Los primeros ‘filipinos’ que acudieron al rescate de su Granada CF

La historia de los 17 hombres que en 1947 avalaron con su dinero la supervivencia del club, que hoy cumple 94 años

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Documento del 31 de marzo de 1947, con los nombres y firmas de los avalistas. | Imagen: GranadaDigital
Ángel Liceras
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Desde su fundación, ya habían demostrado su cariño al Granada CF cuando se les necesitó, y le habían dedicado tiempo durante esos primeros años de vida apoyándolo desde las posibilidades que cada uno tenía. Algunos habían formado parte de su directiva anteriormente como vocales. Otros tenían la posibilidad de contribuir desde una buena posición a que el proyecto creciera. Hablamos del Granada en el año 1947, cuando ya se había vivido un primer descenso de Primera y la sombra de los impagos se proyectaba sobre una entidad aún tierna. No esperaban ningún reconocimiento. Y ninguno tuvieron. Hasta hoy.

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El aprecio de la memoria es el premio a 17 hombres que aceptaron arriesgar su dinero para auxiliar al Granada cuando lo necesitó. A pesar de su joven historia, eran tiempos en los que el apego al escudo, el respeto por los sentimientos de la afición y por la ciudad eran valores casi palpables en las decisiones que se tomaban en el club. En junio de ese año se reconoció en asamblea que la deuda del Granada CF ascendía a 600.000 pesetas. Y también sabemos ahora que meses antes, en marzo, hubo que solicitar un crédito para poder afrontar los pagos más apremiantes y garantizar su viabilidad a corto plazo. Ahí comienza la historia de los primeros ‘filipinos’ que acudieron al rescate de su Granada.

El préstamo solicitado ascendió a 115.680 pesetas que el Granada debía devolver al Banco Español de Crédito en un plazo de 90 días. El presidente, Manuel López Font, reunió el 31 de marzo en su domicilio a los señores Pablo Acosta Medina, José María Dávila Valverde, Ginés Lorca García, Ignacio de Damas y Rodríguez-Acosta, Fernando López Peralta, José Jiménez Callejas y José Berbel Berbel. Les convenció, firmaron como avalistas y se repartieron porcentualmente la responsabilidad en caso de que finalmente no se cumpliera el plazo de devolución del dinero. Así lo demuestra el documento histórico que respalda este reportaje.

Más abajo, la lista se amplía. La completamos en honor a los nombres que la componían: Luis Roldán Calvente, Rafael Sánchez M. Entrena, Antonio Molina Jiménez, Santiago Haro Bonal, Ramón Herrera Puga, Antonio Ramírez Puertas, Luis Rivas Gálvez, Francisco Cristiá López y Antonio Rivas Arias. Junto a los primeros conforman esa lista de 17.

Por el valor de una casa

Las estimaciones consultadas calculan que el poder adquisitivo de 100 pesetas en 1947 podría equivaler a unos 80 o 100 euros de hoy. En total, ese préstamo de 115.680 pesetas equivaldría a entre 90.000 y 115.000 euros. De cualquier forma, era una cantidad muy considerable para la época, casi el valor de una vivienda.

Granada Digital ha localizado a una de las hijas de José Jiménez Callejas. A sus fantásticos 90 años revive con cariño el amor que sentía su padre por el Granada CF y cómo logró contagiarlo a la familia. Conchita Jiménez Benavides recuerda cómo sus hermanas Rosa y María Angustias esperaban con entusiasmo la llegada de los días de partido: “Se iban a Los Cármenes con sus carnets y volvían emocionadas contando el resultado y cómo había ido”. En aquellos tiempos no era tan común la presencia de la mujer en los campos. De los problemas institucionales que su padre ayudó a manejar no guarda memoria. Era muy pequeña, pero sí retiene la escena de esa fiebre rojiblanca en los años del ‘Matagigantes’ (década de los 70), cuando los futboleros de la familia seguían por la radio del cuarto de estar los encuentros del equipo cuando jugaba como visitante. “Te podría decir hasta la alineación”, y la empieza a enumerar Rosa, también presente en la conversación, añadiéndola al recuerdo de esos domingos de fútbol a las cuatro de la tarde.

Participación para la construcción de un campo para el Club Recreativo Granada (1934). | Imagen: GranadaDigital

Durante este paseo por la nostalgia, Conchita nos rescata del archivo otro simbólico documento. Se trata de tres títulos al portador timbrados por el Club Recreativo Granada. Están fechados en marzo de 1934, por importe de 25 pesetas cada uno, como aportación para los gastos que ocasionen la compra de terrenos y construcción de un campo de deportes. Los Cármenes fue una realidad en diciembre de ese año.

Los que se sumaron en 2009

El sentimiento que empujó a los avalistas del 47 recuerda al de los más de 300 granadinistas que en 2009 participaron en la campaña de salvación ‘Yo también me sumo’. Los problemas deportivos, institucionales y económicos adelantaron el final de la presidencia de Paco Sanz, tras cuya dimisión en febrero se creó una junta gestora que guió al club hasta la celebración de nuevas elecciones. Ignacio Cuerva la lideró en la complicada tarea de, al menos, salvar la temporada y hacer frente a los impagos más apremiantes, entre ellos, las mensualidades pendientes con la plantilla. “De un sentimiento y de la propia inconsciencia de lo difícil que era, salió bien. Yo lo había escuchado de mi padre. El Granada y Granada no tienen nada de qué quejarse. Lo que esté en nuestra mano lo vamos a hacer”, comenta Cuerva, en atención a GranadaDigital.

Homenaje a aficionados de la campaña 'Yo también me sumo', de 2009. | Foto: Cedida por Rafa Doña

Las posibilidades de encontrar financiación entre las administraciones públicas eran escasas porque ya se les debía dinero. Además, la crisis económica de 2008 hacía sentir sus efectos. Cerraban empresas. Los patrocinios escaseaban. Parte de la solución pasó por pactar una rebaja en los salarios de los futbolistas y, en paralelo, se iniciaron conversaciones con los acreedores para tratar de renegociar las cantidades pendientes. Y con todo, eso no bastaba. “No creíamos que aquello tuviese salida, pero por nuestra parte [la de los aficionados] no quedaría el esfuerzo de intentarlo”, recuerda Rafa Doña, historiador rojiblanco, satisfecho de que la iniciativa cumpliera finalmente con el fin que se proponía.

“Claro que existen paralelismos con aquella historia de 1947. Si no es por el paso adelante de la afición el Granada habría desaparecido”, reconoce Cuerva. Así, solicitando auxilio de frente al granadinismo, sin asesores con intereses cruzados ni sobreexposición a las fotos ni sonrisas ensayadas, el trabajo silencioso y constante de la gestora logró convencer a más de 300 personas y reunir, en una especie de adelanto de los abonos de la siguiente temporada, la cantidad suficiente de dinero para ganar tiempo y oxígeno. El club ha necesitado ambos muchas veces. Porque quizás no esté hecho para pasajes continuados de gloria, pero sí para la lucha eterna. Ahí es donde siempre sale victorioso el sentimiento de su gente, el gran patrimonio del Granada CF en sus 94 años de historia.







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