Una fuente inagotable de planes en Granada durante el mes de julio
La provincia dispone de un amplio abanico de opciones de ocio y recreo para quienes decidan no salir de ella en este verano
Aun en verano, cuando las altas temperaturas y las vacaciones invitan a hacer las maletas, la oferta de ocio y recreo en Granada es extensa. En interior o en costa; para aquellos que buscan una desconexión y para los que necesitan el deporte incluso en los meses estivales. Quienes deseen quedarse en la provincia, o bien tengan que hacerlo por motivos laborales, disponen en los términos granadinos de un abanico de planes con los que no sentir que las horas pasan más despacio durante el mes de julio.
En interior
En los pueblos que envuelven a la capital, los granadinos pueden hallar actividades para todos los gustos y públicos, que además permiten escapar del sofocante calor que ya desde el pasado mes de junio azota. En Castril, a algo más de una hora de la capital, se esconde la Cerrada del río que recibe el mismo nombre. Un sendero que propone una refrescante ruta, a unos 6ºC por debajo de la temperatura en el pueblo, que recorre todo el cauce. La garganta acaricia el agua y conduce a través de una pasarela hasta una cueva que asoma a una llamativa cascada.
Relativamente cerca, en Baza, el Centro de Interpretación de los Yacimientos Arqueológicos ofrece un plan distinto. Se trata de un complejo dedicado a la investigación, la divulgación y la comprensión de la sociedad íbera bastetana, que fue diseñado, precisamente, para conocer más sobre los procesos sociales, culturales, religiosos y económicos de los pueblos que habitaron en la zona hace más de 2.600 años. Guadix, por su parte, se presenta de cueva en cueva, aunque argumenta para conocerlo su Teatro Romano, levantado en el siglo I.
Desde la altura, Sierra Nevada observa a Bubión, engastado en su falda sur. Considerado como uno de los pueblos más bonitos de España, y reconocido por su calidad turística en 2020, dibuja un escenario de calles estrechas y viviendas blancas que enamoran a quienes lo visitan. Además, para quienes desean salirse de lo habitual, dispone del centro budista O Sel Ling.
Pero la propuesta más refrescante la componen las seis playas continentales de las que dispone Granada, recogidas en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Baño ‘Náyade’. Estas son el embalse de los Bermejales, el embalse de Cubillas, el embalse de Negratín, el río Toba y el manantial de Fuencaliente, por sus vertientes de Huéscar y Orce. Son las únicas zonas de baño en interior que reúnen las condiciones necesarias para la actividad acuática en la provincia.
En la costa
La Costa Tropical, no obstante, oposita a ser el destino favorito de los granadinos que no saldrán de la provincia durante el mes de junio. El motivo es el mismo que mueve a los que deciden salir: las playas. El litoral granadino cuenta con más de 70 kilómetros de calas, que se distribuyen entre Almuñécar, Salobreña, Motril, Torrenueva, Gualchos, Lújar, Rubite, Polopos, Sorvilán y Albuñol.
Pero en los municipios costeros la oferta no solamente consiste en sol, arena y olas. En Almuñécar, el Castillo de San Miguel compone una visita histórica que escapa del trasiego playero. Se trata de una fortaleza árabe en la que habitó la dinastía nazarí en el siglo XIII. Salobreña también tiene su propio castillo, considerado el monumento más importante del municipio. De este se conoce su existencia desde el siglo X, si bien su distribución permite averiguar que se levantó en época nazarí.
De vuelta en Almuñécar, los visitantes pueden activar su ‘modo zen’ visitando el Jardín Museo del Bonsái, que acerca a la costa granadina la cultura japonesa. En pleno ‘boom’ de la botánica y la jardinería, se presenta como uno de los principales atractivos alternativos del municipio costero. Son 2.000 los metros cuadrados en los que se extiende, con más de 200 ejemplares en exposición.
Motril cuenta con el Fuerte de Carchuna, en mitad de la playa. Un recinto levantado para la defensa del Reino de Granada desde la costa hacia la segunda mitad del siglo XVIII, con un gran patio central en su interior y habitaciones cubiertas por bóveda de ladrillo. Además, para entrar en contacto con la naturaleza, la ciudad costera granadina ofrece una visita a la Reserva Natural Concertada Charca Suárez, en la playa de Poniente. Un humedal de más de trece hectáreas erigido en uno de los mejores observatorios de aves del continente.