La redención de Rousselle, Bamforth y Wiley, un trampolín para la mejor versión del Covirán

La mejora de los tres jugadores en las últimas jornadas es una muestra más de cómo el conjunto rojinegro necesitaba del aporte colectivo

Coviran Granada Laguna Tenerife
Jacob Wiley y Jonathan Rousselle durante un partido en el Palacio | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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Hablaba Pablo Pin antes del duelo ante el Joventut Badalona del pasado fin de semana sobre si se había prejuzgado a su equipo. El técnico bromeaba en tono irónico sobre cómo la redes sociales "una pequeña parte de la realidad que rodea al equipo" había señalado a sus jugadores desde la jornada 1. No le faltaba razón. El conjunto rojinegro ha sido duramente juzgado desde que arrancó la temporada y ciertos nombres han salido a relucir como los más señalados ante su irregular inicio de campaña.

Bien por las expectativas o bien por lo que se vio el pasado año, lo cierto es que Jonathan Rousselle, Scott Bamforth y Jacob Wiley han estado en el punto de mira desde que la temporada 24/25 echó a andar. La falta de anotación o de intensidad ha sido algunos de los aspectos criticados. Eso sí, los números no mienten. En el caso del base francés o del pívot estadounidense, sus números en ataque estaban muy lejos de lo que debían o se esperaba que fuesen. Un claro ejemplo en el acierto de Rousselle desde el triple. Hasta la jornada ocho, el base rojinegro contaba con un 4 de 25 en el tiro exterior. En los últimos tres encuentros ha sumado un 6 de 13, cerca de un 50% de acierto que le ha servido al Covirán Granada para sumar soldados a su causa y cosechar tres victorias consecutivas.

Jonathan Rousselle firmó ante Joventut Badalona su anotación más alta en lo que va de temporada con 16 puntos, así como su mayor valoración con 15. Además, en las jornadas 8 y 9, los encuentros ante Leyma Coruña y Río Breogán, el base alcanzó sus mejores cifras en asistencias con ocho y nueve, respectivamente.

En la misma línea se encuentra Scott Bamforth, jugador al que se le reclamaba una mayor presencia y relevancia ofensiva y que en los dos últimos encuentros ha dado un claro paso adelante, no solo en ataque, sino también en labores defensivas. Si bien es cierto que el estadounidense ha tenido buenas actuaciones individuales ante el Barcelona donde anotó 16 puntos o ante Surne Bilbao Basket donde el guarismo subió hasta los 17 puntos. Sin embargo, no ha sido hasta las últimas jornadas disputadas cuando Bamforth ha encontrado la continuidad que tanto se le pedía.

En las últimas cinco jornadas, el escolta ha superado la decena de puntos en todos los encuentros, siendo su mejor actuación ante Río Breogán con 24 puntos. Así mismo, su presencia en el rebote ha aumentado y para poner el broche de oro, Bamforth también ha sumado en el juego colectivo con cuatro asistencias en su casillero en los tres últimos partidos.

El caso más llamativo y evidente es el de Jacob Wiley. El pívot estadounidense pasó por un inicio de temporada sumamente complicado. Lastrado por una importante lesión en su mano, Wiley ha tratado de luchar contra su físico y su mente para darle al equipo lo que necesitaba. Sin embargo, no ha sido hasta las tres últimas jornadas cuando el jugador ha podido romper la coraza que lo oprimía para mostrar su verdadera versión sobre la pista.

A excepción del duelo ante La Laguna Tenerife, la presencia ofensiva de Wiley ha pasado muy desapercibida. Cuando el equipo ha comenzado realmente a mover el balón y a entender que el estadounidense necesita espacio para desarrollar su juego, el de California ha vuelto a la versión que tanto gustó en Granada la pasada temporada. Ante Coruña 12 puntos, ante Breogán 15 puntos y, aunque ante Joventut fueron cinco, sus siete rebotes compensan su ausencia en el plano ofensivo. No cabe duda alguna de que Covirán Granada necesitaba un paso adelante de toda su plantilla, pero sobre todo, de aquellos que cuentan este año como 'veteranos' y que ya saben lo que es pelear por la salvación con la elástica rojinegra.







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