Los refugiados ucranianos pasan su primera Navidad en Granada: "Una familia maravillosa apareció en nuestras vidas"

Serafyma, periodista que reside en la ciudad con su hijo desde hace ocho meses, asegura que sus planes pasan por quedarse "por completo"

Serafyma
Serafyma y Herman han construido una nueva vida en Granada | Foto: Remitida
Sergio Rodríguez Acosta
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Este sábado se cumplen diez meses del inicio de la invasión rusa de Ucrania. El tiempo pasa y el país presidido por Vladímir Putin no cesa en su ofensiva, una circunstancia que se ha agravado más aún con la llegada del frío para poblaciones que viven muchas horas al día sin luz. La comunidad ucraniana que reside en Granada, tanto emigrantes como refugiados, sigue muy de cerca el conflicto con la esperanza de que la pesadilla acabe pronto. Muchos ucranianos pasan estos días su primera Navidad en la provincia con la nostalgia de la distancia y el ánimo de construir una nueva vida. Es el caso de Serafyma, periodista que reside en Granada desde abril junto a su hijo Herman. Su intención es quedarse, una idea alimentada por lo bien rodeados que están desde su llegada.

Las fechas señaladas son el primer cambio notable para los ucranianos, pues su iglesia utiliza todavía utiliza el calendario Juliano y su día más importante es la entrada al año nuevo. "Para nosotros es una experiencia nueva, pero la aceptamos con mucho gusto, ya que planeamos quedarnos", declara Sima, que ha tenido invitaciones de amigos cercanos pasa pasar la Navidad. "Llegamos a Granada a mediados de abril. Casi de inmediato, una familia española maravillosa, grande y unida apareció en nuestras vidas y nos recibió muy calurosamente", detalla la periodista, cuyos avances con el idioma han sido sobresalientes. Su aspiración es seguir mejorando para encontrar pronto un trabajo en un medio de comunicación y volver a ejercer su pasión.

"Los valores familiares y de vida son los mismos"

Sima se muestra muy agradecida con su familia granadina "por su ayuda, sus interesantes conversaciones y la práctica constante de la lengua". "Por supuesto, a veces algunas cosas pueden ser difíciles de entender debido a las diferencias en los idiomas y las diferentes mentalidades. Pero en general, los valores familiares y de vida son los mismos", expresa esta comunicadora ucraniana, que explica que "por eso nos amamos".

Sima se comunica por teléfono con su padre, que se quedó en Ucrania. Estas serán las primeras navidades que pasé sin su progenitor, aunque recientemente se han mandado "cestas de Navidad con regalos" con afecto. "Por supuesto que es un poco triste, pero acordamos llamarnos por videoconferencia y felicitarnos al menos así", manifiesta.

La joven ha escuchado de personas cercanas que "algunos ucranianos quieren reunirse" a medianoche el día 31 en la Plaza del Carmen para tomarse las uvas y celebrar la llegada del año nuevo juntos. Sima se muestra receptiva con la idea, pues explica que en Ucrania no existe la costumbre de pasar los últimos minutos del año en una plaza bajo un reloj. Ella y su hijo empezarán 2023 con la ilusión de dejar atrás un año difícil, pero en el que también han sumado cosas positivas tras un duro camino recorrido.

Celebración de San Nicolás

Parte de la comunidad ucraniana que reside en Granada celebró el pasado sábado San Nicolás, una fiesta para niños que es tradición desde hace siglos. Los más pequeños recibieron los regalos de San Nicolás. Oksana Komisarchuk, ucraniana intérprete que vive en Granada desde hace más de dos décadas, destaca que los niños "se han hecho adultos con esta terrible guerra", motivo por el que celebra el éxito de la cita, que normalmente se celebra el 19 de diciembre en Ucrania.

San Nicolás visitó Granada para alegría de los más pequeños | Foto: Remitida

Oksana agradece especialmente la labor de la asociación Guardias Civiles Solidarios, cuyo apoyo a Ucrania desde el primer día a través de la 'Operación Tryzub' ha sido enorme. "Deseamos que San Nicolás nos traiga el mejor regalo: la victoria", concluye Oksana.