Raquitismo: la importancia de la vitamina D y el sol en los más pequeños

Los niños de entre 6 y 24 meses son los que tienen mayor riesgo de sufrir esta enfermedad

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Foto: Archivo
Sarai Bausán García | @Sarai_Bausan
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Los expertos insisten en la importancia de que los niños tomen la cantidad necesaria de vitamina D, ¿pero por qué tanto empeño? Tal y como la nutricionista Isabel Herrero confirma, la falta de este nutriente hace que los menores sufran enfermedades óseas como el raquitismo.

Si este término no te es conocido, la doctora explica que se trata de un trastorno causado por la falta de esta vitamina en el organismo que se caracteriza por el reblandecimiento y debilitamiento de los huesos.

Según indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura –FAO-, el principal rasgo  del raquitismo es la falta de calcio en los huesos de los niños, quienes aún están en crecimiento.

Entre los síntomas de esta patología se encuentra la alternación general del desarrollo normal del  niño –quien se suele demorar en alcanzar las etapas de la primera infancia como aprender a caminar o sentarse-, molestias gastrointestinales, excesivo sudor en la cabeza, dolor en los huesos, disminución del tono muscular, crecimiento deficiente, baja estatura o deformidades esqueléticas –como piernas arqueadas o deformaciones pélvicas y en la columna vertebral-.

“Los signos principales de la enfermedad, y en los que se basa el diagnóstico del raquitismo, son las deformaciones óseas”, destaca la FAO. De ese modo, el niño sufre una hinchazón en los extremos en crecimiento y de los huesos largos. “La deformación más común son las piernas en arco, ya que con menos frecuencia se ven las rodillas juntas”, incide.

Tal y como indica la FAO, el raquitismo grave se presenta, principalmente, en niños de entre 6 y 24 meses que consumen pocas cantidades de alimentos de origen animal y que, por algún motivo, no están suficientemente expuestos a la luz solar. De igual modo, esta enfermedad puede producirse por herencia.

La Vitamina D se puede absorber tanto de alimentos como pescados, huevos, hígado y leche procesada; como de la exposición a la luz del sol. Así, cuando un niño presenta raquitismo, los expertos suelen tratarlo administrando las dosis adecuadas de esta sustancia para cada caso e incrementando la exposición solar del pequeño, siendo el tiempo más oportuno superior a los 20 minutos.

Por su parte, las deformaciones óseas que pueden provocar esta patología se puede corregir en los casos más graves a través de aparatos ortopédicos o con una cirugía para corregir el problema.