Reducción de la Jornada Laboral: nadie pierde
La jornada de 40 horas, instaurada hace más de 40 años en un contexto muy diferente, ya no se ajusta a las necesidades del siglo XXI, y mantenerla perjudica tanto la salud de las plantillas como la productividad de las empresas. En lugares, como Granada, donde la mayoría de los convenios colectivos todavía contemplan esta jornada, una reducción traería consigo un cambio profundo, permitiendo a los trabajadores algo vital conciliar mejor su vida personal y laboral, lo que incrementaría su motivación y, por ende, serían más productivas.
La propuesta de reducir la jornada a 37,5 horas semanales, que está en plena negociación entre el Gobierno y los agentes sociales, toca directamente la vida de casi 100.000 personas en Granada. Muchos podrían ver esta reducción como una "pérdida", pero, en realidad, es una adaptación lógica a los tiempos que corren. Y está más que demostrado: trabajar 40 horas por semana deteriora la salud, causando estrés, ansiedad y agotamiento, a veces con consecuencias fatales.
Pero no se trata solo de la clase trabajadora. Las empresas también tienen mucho que ganar. Una plantilla más descansada es una plantilla más sana, lo que significa menos bajas por enfermedad y, a largo plazo, menos costes. Numerosos estudios lo confirman: jornadas más cortas no solo mantienen la productividad, sino que la incrementan
Concretando, en Granada, sectores como la hostelería y el comercio, donde predominan las largas jornadas y condiciones laborales exigentes, se beneficiarían especialmente. En estos sectores, la reducción de la jornada no solo mejoraría las condiciones laborales, sino que también generaría nuevas oportunidades de empleo, cruciales en una provincia con una tasa de desempleo superior al 20%, lo que contribuiría a repartir el empleo de manera más equitativa y justa.
La reducción de la jornada laboral no solo mejoraría la calidad de vida, sino que también impulsaría el mercado laboral local. Porque más horas de trabajo no siempre significan más riqueza. Al contrario, esas interminables jornadas, muchas veces mal pagadas, no son el camino hacia una economía próspera. Repartir el trabajo entre más personas no solo ayuda a reducir el desempleo, sino que crea empleos de mayor calidad, algo que nuestra provincia merece y necesita con urgencia.
Claro, el camino no estará libre de retos .La negociación colectiva será esencial para garantizar que se aplique de manera justa, beneficiando tanto a las personas trabajadoras como a las empresas.
En un contexto donde los beneficios empresariales siguen creciendo, es el momento adecuado para que la patronal reconozca que una jornada laboral más corta no solo es una medida de justicia social, sino también una estrategia inteligente, que generará riqueza a largo plazo.
En definitiva, la reducción a 37,5 horas semanales es una oportunidad que Granada no puede desaprovechar. Este cambio no es solo una respuesta a las necesidades del presente, sino una apuesta por un futuro mejor para conseguir una sociedad más justa: la clase trabajadora, las empresas y la economía de Granada tienen mucho que ganar.
La negativa por parte de la patronal de implantar la reducción de jornada hace necesaria la aprobación de una ley que, sin duda, incrementaría la productividad sin efectos adversos sobre los costes de producción.
Por ello desde CCOO no dudamos en salir a la calle para hacer realidad una medida con la que nadie pierde.
Clara Castarnado, responsable de acción social de CCOO Granada