¿Por qué los docentes buscan un máster de educación?

No, con el grado universitario ya no es suficiente. Y esto ocurre en educación y en cualquier ámbito laboral. Cada vez más, tanto las empresas como la Administración Pública buscan perfiles laborales específicos. Profesionales doblemente cualificados, que disponen de un mayor número de conocimientos en una especialidad concreta. De ahí, la importancia de estudiar un máster en educación.

Ventajas de un máster en educación

Sí, con un máster de educación, el sistema educativo (valga la redundancia) goza de un equipo docente mejor formado. Y esto no es indiferente para nadie. Un profesorado más cualificado es sinónimo de mejora en el aprendizaje del alumnado; lo que significa, a su vez, una sociedad mejor preparada.

Por tanto, una oferta formativa en máster de educación, como la que ofrece la escuela de Euroinnova Formación, es indispensable. Y es que son muchos los terrenos educativos (metodologías, tipo de alumnado, menciones, técnicas...), en los que puede especializarse un docente.

Una formación que sirve para trabajar en la Educación Pública

Trabajar en la Escuela Pública suele ser la opción más elegida por los maestros y profesores. No es de extrañar: vacaciones de ensueño, sueldos razonables, tener trabajo ad aeternum… en fin, la vida del funcionariado.

Una vida con recompensa y sacrificio (claro está). Porque, además de las distintas interinidades (que no siempre son en la misma localidad), los docentes deben aprobar -y con nota- las oposiciones.

Por lo tanto, con obtener un aprobado no es suficiente. Necesitan lograr la mejor nota posible. Y, para ello, además de un buen examen de oposiciones; deben estudiar formación académica extra, la cual contabiliza en el baremo de oposiciones.

Sin olvidar que, cada vez más, la Administración ofrece plazas muy específicas: con idioma, con otra especialidad educativa (por ejemplo, una doble mención de magisterio) o con una formación especializada en un aspecto concreto.

En efecto, un máster de educación ayuda a dar un paso más hacia esa ansiada plaza. Con un máster, las opciones laborales se incrementan: tanto en lo público como en lo privado.

“El saber no ocupa lugar”

Este axioma, dicho por todas las abuelas del mundo, es fundamental en educación. De hecho, no existe profesión que conozca mejor la importancia del aprendizaje.

En un mundo en constante cambio, el reciclaje es imprescindible: la aparición de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación o TIC, metodologías novedosas, técnicas de aprendizaje distintas, recursos educativos… son muchas las razones por las que seguir estudiando, siendo docente.

Como advertía el Barón Britten: “aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se retrocede”. Por ende, si uno se dedica a la enseñanza, estudiar un máster resulta casi una necesidad.

Y es que todos los docentes quieren estar al día, en cuanto a innovación educativa. Poder cambiar los procesos enseñanza-aprendizaje desde dentro, con el objetivo claro de mejorarlos. Para eso, evidentemente, es necesario el seguir formándose.

Por consiguiente, un máster educación es la llave para que el profesorado ofrezca contenidos modernos y actualizados; que formen parte de la mente de las personas del futuro.