Rafa Vega, periodista granadino en Nueva York: "Puede ser el resultado más ajustado de la historia"
Estados Unidos decide este martes al nuevo inquilino de la Casa Blanca y un "modelo de liderazgo entre alentar el miedo y la esperanza"
Estados Unidos se paraliza este martes 5 de noviembre para vivir las que serán las elecciones más ajustadas de la historia del país. Así lo cuenta Rafa Vega, periodista granadino en Nueva York que contará a este medio cómo se desarrollan las votaciones y el resultado que finalmente dicten las urnas.
Han sido semanas largas al otro lado del charco. El futuro del país en los próximos cuatro años quedará en manos del republicano Donald Trump o de la demócrata Kamala Harris. Un enfrentamiento que ha abierto informativos durante meses, han generado miles de comentarios en las redes sociales y que, sin duda, ha sido una de las campañas electorales más convulsas que recuerda el Estados Unidos. La batalla por la Casa Blanca comenzó con Trump y Biden como contendientes, pero el mal desempeño del presidente en su debate televisivo con el magnate el pasado 27 de julio hizo que Biden diese un paso al costado para dar entrada a Kamala Harris.
Rafa Vega, desde la "capital oficiosa del mundo" cuenta para GranadaDigital como este pasado lunes 4 de noviembre muchas personas ya habían ejercido su derecho al voto en lo que se conoce como "'early vote' o voto tempranero usado para motivar a la participación".
La jornada electoral se desarrollará en día laboral por lo que muchos ciudadanos estadounidenses ya han acudido a depositar su voto antes de la auténtica jornada electoral. Tal y como explica este periodista granadino, el resultado de las urnas no solo decidirá quien ocupa el sillón de presidente o presidenta de los Estados Unidos, sino que también elige "un modelo de liderazgo, el de alentar el miedo como ha estado haciendo Donald Trump o el de la esperanza que ha traído Kamala Harris entre los demócratas".
Sistema de votación en Estados Unidos
Aunque el proceso como tal lleva semanas en marcha habida cuenta de que los ciudadanos ya han podido votar por correo e incluso de manera presencial, este martes será el gran día. Cuando cierren los colegios electorales --la mayoría lo harán entre la 1:00 y las 6:00 horas de la España peninsular--, comenzará un goteo de proyecciones y resultados a partir del cual conocer al futuro inquilino de la Casa Blanca.
Técnicamente, los ciudadanos no eligen de manera directa al presidente, sino a los integrantes del Colegio Electoral, en virtud de un particular sistema que establece que la candidatura vencedora en cada estado se lleva todos los representantes en juego en dicho territorio; a excepción de Maine y Nebraska, donde el reparto es proporcional.
No existe un gran organismo federal en el que seguir la noche electoral, por lo que el goteo de proyecciones de los grandes medios irá tiñendo el mapa de azul o rojo en función de cada estado. La media general de encuestas da una clara ventaja a Harris en voto popular, pero la exsecretaria de Estado Hillary Clinton experimentó hace ocho años que no basta con obtener más sufragios que su rival sino imponerse en zonas claves, los conocidos como 'swing states'.
Estos territorios no votan claramente demócrata o republicano y oscilan en función de cada cita. La media nacional de encuestas de RealClearPolitics apunta que en los estados en disputa, Trump mantiene su ventaja en Arizona, Nevada, Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, mientras que Harris parte por delante en Wisconsin y Michigan.
El contador de cada candidato irá subiendo a lo largo de la noche y una vez que uno de ellos alcance los 270 electores, más de la mitad de los integrantes del Colegio Electoral, se le proclamará 'de facto' vencedor. La tradición marca entonces una sucesión de discursos de victoria y derrota, si bien Trump hace cuatro años se negó a reconocer públicamente el triunfo del actual presidente, Joe Biden.
La Casa Blanca no es lo único que está en juego, ya que la Cámara de Representantes, controlada actualmente por los republicanos, se renovará totalmente, y en el Senado, con dominio demócrata, se ponen en juego una tercera parte de los escaños. Controlar el Legislativo o al menos una de las dos Cámaras es imprescindible para que un presidente pueda tener margen de maniobra política, tanto simbólica como práctica.
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