no puedes ver el vídeo, pulsa aquí
Comentarios
2 comentarios en “Pido perdón a los delincuentes”
marina chateaubriand
5 de febrero de 2017 at 13:14
Una tirste realidad, pero asi es. Hay gente que elige vivir como parásitos escudándose en su situación desfavorecida sin haber hecho el más mínimo esfuerzo para salir de ella. Y luego echan la culpa de su elección de vida al sistema. Y la gente que lucho por tener un hogar digno puede verse de pronto expulsado de su propia casa. Hay algo en la ley que no cuadra, si es que las leyes están para defender a la justicia.
Omar Jerez
5 de febrero de 2017 at 14:31
Te cuento un ejemplo muy sencillo,uno de los que eran mis amigos de la infancia con mi edad ya tiene cinco hijos y no ha trabajado jamás.¿Es posible que un sujeto que ha vivido exactamente con las mismas condiciones y oportunidades decida que es mas rentable vivir del estado triturando hasta la saciedad las ayudas y culpar al sistema?
Han facilitado una casa del IVIMA, becas con material pagado,programas para la búsqueda de empleo.
Las personas que vivimos en barrios obreros o pobres somos los más conscientes de está situación ya que algunos por supuesto, no la mayoría, han preferido vivir con la excusa de estar al borde la exclusión social de las ayudas a optar por formarse y buscar un empleo cotizando a la seguridad social.