Cronología de una montaña rusa que acabó en ascenso

El Recreativo Granada pasó de estar a siete puntos de la salvación a consumar el ascenso en una forma imparable

Recreativo Granada
El Recreativo Granada celebra el ascenso en Avilés | Foto: Twitter / Granada CF
Quique Briz Farran
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El Recreativo Granada ha conseguido el triplete de ascensos del club después de doblegar en la final del playoff de ascenso al Real Avilés en su propio estadio. Un logro que pone un broche de oro a una temporada que tuvo de todo: situaciones al límite, remontadas en la clasificación, partidos consecutivos sin conocer la derrota o un emocionante playoff que acabó de la mejor de las maneras para los de Juan Antonio Milla.

El filial empezó esta campaña en el siempre duro grupo IV de Segunda Federación, con equipos de toda Andalucía y Murcia. Una categoría con equipos con solera y experiencia pero también con numerosos filiales. Juan Antonio Milla ya llevaba las riendas del equipo desde abril de la temporada pasada, después de relevar en el cargo a Rubén Torrecilla. El entrenador alboloteño finalizó la campaña en mitad de tabla, en un grupo con rivales completamente distintos (equipos de Andalucía Oriental, murcianos, alicantinos y manchegos). Antes, había entrenado ya al juvenil, donde trabajó con muchos pupilos con los que ha logrado ahora la gesta del ascenso.

Empezar tocando fondo

Tras acabar la temporada anterior en mitad de tabla, el Recreativo Granada empezó abonado al empate en los primeros compases de la Liga. Tras cuatro jornadas, acumuló una victoria y tres sendos 1-1, que le colocaban ante la incertidumbre del ecuador de la clasificación. A pesar de no perder, lo que no sabían los de Juan Antonio Milla era que le esperaban siete derrotas consecutivas ante Utrera, Cartagena B, Mar Menor, Recreativo de Huelva, Sevilla Atlético, Xerez Deportivo y Vélez. Unos resultados que dejaron al filial rojiblanco en el farolillo rojo de la tabla durante tres jornadas y a siete puntos de la salvación.

Las sensaciones no eran para nada buenas. Existía una falta de gol y Samu Omorodion, que a la postre se convertiría en un goleador prolífico, solo vio puerta en dos ocasiones en once jornadas. Esa acumulación de derrotas mermó al grupo, aunque luego sirvió para aprender de los errores y unir más al equipo. Y aunque las cosas no iban bien, Milla declaró en una entrevista para GranadaDigital sobre esa mala racha que "estábamos tranquilos, porque hacíamos un análisis profundo más allá del resultado. El equipo hacía cosas muy bien, pero había ciertos detalles que nos hacían perder los partidos". El tiempo les acabaría dando la razón, pues la montaña rusa no había hecho nada más que empezar.

Del descenso al playoff en cuatro jornadas

Aunque se acumularon siete derrotas seguidas, ni la idea ni el técnico fueron cambiados y el club decidió confiar en lo que ya tenía. Todo cambió en el encuentro ante el Juventud de Torremolinos, que venía de eliminar al Huesca de la Copa del Rey escasos días atrás. El 'Recre' empezó perdiendo, pero no se vino abajo y, aunque sufrió la expulsión de su portero Ángel Jiménez, acabó ganando por 4-2. Un resultado que le permitía volver a sumar puntos dos meses después y que cambiaría la trayectoria del equipo para siempre en esta campaña.

Tras esta importante victoria, el filial rojiblanco demostró que estaba más vivo que nunca a pesar de sus malos resultados y empezó a ganar encuentros, uno tras otro. Inmediatamente después de las siete derrotas, se sucedieron un total de seis triunfos ante Mancha Real, UCAM Murcia, Yeclano, San Roque de Lepe y Betis Deportivo, además del ya citado Torremolinos. Especialmente de peso fue la victoria en Yecla, ante un equipo que iba tercero y que salió derrotado por el primer doblete de Samu Omorodion, que empezaba a carburar en sintonía a su equipo. Con esa victoria, los de Milla salieron del descenso y solo cuatro jornadas después dormían quintos, en posiciones de playoff.

Asentamiento en la zona noble

Más de media Liga después, el Recreativo Granada encontraba estabilidad de resultados. Siguió acumulando victorias que incluso le dejaron durmiendo una jornada tercero, pero también empates y alguna otra derrota que le hacían estar en el límite del playoff de ascenso. Un Samu Omorodion en racha anotó su primer hat-trick en la visita del Polideportivo Ejido, justo después de cosechar un empate en la difícil cancha del Antequera, a la postre campeón absoluto del grupo.

Dos derrotas ante Recreativo de Huelva y Mar Menor hicieron volver a ver los fantasmas, pero lo que no sabían los chicos es que esas serían la última derrota de la temporada. Aunque se seguía mirando de reojo la zona de descenso, pues no había que olvidar de donde se venía y así lo obligaba la imperante igualdad del grupo IV, se empezó a vislumbrar la posibilidad real de que el equipo jugase el playoff. Quedaba mucho por recorrer y las jornadas finales, repletas de rivales directos en el calendario, serían claves para dictaminar si el futuro estaba en esas ansiadas promociones o si, por lo contrario, tocaba apretar los dientes para no sufrir.

Arreón final y a los playoffs

Si algo se puede destacar del final de temporada es la determinación del grupo, que siguió creyendo en su juego independientemente del rival. Varios compromisos con equipos de la zona baja que se jugaban el descenso fueron saldados con victorias en los instantes finales. Especialmente importante fue la remontada ante el Mancha Real, que ganaba 2-3 en la ciudad deportiva y un doblete de Samu Omorodion -algo cada vez más habitual- dio la victoria a los suyos. Quedaban cuatro jornadas y varios rivales directos.

La salida a Murcia para jugar en casa del UCAM, un complicado estadio en el que nadie había ganado, se saldó con un valioso empate que se hizo bueno gracias a las victorias ante Yeclano y San Roque de Lepe, perseguidores de los rojiblancos. Con una jornada de antelación, los de Juan Antonio Milla se habían asegurado unos playoffs que antes de Navidad parecían impensables, pero que se ganaron a base de creer. La inercia de las victorias llegó hasta la última jornada, donde se ganó ante el Betis Deportivo y se confirmó un meritorio tercer puesto.

El buen hacer lejos de Granada en el momento clave

El sorteo de la semifinal de la promoción determinó al Utebo, un recién ascendido que también llegaba con mucha ilusión a la cita. En la ida en este municipio zaragozano, el 'Recre' hizo los deberes ganando por 1-2 con una genial vaselina de Samu Omorodion, aunque con todo por decidir en la vuelta. La semana siguiente, una Ciudad Deportiva bajo una fuerte tormenta vio como rojiblancos y azules firmaban un 3-3 que clasificaba a los de Juan Antonio Milla. Un encuentro accidentado en el que, una vez más, Samu se lució haciendo gala de su calidad y que pudo acabar en susto, pues los 'barbos' amenazaron con forzar la prórroga bajo la tromba de agua.

En la final por el ascenso, el filial se enfrentaría al Real Avilés, que había terminado segundo en su grupo. Eso significaba que el empate no valía, y la igualada cosechada en Granada en un encuentro con polémica arbitral y mucha tensión lo dejaba todo por decidir en tierras asturianas y un contexto nada fácil para los chicos de Milla. Pero, por enésima y última vez, el 'Recre' mostró su determinación y la calidad que les había llegado hasta aquí, ganando el encuentro por 0-2 y demostrando que este equipo no se arruga en los momentos clave. La montaña rusa fue de un ritmo vertiginoso, pero finalmente acabó con un final muy feliz y con el filial en la tercera categoría del fútbol español tras dos años de ausencia.