Reacción a tiempo

El Granada dejó en segundo plano la pésima actuación durante más de ochenta minutos con dos golazos y la posibilidad incluso de llevarse los tres puntos

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El Granada CF celebra el segundo tanto en La Rosaleda, obra de Rochina | Foto: LFP
Daniel Sánchez-Garrido | @Danisgr
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Un punto que sabe a gloria. Esa es la lectura del partido que el Granada CF disputó ayer en La Rosaleda. Un partido que sacó lo peor y lo mejor de un Granada con trastorno bipolar. El Granada se alió contra su enemigo. Esa pizca de suerte que le giró la cara en tantos momentos le mostró su sonrisa más falsa con dos goles en los últimos diez minutos, esos que tanto terror crean en el rojiblanco horizontal.

El Málaga CF se jugaba la vida y se vio sobre el terreno de juego. Sin embargo, no se vio hasta el minuto 83 que el Granada también está al borde del precipicio aunque consiguiera tres puntos para respirar ante el Athletic de Bilbao. La diferencia entre ambos equipos era de tan solo un punto, y así seguirá, pero a tenor de lo visto en La Rosaleda, la cosa podría haber acabado mucho peor.

El partido comenzaba con el Málaga mandando, en su campo, ante su afición, en un duelo directo no podía ser de otra forma. El Granada intentó un par de acometidas en los primeros minutos de tanteo. Peñaranda empezó con ganas su segundo encuentro como titular. Un par de galopadas que pusieron en alerta a Welligton y Angeleri y acentuaron su apodo en el vestuario de “La Bala”. El venezolano dejó detalles de futuro crack.

Duda se vistió con sus mejores galas y el tiempo que estuvo en el terreno de juego volvió locos a Babin y Lombán con los pases que metía a la espaldas de los insistentes Charles y Amrabat. Tanto el brasileño como el marroquí tuvieron varias ocasiones de gol pero no fue hasta el minuto cuarenta y cinco, al borde del descanso cuando Charles hacía un escorzo perfecto para poner con la testa el primero en el contador. El momento era idóneo para los malaguistas y fatídico para los granadinistas.

Si algo echó de menos anoche Sandoval fue a sus fieles escuderos Rubén Pérez y René Krhin. La vida con ellos es mucho más fácil. Si falta uno te apoyas en el otro, pero cuando no está ninguno se antoja mucho más difícil todo. Uche Agbo cumplió en el papel de ‘Rubén’. Estuvo en todas las coberturas y entregó fácil la bola cuando la tenía. Quien peor lo pasó sin la compañía del astigitano y el esloveno fue Márquez y Fran Rico. En defensa se vieron superados por Recio y Duda o Fornals, sobre todo cuando Uche abandonó el campo.

Como en la vida y todo partido de fútbol se dio un punto de inflexión claro. Todo cambió cuando Tissone llegaba tarde a un balón dividido y pisaba a un jugador rojiblanco. Él decía que no, y el árbitro decía que segunda amarilla y la calle. El Málaga mostró su descontento tras los noventa minutos.

Con uno menos todo se volvió loco. Sandoval reaccionó rápidamente y metió a Rochina ahogando más aún a Márquez y Rico en el doble pivote. Esto se tradujo en unos inexplicables minutos en los que el Málaga pudo golear con inferioridad numérica. Pablo Fornals, justo después de la expulsión, ponía el 2-0 en el marcador. Fue Charles quien tuvo hasta dos oportunidades clarísimas para abrir brecha en el luminoso. Al final las acabó pagando.

El técnico nazarí fue protagonista ayer. Sus cambios fueron redondos. Las bandas eran una autopista con el ex rojiblanco Juan Carlos, Amrabat y el canterano Fornals. Miguel Lopes se vio superado por ellos y mostró un estado de forma preocupante. Dimitri Foulquier salió en sustitución del portugués y firmó unos minutos brillantes. También lo hizo El-Arabi en lugar de Rober, que no hizo su mejor partido, el cual se pasó peleando con sus defensores malaguistas y las continuas faltas que no le pitaba el árbitro. Entre ellos dos firmaron el primer gol nazarí. Foulquier llegaba a línea de fondo y ponía un centro medido, que El-Arabi se encargó de poner en la escuadra, imposible para kameni.

Con el Granada animado y con casi diez minutos por delante, con el tiempo extra, el Málaga perdió el balón por primera vez en todo el encuentro. Rochina, otro de los cambios, se mostró muy activo y con ganas de balón. Un balón abierto a banda izquierda lo recogía Success, y en casi su única buena acción de la noche ponía un gran centro que remataba el propio Rochina y establecía el empate a dos. Locura en el Granada.

Para finalizar hubo ocasiones para ambos equipos. Espacios, cansancio… aunque lo que queda es una reacción a tiempo y una bomba neutralizada. El Málaga a punto estuvo de hundir al Granada. Por su parte, el Granada evitó un suicidio ante un rival directo. Un punto para ellos, otro para los rojiblancos, quienes siguen por encima tanto de Málaga, Levante y Las Palmas.