“Quiero unas cada 2 meses”
¡Qué frenesí! ¡Cuánta actividad febril! ¡Qué cantidad de obras por todos lados!
¿Pero qué está pasando? Pues sí, lo que ustedes están imaginando, pronto tenemos elecciones.
Quizás cuando lean esta columna ya habrán llegado, o estarán en puertas de producirse, las ansiadas e ilusionantes idas y venidas a las urnas para votar. Esta vez son las elecciones municipales las que nos tocan de cerca y alguna que otra autonómica de lejos.
Es notable y muy muy curioso, casi digno de estudio y profundización en el tema, la actitud o pensamiento de la clase política en general y del político local en particular, al respecto del ciudadano de a pie, de ese que somos Vd. y yo.
Ese concepto que tienen de nosotros, de tomarnos por pobres ingenuos. Creen, dentro de sus cabezas, que nos vamos a dejar llevar a la hora de votar, por algún asfaltado, plaza remodelada o inauguración de rotondas y parques. Todo ello a última hora, casi al límite de la bocina. Si no fuese por el puntito cómico que llega a alcanzar la cosa a veces, rayaría la falta de respeto. Pero así son ellos, como los malos estudiantes que dejan todo para el examen final y estudian los 3 últimos días.
Pero no nos pongamos serios y trágicos. Hagamos de esto una celebración y veamos el lado provechoso. Al menos una vez cada 4 años se acuerdan, aunque sea egoístamente, de que existimos.
Las páginas webs de las instituciones o administraciones públicas hierven presentándonos sus triunfos y glorias. Soterradamente quieren manipular nuestro pensamiento para hacernos ver lo bien que lo están haciendo y disimuladamente –o no- intentar manejar nuestras voluntades a la hora de votar.
En esas mismas páginas webs, en ocasiones, se pueden leer noticias en donde diferentes instituciones, pero del mismo signo, se cogen de la mano para inauguraciones y demás. Todo ello en pos de esa carrera por alcaldías, diputaciones, etc.
Mientras tanto, aquí en Granada, seguimos con retrasos y averías en el AVE. Sin reforzamiento, como hubo en Sevilla y Málaga, de líneas y trenes para la Semana Santa, a pesar de que los trenes que venían hasta nuestra capital lo hacían llenos. Han faltado plazas, todo ello en detrimento de nuestra ciudad.
Podemos hablar del aeropuerto, uno de los más perjudicados por la pérdida de vuelos a raíz de la pandemia y con pocas comunicaciones y enlaces. No acaba de “despegar”, valga el juego de palabras. Mientras, otras ciudades nos toman la delantera también en eso. Lo del aeropuerto y los trenes es algo que debería hacer sonrojar a más de un político local aunque todos ellos nos quieran vender, día sí y día también, lo bien que lo hacen y lo mucho que trabajan por Granada.
Nuestro deber es exigirles mucho más. Y si no dan más de sí, cambiarlos en las urnas.
Hace unas semanas tuve la ocasión de escuchar al alcalde de Málaga –para mí si no el mejor uno de los mejores de España- en una entrevista de una emisora nacional de radio. Por todos es reconocido el desarrollo cultural, museístico y turístico con proyección internacional que bajo su mandato ha experimentado esta ciudad. Un gran salto cuantitativo y cualitativo de la oferta cultural y turística es su seña.
En un momento determinado de la misma le preguntaron qué tenía en mente para el futuro de Málaga. Pues bien, después de tantos museos ya ubicados en la capital de la Costa del Sol, algunos de ellos de renombre internacional, uno esperaba uno más, pero no.
Microchips y semiconductores, por ahí pasa el desarrollo venidero de Málaga, dijo D. Francisco de la Torre. Apunta alto y además con imaginación y el horizonte puesto a largo plazo. Ante eso y ese Sr., al menos yo, me quito el sombrero.
Mientras tanto por estos lares, problemas con el tráfico, comunicaciones, autobuses. No tenemos apenas trenes o aviones. Las carreteras con conexiones muy susceptibles de ser mejoradas, muchas de ellas en mal estado (no hay que irse muy lejos, basta con darse una vuelta por el área metropolitana), etc.
Granada está sucia, desaliñada, un poco abandonada. Hay un lema en las máquinas de la limpieza en Granada que dice “Granada limpia, luce más”. Un conocido, siempre que vemos una maquinita de estas trabajando, me hace la puntualización siguiente: “Granada limpia, `luciría´ más”. Tiempo verbal condicional. Claro, a condición de que se limpiase más y mejor.
Granada no está limpia, está dejada y eso los turistas lo notan y lo expresan. Por eso la valoración de nuestra ciudad ha vuelto a caer por cuarto trimestre consecutivo. En una encuesta de la Junta de Andalucía, estamos los terceros por la cola.
Mientras nuestros políticos locales estén más preocupados de no molestar a sus jefes y conservar su sillón o recolocarse donde les dejen, a Granada le irá mal.
Pero ¿dónde encontrar un político con carisma, con perfil, con auténtica vocación de servir a su tierra y no de servirse él…. o ella? Aquí, en esta bendita tierra de la que Carlos Cano cantaba: “Granada vive tan en si misma prisionera, que solo tiene salida por las estrellas”, yo no conozco a ninguno. Faltan hombres o mujeres, nombres, ideas y proyectos.
Quizás alguna de las caras nuevas que se presentan a las actuales elecciones nos dé esa sorpresa y ponga a Granada en el lugar que se merece por historia y tradiciones. Pero si les soy franco, no tengo muchas esperanzas.
Esto de las elecciones municipales debe de tener su puntito erótico puesto que a los políticos “les ponen” y “los ponen”, ciertamente a algunos, “mirando a Cuenca” cuando llega el momento del recuento de votos. Patadón en el trasero y tentetieso.
Granada necesita urgentemente políticos comprometidos de verdad con su progreso y desarrollo, con su avance, y no políticos genuflexos ante sus partidos o jefes, para conservar sus sillones u obtener reubicaciones posteriores.
Seguimos siendo, a mi juicio, una ciudad sin proyecto. Ya lo era en los años 80 cuando surgió aquel debate local sobre el tema. En él, después de muchas reuniones y estudios por los diferentes agentes sociales, analistas y políticos de todo signo, no se llegó a definir un proyecto futuro para Granada. Se perdieron en la esterilidad de un debate sobre quién era el responsable de aquella carencia.
No podemos desdeñar algunos intentos por convertirla en puntera e innovadora pero la realidad es tozuda y ahí está.
Mientras tanto nuestros políticos locales siguen con sus inauguraciones precampaña, a lo suyo. Un amigo me comentó el otro día que había experimentado un fenómeno paranormal que lo tenía aturdido. Vio a un alcalde inaugurar una plaza de su pueblo cuando las máquinas excavadoras estaban aún por llegar para comenzar la obra.
No lo creí, imagino que estaría de burla. Pero sí es cierto que yo he podido ver, en estos días, obras terminadas dentro de plazo e incluso antes. Eso sí que se podría calificar como fenómeno paranormal digno de Cuarto Milenio. Y todas esas prisas porque había elecciones.
Esto me trae a la memoria otro hecho. Se habrán dado ustedes cuenta de que cuando alguna etapa de la vuelta ciclista a España pasa por Granada, dos o tres días antes de su paso se pintan todos las líneas del asfalto así como cedas el paso, intersecciones y demás. Algunas calles incluso se reasfaltan. Hay que dar una buena imagen desde el helicóptero de La Vuelta.
Y ahí es donde quería yo llegar. ¡Qué lástima que no hubiesen unas elecciones municipales cada 2 meses o como bien menor un paso de La Vuelta por Granada cada 3! Podríamos ver obras acabadas en plazo, plazas reformadas, calles asfaltadas, etc. etc.
¡Yo las solicito enérgicamente!
¡Quiero unas elecciones municipales cada 2 meses!
Eso sí, sin campaña ni precampaña, por favor.
Comentarios
4 comentarios en ““Quiero unas cada 2 meses””
Daniela
29 de mayo de 2023 at 13:55
Jajaja, que buen artículo. Tiene su gracia y su verdad amarga. Yo también pido unas elecciones cada tres meses, sin campaña electoral.
Me gustan sus artículos. Esperando el próximo.
Amparo
30 de mayo de 2023 at 12:22
Me encanta el artículo, y se puede aplicar a cualquier ciudad de España.
Bueno como seguimos prácticamente en período electoral posiblemente tengamos suerte y los políticos sigan haciendo alguna costilla para darse a ver. Jaja
FRANCISCO
31 de mayo de 2023 at 11:01
Buen artículo y muy cierto.
Matías
31 de mayo de 2023 at 13:10
Has vuelto a dar en el clavo. Aunque por un momento me habías asustado, sería horrible tener que soportar una campaña electoral cada dos meses