Recomendaciones a costaleros para evitar lesiones en Semana Santa

Estar bajo un paso es para los músculo un esfuerzo repentino que, concentrado en unas hora, y mal practicado, conlleva lesiones

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Llega la Semana Santa y, con ella, alguna de las vivencias más populares en España; y, a la vez de las más duras en lo que a costaleros y procesionantes se refiere. La devoción religiosa y la querencia a participar en alguna de las numerosas tradiciones que hay por toda España no tiene que estar reñida con la seguridad y la salud. Y es que son muchos los miembros del costal (llegando a soportar más de 60 kilos de peso de media) que han sufrido lesiones -especialmente en sus articulaciones y columna vertebral- y que, además, han recurrido a al cuidado quiropráctico para tratarlas.

El desgaste de la columna se asocia en numerosas ocasiones a la edad, pero se trata de una visión parcial e incompleta, ya que los excesos e impactos a los que se la somete a lo largo de nuestra vida tienen una alta incidencia en ese deterioro.

Si a los diferentes problemas que la columna vertebral debe afrontar vinculados con el día a día, el trabajo y el deporte, le sumamos el alto impacto que supone participar en los actos procesionales en Semana Santa -más los ensayos de los meses previos- los problemas más comunes se agudizan; además de aparecer otros nuevos.

Lumbago, ciática, hernia discal y el desgaste de la columna vertebral (artrosis) son los trastornos más habituales. Derivados de la compresión de la columna, que con este sobreesfuerzo es mucho más intensa de lo habitual, tienen efectos negativos a lo largo de toda la vida. Los costales están afectando gravemente a la columna y por eso deben cuidarse previa y posteriormente para no tener que renunciar a su participación en una procesión e, incluso, a su autonomía.

Si consideramos, como explica Guillermo Busto, presidente de la Asociación Española de Quiropráctica (AEQ), su paralelismo con la práctica de un deporte, “hay que tener siempre en cuenta que hay que hacerlo bien. Para los músculos es un esfuerzo repentino que, concentrado en unas hora, y mal practicado, conlleva lesiones. Tenemos que preparar el cuerpo con un entrenamiento previo y el día que se procesiona hacer ejercicios de calentamiento y estiramientos antes de empezar y estiramientos al finalizar. Esto es básico, por muy cansado que se encuentren.”

"Contar con un entrenador o con alguien con experiencia previa en el mundo costal, es muy útil. Además de seguir las indicaciones de tu quiropráctico, adecuadas a la salud de tu espalda, Sin preparación para salvaguardar la columna, las cervicales y las articulaciones -antes y después de la procesión- derivarán con seguridad en lesiones”, explica Busto.