Pilar Aranda: “El modelo debe ser apostar por Granada como ciudad del conocimiento”

La exrectora hace un amplio repaso a su paso por la UGR, analiza el potencial de Granada, calibra las posibilidades de lograr la capitalidad cultural europea y descarta meterse en política

La exrectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda
La exrectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda | Foto: Rafa Muñoz
Juan Prieto
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Tras ocho años como rectora de la Universidad de Granada, Pilar Aranda (Zaragoza, 1958) ha regresado a las aulas y al laboratorio. Aunque en su DNI figure la capital maña como lugar de nacimiento, su ADN es cien por cien granadino, no solo por haber residido en la ciudad de la Alhambra desde pequeña, o por haberse licenciado en Farmacia y, posteriormente, en Ciencias Biológicas por la UGR, sino por una valiosa aportación a su tierra. Su gestión como la primera rectora de la institución granadina ha sido alabada de forma generalizada -hace unos días fue galardonada con la Medalla de Oro de Granada- y está recibiendo numerosos reconocimientos desde todos los ámbitos, algo que es bastante complicado hoy día: la unanimidad en las alabanzas. Ahora, además de regresar a la docencia y a la investigación, demuestra su carácter participativo al aceptar ser una de las comisarias para tratar de lograr la Capitalidad Cultural Europea para Granada en 2031, así como pertenece a una fundación para el desarrollo de la zona norte u otra para proyectos en la Alhambra. Además, continúa con el mismo espíritu reivindicativo que cuando era delegada de primero de Farmacia con 18 años y, en esta extensa entrevista con GranadaDigital, habla de la necesidad de renunciar al ‘quejío’, de trabajar unidos por el futuro de la ciudad, del error de la Junta de no haber concedido a la UGR los grados de Energía e Inteligencia Artificial, de la AESIA, de la Agencia Estatal o por la apuesta que debe hacer Granada como ciudad del conocimiento para seguir creciendo. Además, descarta entrar en política.

Escucha la entrevista al completo en formato podcast:

Pregunta (P): Qué difícil es marcharse por la puerta grande de los sitios y que se haga un reconocimiento unánime. Te tienes que sentir halagada y satisfecha. 

Respuesta (R): Sí, me encuentro muy satisfecha, pero esto no es mérito mío sino de la comunidad universitaria y, muy especialmente, del equipo de gobierno, de los vicerrectores, de la Secretaría General, de todos los asesores, de la coordinación que se ha tenido con los centros, con los equipos y departamentos. Y, luego, ha sido también muy importante la apertura a la sociedad, a la ciudad y a la provincia, quizás también por mi propia formación. En mi departamento siempre hemos estado trabajando con empresas e instituciones. Eso me llevaba a coordinar y todo el equipo estaba impregnado de esas ideas.

P: De esa vorágine del día a día durante ocho años como rectora a la situación actual, ¿cómo lo has llevado? ¿Cómo ha sido esa transición? Me imagino que también has ganado mucho tiempo personal para ti y para tu familia. 

R: He ganado tiempo, tranquilidad y sosiego. Tengo muchísima actividad, con mi experiencia de proyectos de investigación, aunque las clases de grado no las he empezado todavía, porque nos permiten un año de adaptación y de estudio, que muy necesario; las clases de Máster nunca las dejé, estoy incorporada a ellas, y luego siempre hay mesas redondas, algunas conferencias, entro en alguna academia, hay que escribir un prólogo de un libro... Tengo mucha actividad, pero yo me la organizo. Es decir, tengo muchos líos, pero yo me meto directamente en ellos. Entonces he ganado mucha tranquilidad y sosiego. Poder desayunar tranquila por las mañanas es algo maravilloso, impagable.

Logros más importantes

P: Ahora que echas la vista atrás, ¿de qué es de lo que te sientes más orgullosa? 

R: Me siento muy orgullosa de haber podido eliminar las listas de espera en el profesorado. Había muchas personas acreditadas que, por motivos de la crisis, cuando se adoptaron por el ministro Wert determinadas decisiones, se produjo un parón en la renovación de plantilla. Haber conseguido eliminar esas listas de espera dentro del profesorado para mí fue muy satisfactorio. También la funcionarización del PAS. Era un colectivo que necesitaba un cambio y un reconocimiento especial por su profesionalidad. Me siento muy satisfecha de proyectos que creo que van a transformar, poco a poco, la ciudad y la provincia. Ahí está el IFMIF Dones, que recuerdo que lo llevábamos de forma callada y me preguntabais siempre cómo iba y yo respondía que la ciencia no se hace en un escaparate, que teníamos que esperar a tener resultados. Y ahí está. También cómo se ha situado la Universidad de Granada como segunda universidad de España, gracias a una investigación y a una docencia de calidad. Y, sobre todo, me siento más orgullosa de ver cómo hay una cercanía con la sociedad, cómo la sociedad ama a la Universidad, cómo la sociedad está entendiendo la necesidad que tiene del conocimiento, de la formación. Cuando me decían que la Universidad vivía de espaldas a la sociedad, no era cierto, pero, quizás, no se percibía tan directamente. Se ha dado la coyuntura de una coordinación institucional, todos hemos estado remando en un sentido, trabajando por proyectos que han generado ilusión. En infraestructuras hemos cuidado mucho la sostenibilidad, con cambio de ventanas, calderas, etc. Y, también, hemos adquirido La Azucarera como un proyecto de futuro de ciudad o hemos conseguido que el PTS sea una realidad y esté consolidado. Tenía una deuda muy importante y ha sido gracias al esfuerzo colectivo y de las instituciones, sobre todo de la Junta de Andalucía, que en su momento incrementó la participación.

P: Y también con una pandemia por medio, que hubo que hacer un gran esfuerzo, como toda la sociedad, para mantener activa la Universidad con la colaboración y el esfuerzo de todos.

R: Siempre digo la pandemia sacó la parte positiva de cada uno de nosotros. Fue tremendo porque nosotros teníamos una plataforma de apoyo a la docencia, que pasó inmediatamente a ser la plataforma de docencia. De una universidad de cinco siglos, eminentemente presencial, a una universidad necesariamente virtual en 24 horas. Hubo que hacer una adaptación muy importante. El equipo respondió y ahí fue muy importante la colaboración con los centros y con los departamentos.

P: ¿Qué te ha quedado por hacer? Algo que te hubiera gustado haber dejado tu impronta. 

R: Me hubiese gustado haber podido construir odontología en el PTS. Creo que es urgente y ya lo está abordando el nuevo equipo de gobierno. También me hubiese gustado un impulso mayor en algunas áreas. También me hubiese encantado también lograr una mayor participación estudiantil. Es cierto que hay un grupo muy activo, pero eso siempre es una asignatura pendiente. Esa participación, esa idea de que ellos sean muy conscientes del papel tan activo que tienen que tener, no solo en su proceso de aprendizaje, sino también en la propia gestión de la institución, en los servicios que se prestan.

Renuncia a la política

Pregunta: Con la experiencia adquirida en la gestión a lo largo de estos años, ¿no te has planteado meterte en política? 

R: Bueno, siempre he estado en política, si por política entendemos ser participativa en la sociedad y tener inquietudes. No soy militante de ningún partido, he trabajado mucho por mi propia ideología en determinados ámbitos políticos, más ligados a la izquierda, pero no me he planteado entrar en política porque me apasiona mi profesión. Fui delegada de curso de primero de Farmacia en el año 75, no he parado de gestión universitaria, de activismo universitario, de agitadora universitaria. Tenía muchas ganas de volver a mi departamento con tranquilidad, con sosiego, con proyectos de investigación, ayudar a la gente joven, y así hasta que me jubile, me quedan pocos años, tengo ya 65.

P: Hay quien dice que Granada perdería una gran alcaldesa. 

R: Ni me voy a presentar ni Granada se pierde una gran alcaldesa. Yo sirvo para lo que sirvo y creo que el rectorado ya ha colmado totalmente mi ambición política, que hay que tenerla también. Y, luego, creo que hay personas muy relevantes que están bien preparadas y formadas, que se sienten más ‘animales políticos’, que pueden hacer gestión muy buena.

P: Ni tampoco te lo has planteado en otro tipo de cargos.

R: No, no me lo he planteado.

P: ¿Y te los han ofrecido? 

R: Sí, sí me han los ofrecido. Cargos importantes, muy importantes.

P: Y has dicho que no. 

R: He dicho que no. En su momento dije que no y he seguido diciendo que no.

P: Y no te has arrepentido... 

R: No me he arrepentido por lo que he dicho al principio. Necesitaba sosiego y tranquilidad. Las personas hiperactivas, como es mi caso, debemos saber parar y aprovechar lo cotidiano, las cosas sencillas, que también me gustan mucho, y poder disfrutar de eso, como la enseñanza, la formación, la investigación, de poder estar con mis ratitas o mis ratones... Ayer estaba dándoles de comer, pesándolos... Esa actividad investigadora que siempre me ha apasionado.

P: Como periodista, te lo tengo que preguntar. ¿Me dirías algunos de los cargos que te han ofrecido?

R: (Ríe) Bueno, te diré uno, más ligado a mi ámbito, que fue el de la Secretaría de Estado de Universidad e Investigación. Y dije que no. En ese momento era rectora.

Capitalidad Cultural Europea

P: Recientemente te han nombrado, junto a Luis García Montero y David Jiménez-Blanco, comisaria para la Capitalidad Cultural Europea para 2031. ¿Qué función os han encomendado? ¿Realmente estamos preparados para lograr esa capitalidad?

R: Tenemos que prepararnos. Estoy contenta del co-comisariado, como decimos nosotros, porque era una responsabilidad muy grande poder asumirla sola. Es una situación idónea. Luis, aparte de su propio prestigio personal que ha puesto al servicio de la candidatura, tiene unos valores culturales, universitarios, académicos y personales que son importantes. A David he tenido la oportunidad de conocerlo con la presidencia de la Fundación de Amigos de la Alhambra y me parece una persona de una inteligencia brillante, muy clara y con los pies en la tierra que, a veces, los que estamos en el ámbito universitario tendemos más a filosofar. Estoy contenta, pero hay mucho trabajo por hacer. Tenemos muchas fortalezas, pero también debilidades, y hay que tratar de compensar. Tenemos una ciudad rica en patrimonio, pero por eso no nos van a dar el proyecto. Tenemos capital humano, que es fundamental. En comunicación, música, poesía, literatura... Y, luego, todo el capital humano del conocimiento que, principalmente, está en la Universidad, pero no solo ahí. Tenemos un gran Instituto de Astrofísica, la Estación Experimental del Zaidín, la Escuela de Estudios Árabes, el Parque de las Ciencias... Creo que, entre todos, se configurar. ¿Por qué conceden a una determinada ciudad ser capital cultural de Europa? Pues no son por los proyectos que tienen, sino por los que pueden alcanzar, y lo que proyectan, que se debe incrementar. Y eso me parece una idea muy positiva para el desarrollo no solo de la ciudad, sino de la provincia y, también, de Andalucía. Entonces, lo que tenemos, lo tenemos. ¿A dónde queremos llegar? ¿Qué necesitamos? ¿Qué hay que hacer? ¿Cómo podemos llegar ahí? En eso estamos.

P: A lo largo de este tiempo como rectora de la UGR has tenido la oportunidad de analizar el estado de Granada desde un punto de vista privilegiado, en primera línea. Con sus fortalezas y debilidades también, has visto cómo ha ido creciendo, pero siempre parece que falta algo, con ese 'quejío' permanente de compararse con otros y salir perdiendo. ¿Qué nos falta para terminar de despegar? Porque es cierto que son muchas las virtudes que tenemos en Granada.

R: Son muchas. Y la verdad es que somos especiales. Creo que la unión de todas las instituciones es importantísima. La concienciación por parte de la sociedad civil de la necesidad que tenemos de trabajar conjuntamente, independientemente de partidos políticos. Respeto totalmente, por mis firmes convicciones democráticas, la vida de los partidos, las elecciones y, por supuesto, quien gana, ha ganado. Eso es incuestionable. Pero cuando gana alguien, todos debemos de apoyar y trabajar. Por supuesto, hay que criticar aquellas decisiones que no parezcan las más adecuadas, según la ideología de cada uno. Yo también lo hago. Pero creo que eso nos falta en Granada, una visión de futuro, de proyección, de necesidad del trabajo conjunto. Siempre pongo de ejemplo el acelerador de partículas que, institucionalmente, ha cambiado constantemente. Empezó con un Ayuntamiento y un Ministerio del Partido Popular mientras la Junta de Andalucía era socialista, luego cambió el Gobierno central al PSOE y la Junta al PP, hubo varios cambios en el Ayuntamiento de Granada... Y no pasaba nada. La idea era trabajar conjuntamente. Eso lo explicaba muy bien el ministro Pedro Duque, que una persona de una inteligencia emocional importante y con la ideas muy claras y alentaba al trabajo conjunto. Esa es la línea. A mí, por ejemplo, el tema del pacto que llamáis de los mártires me pareció muy buena idea. Y a la alcaldesa se lo he dicho, que habría que recuperarlo. Es cierto que, ahora mismo, todas las instituciones, menos el Gobierno central, tienen el mismo signo político. Pero eso no importa. Es necesario, porque dentro de las propias instituciones también hay distintas maneras de ver y, a veces, se nos escapan necesidades que alguna institución tiene. Para mí, el valor de la provincia es muy importante, también el área metropolitana.

P: Y contar con los empresarios.

R: Por supuesto, es fundamental. Volviendo a la capital cultural, la aportación privada es extraordinaria. He defendido siempre la colaboración público-privada, y con la Confederación de Empresarios y la Cámara de Comercio hemos mantenido unas relaciones extraordinarias. No siempre hemos estado de acuerdo al cien por cien, pero hemos trabajado de forma coordinada. Y es fundamental esa coordinación. Como también lo es el papel de los sindicatos.

Ciudad del conocimiento

P: ¿Habría también que definir por qué modelo hay que apostar? La ciudad del rock, de la tecnología, de la innovación, de la salud, del turismo... ¿Habría que enfocar más el tiro o intentar abarcar todo?

R: Tienes toda la razón, hemos disparado a muchos sitios diferentes. Creo que hay que apostar por la Ciudad del Conocimiento, tiene que prevalecer sobre todo, porque eso hace una estructura más firme y sólida. Y cuando tienes esa estructura más firme y sólida, te permite ya ser ciudad de la poesía, del rock, de la pintura... Pero la Ciudad del Conocimiento es fundamental. Cuando hemos hablado de esa capitalidad cultural, a nadie se le escapa que la Universidad de Granada cumple cinco siglos de historia. Pero no podemos basarnos exclusivamente en eso, porque eso ya está, eso es una realidad. Y la Universidad tendrá su programación, que está trabajando en ella de forma intensa y con mucha cabeza. Y ahí tendremos que apoyarnos y sumaremos. Pero, como ciudad, tenemos que presentar y, para mí, el conocimiento es la base. Mira la de empresas que se están instalando, basadas en ese conocimiento.

P: ¿Qué opinión te merece que la Junta de Andalucía haya rechazado la implantación de los grados de Energía y de Inteligencia Artificial en la UGR? Porque parecía que era un reclamo fundamental, sobre todo, teniendo en cuenta la apuesta por la Inteligencia Artificial y el acelerador de partículas. 

R: Me parece muy mal. Y si veo al consejero se lo diré, que tenemos buena amistad. Y me parece muy mal porque no encaja con lo que la sociedad demanda y con eso mismo que dice la Junta de las necesidades que hay. ¿Hacia dónde vamos, qué queremos? Es cierto que el grado de Energía se concedió en el año 2010, pero la Junta nunca nos permitió ponerlo porque necesitábamos un aumento del profesorado que con la masa salarial global que teníamos no podíamos. Y no nos lo autorizaron. Pero ahora que tenemos esa posibilidad de ese desarrollo que ya está teniendo, que ya van por 50 personas contratadas, y que el edificio de la Universidad va a ser una realidad en próximos meses, necesitamos ir formando ingenieros. Me atrevo a decir que, cuando se toman decisiones, se quiere un reequilibrio. Pero Granada no puede detenerse a esperar que las demás universidades lleguen a donde está Granada. Y a veces hay decisiones que parece que quieren eso. "Vais lanzados, esperad un poquito a ver si los demás os alcanzan...". No, no puede ser. Hay otras universidades con otras valías tremendas, pero dejemos crecer en esas líneas y, por favor, a universidades generalistas como Granada, con una necesidad de formación técnica importante.

Rectificación de la Junta

P: ¿Crees que la Junta cambiará de opinión?

R: Estoy convencida de que cambiarán esa decisión. Y por otros motivos, también. Tienen que reflexionar porque son fortalezas en formación. Nadie nos puede negar que en Inteligencia Artificial somos los primeros del país. Por cierto, es muy llamativo que ahora salga el ministro diciendo que no pueden poner en marcha la Agencia de Inteligencia Artificial en La Coruña porque no están captando talentos. Solo falta que vengan a buscar el talento a Granada. Pero, bueno, ese tema ya lo he archivado por lo que hablábamos de que no podemos estar en el 'quejío' permanente. Pero es que en todo lo que es física aplicada, tecnologías, telecomunicaciones, materiales... todo lo que va a ir ligado al acelerador de partículas, también estamos muy bien posicionados. Por tanto, vamos a formar expertos en energía y a tratar de tener ya personas para que puedan hacer la inserción y no tengan que dejar la provincia.

P: Tras la polémicas con la AESIA y la EASP, sería importante también para Granada la Agencia Estatal de Salud.

R: La Escuela Andaluza de Salud Pública ha perdido su independencia económica y de gestión, pero no se va de Granada y, además, no se puede ir porque es una joya de la corona de salud. Sí estaría bien la Agencia Estatal de Salud en Granada, sería magnífico porque configura el Parque Tecnológico de la Salud y todo lo que tenemos en la Universidad ligado a las Ciencias de la Salud, los hospitales y la EASP. Pero no sé, porque como me he llevado algún desengaño, prefiero que vayan saliendo proyectos generales, que vengan empresas a instalarse, que haya una colaboración público-privada estupenda... No sé si nos la darán o no, tampoco puede parecer un premio de consolación, porque también la Agencia Estatal de Salud es muy importante. Sin embargo, yo pensaba que no había dudas sobre la Agencia de la Inteligencia Artificial y nos llevamos todos un chasco. Pero ahí seguimos. Nuestros investigadores son los mejores, las empresas vienen porque gastan talento, porque la ciudad ofrece unas posibilidades de vida amable, agradable y eso es fundamental.

P: No has perdido el espíritu reivindicativo que siempre has tenido.

R: No, y el día que no lo tenga es que estaré muy mal. Tenemos que ser curiosos, tenemos que reivindicar, tenemos que ser protestones y tenemos que tener ilusión y, sobre todo, contagiar ilusión.

La importancia de la igualdad

P: Hemos tenido una presidenta de la Junta, una rectora de la UGR, ahora una alcaldesa en el Ayuntamiento de Granada... ¿Cuándo va a dejar de ser noticia que las mujeres ocupen altos cargos?

R: Pues cuando se haya conseguido que todos los altos cargos estén ocupados por mujeres. Es cierto que se va resquebrajando poquito a poco ese techo de cristal, pero quedan muchas tareas pendientes. Vamos avanzando, aunque todavía hay un tema de educación general muy importante. Y, desgraciadamente, estamos viendo, en encuestas y estudios sociológicos, un cierto retroceso en los jóvenes en ese sentido de igualdad. Leíamos hace poco los resultados de una encuesta y algunos decían que se nos ha ido la mano hacia un lado. No porque se nos vaya la mano hacia defender la igualdad tiene que haber un retroceso. Lo que tenemos que hacer es educar en igualdad. Todavía queda.

P: ¿Qué proyecto importante te queda por desarrollar antes de esa jubilación de la que hablabas?

R: Hay muchos movimientos sociales en los que se pueden participar. Estoy en una fundación que está desarrollando la zona norte de Granada, con Elisa Pérez Vera, Gregorio Jiménez, María del Mar Fuentes, Antonio Codina y toda la gente que trabaja en aquella zona. He entrado en la Fundación de Amigos de la Alhambra, porque creo que es importante. Tengo cierta experiencia en captar fondos europeos y vamos a intentar, a partir de ahí, reforzar proyectos de investigación, restauración e inclusión en la Alhambra. Y, sobre todo, mi departamento. Para mí, volver a dar clases me motiva muchísimo, porque en estos años de gestión te das cuenta de la importancia que tiene la formación, ilusionar con el conocimiento y que el estudiantado conozca la necesidad de saber. Y, también, mis proyectos de investigación, que trabajo en la búsqueda de nutracéuticos que tengan unos efectos frente al cáncer, frente al síndrome metabólico, ante la obesidad y todo eso, y también ves que hay una transferencia, la búsqueda de nuevos compuestos a partir de vegetales, algo incluso a partir del mar, y me ilusiona también.

P: Siempre tengo la costumbre para terminar de dejar al entrevistado que exprese lo que quiera para concluir, o por si se ha quedado algo en el tintero.

R: Trabajemos juntos por conseguir un futuro mejor, para esa juventud de la que he estado hablando, para mejorar las condiciones de vida de Granada y la provincia, y eso redunda en Andalucía. Dejemos el victimismo que no nos conduce a nada. Es cierto que a veces somos víctimas, no lo vamos a negar, pero tenemos que superarlo y darnos cuenta de que tenemos muchas capacidades y fortalezas, y de que nos tenemos que basar en eso para superar las debilidades, que también las tenemos. Y luego tenemos que tener esa capacidad autocrítica. Si esto ha pasado, ¿qué hemos hecho mal? Si no tenemos autocrítica, no avanzamos. Y, sobre todo, perder el miedo y tener metas muy altas. He sido muy feliz siendo rectora, pero todo se acaba. Tenemos un extraordinario rector, con un equipo muy bueno, que está trabajando muy bien. Podemos sentirnos tranquilos.