El Bull completa su primer asalto en un Cortijo del Conde con 4.000 personas
Maka, El Kanka o El Canijo de Jerez alumbran la nueva normalidad musical ya estrenada en el Granada Urbana
Primer asalto superado. Un renovado Bull pospandémico hizo saltar a los cerca de 4.000 asistentes -según la organización- congregados en el recinto del Cortijo del Conde para refrendar que el del coronavirus parece ya un temor del pasado. Música, diversión, baile, miradas de ilusión y muchas, muchas, ganas de pasarlo bien dominaron la arena de la explanada situada junto a la Carretera de Córdoba, tal y como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia.
Si el Granada Urbana ya había demostrado que la nueva normalidad ha llegado, el Bull lo puso de manifiesto de una manera casi definitiva. La larga noche que el Covid cernió sobre la que es una de las capitales españolas de los festivales ha tornado en un amanecer que se aventura prometedor.
Para el regreso a la escena cultural granadina tras tener que ser suspendido en 2020 por el Covid, la organización había dividido la celebración del festival en dos fines de semana. Un primero para abrir boca con grupos del panorama indie y flamencos y un segundo más 'runero' en el que desfilarán SFDK, Mala Rodríguez o Kase O. Son los llamados 'Bull Days', un concepto que suena más a promoción de coches seminuevos en un concesionario que a conciertos, y que se enmarca dentro del ciclo Granada Vibra -Granada Urbana, Bull y Dreambeach Halloween-, pero cuya esencia ha calado perfectamente entre los jóvenes.
La primera toma de contacto no pudo salir mejor. Si acaso faltó algo de público, pues hubo menos gentío del esperado. Lógico, por otra parte, habida cuenta de que "lo gordo llega la semana que viene", como explicaba una joven a su amiga a la salida del recinto mientras aún tarareaba las últimas canciones del Canijo de Jerez.
Mr. Kilombo tuvo el honor de estrenar el primer Bull tras el obligado parón por el coronavirus. Todos los grupos, de una forma u otra, hicieron alusión al largo tiempo de espera para volver a disfrutar de la música en directo. Después le siguieron Antílopez, el granadino Maka, Green Valley, El Kanka, Fuel Fandango y un ya mencionado Canijo de Jerez que se hizo de rogar más de la cuenta.
Miki Ramírez, nombre que se esconde tras el artístico de Mr. Kilombo, calentó los motores en una tarde de sábado muy apacible, casi dibujada a propósito, para disfrutar de los festivales. Cielo claro con intervalos de nubes medias que proporcionaban el contrapunto exacto para eludir cualquier conato de calor.
Tras su paso por el escenario llegó el turno de Antílopez y su personal estilo que ellos mismos denominan "chiripop absurdo depresivo con catarsis tragicómica". Casi 'na'. Ante un público conectado a su música y que pedía más, el grupo onubense cerró por todo lo alto con Vuélcalo 'to' ya, "un tema que nos habéis pedido por internet", recordaban ante el enfervorecido respetable.
Y entonces vino otro parón y esa extraña sensación que parecía olvidada de que en los festivales muchas veces lo que más revoluciona al personal es la música que suena 'de CD' entre actuación y actuación, y cuyo amplio repertorio va desde Zapatillas de El Canto del Loco hasta La Isla del Amor de Demarco Flamenco, que algunos cantaban al más puro estilo Los Morancos. Es decir, parodiando la letra con una supuesta conversación de resaca postriunfo electoral entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida.
Merecía la pena esperar porque el siguiente en desfilar por el escenario no era uno cualquiera, sino el Maka, que tocaba en casa, en su Granada, y que saltó ataviado completamente de una conocida marca de ropa. Calcetines blancos y pantalón y camiseta azul celeste. Con gorra de otra firma perteneciente a dicha marca. Un look muy 'canchero' en una tarde que empezaba a cerrarse y con el que se vació ante sus acólitos fieles con temas como El arte de vivir o La vida es hermosa. El artista de Almanjáyar no dejó indiferente a un público ávido de su puesta en escena musical.
Antes del segundo plato fuerte de la jornada, El Kanka, le llegó el turno a Green Valley. Y entonces sí apareció el artista malagueño con sus aclamados Andalucía, Qué bello es vivir, Canela en rama o Lo mal que estoy (y lo poco que me quejo). Su sentimental y simpático estilo emocionó a más de una. Tuvo tiempo para cantar y también para hacer algún desafortunado chiste sobre David Bustamante que, a decir verdad, gracia, lo que se dice gracia, no tuvo mucha. Aunque son esas 'metidas de pata' las que también nos recuerdan que han vuelto los directos y sus huidas hacia adelante. Después le dio el relevo Fuel Fandango y El Canijo de Jerez, quien con su Hola, buenos días dio las buenas noches ya bien entrada la madrugada. El próximo sábado, la segunda parte con Kase.0, Jazz Magnetism, SFDK, Ayax y Prok, la Mala Rodríguez, FernandoCosta, Recycled J y Tridabe.