Reconoce que mató al agente Arcos con su arma reglamentaria y acepta 22 años y medio de prisión
El acusado ha confesado los hechos después de que las partes hayan llegado a un acuerdo por el que la Fiscalía ha rebajado la pena de 27 a 22 años y medio de prisión
El acusado de matar de un tiro en la madrugada del 15 de octubre de 2018 al guardia civil José Manuel Arcos Sánchez en Huétor Vega (Granada) tras arrebatarle su arma reglamentaria se ha declarado culpable este lunes ante el jurado popular que enjuicia su caso y ha pedido disculpas a la familia. "Esa noche no estaba bien por las pastillas", ha llegado a decir.
El acusado, conocido como 'El Kiki', ha reconocido los hechos después de que las partes hayan llegado a un acuerdo por el que la Fiscalía ha rebajado de 27 a 22 años y medio de prisión su petición por delitos de homicidio, tenencia ilícita de armas, robo y uso de vehículo a motor y daños, a lo que se han adherido el resto de las acusaciones, incluyendo la ejercida por la familia del agente, que llegó a solicitar 42 años y medio de cárcel.
En su derecho a la última palabra, el acusado ha querido pedir perdón a la familia y, a sabiendas, ha dicho, de que no aceptarán sus disculpas ha mantenido que no recuerda nada de aquella noche "por las pastillas" y que no sabe lo que ocurrió salvo por lo que ha leído en el sumario.
"Me has destrozado la vida con 25 años", ha gritado al acusado la hija del agente fallecido antes de salir de la sala del edificio judicial de La Caleta donde se ha desarrollado la vista, también en presencia de la viuda y el resto de allegados visiblemente afectados.
El reconocimiento de los hechos por parte del acusado, que permanecía en prisión provisional desde que se produjeran los hechos, y el acuerdo de las partes será ratificado este martes por el jurado popular, dando así por concluida la vista oral, que la Sección Segunda de la Audiencia de Granada había señalado inicialmente hasta el 27 de noviembre.
En posteriores declaraciones a los medios, la mujer del agente, Raquel Pérez, ha señalado que ha sido un proceso "muy duro", pero este acuerdo "es lo mejor que podía haber pasado", en tanto que el acusado ha reconocido los hechos y se hará justicia por su marido. Ha confiado en que el caso sirva para que se tomen medidas para dar más protección a estos agentes "que nos protegen y dan la vida por nosotros"
A preguntas de los periodistas, ha dudado que el acusado haya sido sincero en sus disculpas: "Ese perdón no me hace nada, no es de corazón, está hablando su abogado no él", ha señalado, aunque ha garantizado que no siente odio ni rencor hacia él. "Esa persona nunca ha estado en mi cabeza, el daño que ha causado en mi casa es muy grande (...) yo solo quería que se hiciera justicia", ha relatado.
Los hechos se remontan al 15 de octubre de 2018 en Huétor Vega, cuando, sobre las cuatro de la madrugada, el acusado arrebató tras una persecución el arma reglamentaria al agente José Manuel Arcos Sánchez y a corta distancia, con intención de acabar con su vida, le disparó en la zona situada entre el abdomen y la ingle, lo que le provocó la pérdida masiva de sangre y el fallecimiento por shock hipovolémico, según el relato del fiscal.
Según el relato de la Fiscalía, la persecución se inició cuando supuestamente el acusado "aceleró" tras darle el guardia civil el alto, junto con la agente en prácticas que lo acompañaba, después de que realizara "una maniobra que resultó sospechosa (...) probablemente porque manejaba un vehículo robado y porque portaba una mochila con un arma" considerada de guerra que arrojó durante la huida.