Rafa Paz, el único granadino en un Mundial, recuerda a Luis Suárez: "Era un espejo en el que mirarte, un grande"

"Es una pérdida muy importante porque depositó mucha confianza en mí", reconoce el de Puebla de Don Fadrique

Rafa Paz (tercero por la derecha) durante el Mundial de Italia 1990
Rafa Paz, tercero por la derecha, forma en la foto inicial de un partido de España | Foto: Archivo GD
Miguel López Rivera
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El fallecimiento de Luis Suárez Miramontes ha dejado un poso de tristeza en el fútbol español. El que hasta la fecha es el único Balón de Oro masculino español forjó su leyenda con las camisetas azulgrana del Barça y la 'nerazzurra' del Inter. Con menor intensidad, el gallego también brilló como entrenador. Albacete, Deportivo de La Coruña, Sampdoria o el propio Inter de Milán fueron algunos de sus destinos. Y cómo no, la Selección Española.

Luisito, como se le conocía cariñosamente aunque quizás también con esa falta de reconocimiento a los grandes a veces característica de España, dirigió al equipo nacional entre 1988 y 1991. Antes, en 1980, se puso al mando de la sub 21. Aquellos años los recuerda perfectamente otro de esos hombres 'exclusivos' del fútbol, Rafa Paz, el único granadino hasta la fecha que ha jugado un Mundial con la camiseta de la Selección Española absoluta.

Fue el de Italia 1990. Y a las órdenes de aquella España que cayó en octavos frente a Yugoslavia estaba el propio Luis Suárez, quien, como rememora el de Puebla de Don Fadrique, ya contaba con él desde que jugaba en la sub 21. Desde su domicilio en la capital hispalense, el exfutbolista de Granada 74 y Sevilla FC atiende la llamada de GranadaDigital y echa la mirada atrás para reconstruir y glosar la figura de una de las grandes leyendas nacionales del deporte rey.

El centrocampista reconoce que el fallecimiento de Luis Suárez supone para él "una pérdida muy importante porque depositó mucha confianza en mí". "Yo sabía que era una persona a la que no le podía fallar. Te hacía ver las cosas de una manera muy natural", admite. Paz recuerda la figura de Luis Suárez como la de un hombre que "estaba siempre pendiente de la formación y la educación": "No era el típico que quería ganar con artimañas o de cualquier manera. Le vi muchas características formativas en la sub 21 y luego también en la absoluta. Le conocías personalmente y era un espejo en el que mirarte espectacular. Él era un grande, y que contaras para sus planes quería decir mucho".

Y es que la relación entre ambos comenzó en las categorías inferiores de la Selección Española. "Yo era un fijo de la sub 21 y, cuando subió a la absoluta, depositó la confianza jugadores más jóvenes que había tenido a sus órdenes, entre los que me encontraba", rememora el granadino, quien no olvida que fue aquella circunstancia, unida a "la buena temporada que me estaba saliendo en el Sevilla", lo que "hace que llegue al Mundial de Italia".

"Aportaba una generosidad humana espectacular"

Del legado humano que deja Luis Suárez, Rafa Paz destaca por encima de todo su "cercanía". "Era un hombre muy cercano, llano y de ir con los pies en el suelo. Te daba confianza y te dejaba trabajar con toda la confianza del mundo", expone el exjugador sevillista, quien subraya que "además de su sapiencia técnica o táctica a la hora de preparar un Mundial, aportaba una generosidad humana espectacular".

Por eso, lamenta que su nombre engrose la lista de aquellos que no son profetas en su tierra: "Fue uno de los primeros jugadores y deportistas españoles reconocidos con mérito que hizo el camino fuera de nuestro país. Fue un proyecto de mucho mérito porque hoy día sí que el fútbol está mucho más globalizado, pero en aquel entonces era muy difícil ver un jugador foráneo en otra liga".

"En Italia fue donde se reveló como crack total. Recuerdo cuando fuimos al Mundial y aterrizamos en Italia, pude percatarme de lo que Luis allí, porque fue espectacular el recibimiento que nos hicieron en el aeropuerto. Era como un ídolo", explica con voz emocionada.

No era para menos. El coruñés dejó su impronta en el Inter, donde además de recibir el Balón de Oro que se había labrado por su excelente temporada anterior como jugador del Barça, conquistó la dos primeras Copas de Europa de la historia del club ante Real Madrid y Benfica. Rafa Paz recuerda al coruñés como un tahúr con "un bagaje como jugador fuera de lo normal, una de las figuras de época que nos reporta hoy en día el fútbol". "Aparte de los logros alcanzados, como el Balón de Oro o los títulos, él se queda a vivir en Italia", detalla, "y ahora le llega un reconocimiento en España súper especial y después de muchos años". "Un reconocimiento merecido porque es una persona que ha hecho mucho en el fútbol", concluye el mito granadino.