La familia rojiblanca quiere continuar la fiesta por Europa

Un nuevo país, una nueva aventura. El Granada pisa tierras húngaras en lo que está siendo un año inolvidable para todos los aficionados rojiblancos. Una vez más, Diego Martínez ha querido darle a la plantilla el premio de celebrar esta gran gesta y se ha llevado hasta Budapest a casi todos los jugadores, lesionados y no inscritos incluidos, con las excepciones de Foulquier, Luis Suárez y Pepe.

El gol ante la Real Sociedad el pasado domingo dejó una imagen que representa lo que es este Granada y el porqué Diego se lleva a estos viajes a todos los que puede. La forma en la que se abrazaron con Germán mientras volvían a sus posiciones más parecía la de unos amigos una noche de fiesta, de esas que llevamos un año sin saborear.

Eso es el Granada. Los compañeros de trabajo se han convertido en casi una familia que disfruta de todo lo positivo que están viviendo en uno de los peores años a nivel global. Ese es el 'secreto' y es por ello que es esencial que estén todos juntos esta tarde en el Puskás Arena.

La confianza del grupo ayudará a afianzar el 2-0 conseguido hace una semana en el Nuevo Los Cármenes. Una ventaja suficiente y peligrosa a partes iguales. Ya lo fue en Nápoles, donde la falta de concentración en los primeros compases metió presión al Granada con el tanto de Zielinski. La reacción posterior al gol fue inmejorable, con el empate de Montoro, pero mejor no volver a jugar con fuego.

Uno de los principales focos de preocupación será el lateral. Víctor Díaz se ha quedado como la única referencia para ambos puestos de carrileros, por lo que la formación de Diego Martínez para enfrentarse al Molde podría cambiar una vez más. Los tres centrales parece la opción más probable, con un Vallejo que ocupará el puesto de falso lateral acompañado por delante de Puertas o Kenedy, capaces de apoyar en la zaga con su gran recorrido.

Pero todo dependerá de cómo se encuentre el central maño, que en las últimas semanas ha estado arrastrando problemas físicos y Diego no ha querido forzarle. El resto de líneas se presuponen más estables gracias a la recuperación de algunos hombres esenciales que no estuvieron durante la ida.

Yangel Herrera y Montoro, que causaron ausencia por sanción, podrían volver al once, aunque falta conocer cómo se encuentra el valenciano, que también ha tenido que superar algunas molestias los días anteriores. Tampoco hay que olvidar a Eteki, que se marchó lesionado frente a la Real Sociedad el pasado domingo. Las constantes dudas hacen que Diego Martínez no revele lo más mínimo hasta el último suspiro.

Poco que añadir en la delantera. Jorge Molina continúa incombustible y estará acompañado por un Roberto Soldado que ha regresado con más hambre que nunca. La experiencia de ambos en este tipo de partidos será clave una vez más para cerrar la eliminatoria. Solo 90 minutos separan al Granada de mantener durante un mes más el sueño vivo.