El Granada visita San Mamés con el segundo de a bordo al frente
Los rojiblancos jugarán en Bilbao sin la presencia de Robert Moreno en el banquillo tras su expulsión ante el Real Madrid
El Granada no gana en San Mamés desde 2014 y los ánimos para intentarlo de nuevo este año no están al mejor nivel tampoco. El severo correctivo que sufrió el conjunto rojiblanco ante el Real Madrid en la última jornada volvió a servir para mostrar las carencias en la zaga y los problemas de creación en el tercio de ataque.
Luis Suárez volvió a ver puerta, pero aún no tiene la regularidad que se buscó en él cuando llegó al equipo. Es cierto que las bajas en el centro del campo tampoco ayudaron al equipo. Las dudas se mantienen y se suma la ausencia de Monchu tras su expulsión, lo que pone sobre la mesa más problemas para Robert Moreno.
Un Robert Moreno que no se podrá sentar en el banquillo esta jornada... ni la siguiente tampoco tras la sanción impuesta por el comité. Guindos será quien se encargue de dar la órdenes desde la banda en San Mamés. Un problema más a una lista que ya comienza a ser demasiado larga y que también llega al centro de la zaga con la baja de Víctor Díaz.
Para colmo, Marcelino ha ido a puntualizar en rueda de prensa lo que salta a la vista de todos y ha definido al Granada como un equipo "irregular" pero, eso sí, con "buenos futbolistas". La lectura que se saca de las palabras del técnico es que a los rojiblancos les falta algo que cohesione todo y que consiga conectar todos los puntos.
Mientras se llega a ese punto, al Granada no le queda otra que seguir remando. La paciencia de la grada con Robert Moreno se sigue agotando, pero en el último choque ante el Madrid los aficionados se mantuvieron al lado del equipo. Rascar algo positivo en el feudo de los leones podría ser el paso para un nuevo acercamiento.
Robert asegura que la clasificación no aporta nada al Granada para ganar al Athletic este viernes. Esperemos que esté en lo cierto y que el factor ansiedad por la situación en la que se encuentra el equipo no entre en juego una vez más cuando suene el pitido inicial.