El refugio climático que protege del calor a las personas sin hogar durante el verano
Durante todo el mes de agosto, la plataforma 'La Calle Mata' brinda este espacio de resguardo frente a las altas temperaturas
Un verdadero oasis para personas sin hogar durante el intenso verano de Granada. Un espacio de cuidado que salva vidas. Ese es el Refugio Climático, que durante el mes de agosto es el único lugar de toda la ciudad donde las personas que viven en la calle pueden protegerse de las altas temperaturas.
La iniciativa es liderada por la plataforma 'La Calle Mata', que agrupa a un gran número de asociaciones dedicadas al apoyo a personas sin hogar, y que desde hace meses han protestado en la puerta del Ayuntamiento, exigiendo espacios de protección para las personas que no tienen un techo, sobre todo, durante los meses de frío y calor extremo.
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Inés Barrio, que pertenece a las asociaciones AMANI y Oxfam Intermón, denuncia que "se ha intentado cada viernes en el inicio de los plenos convencer a los concejales y a la señora alcaldesa de que las condiciones eran infrahumanas, cómo viven estas personas y cómo iban a vivir el verano con estas temperaturas". "Y se han mostrado totalmente indiferentes", lamenta.
Frente a esta situación, aseguran que no podían quedarse de brazos cruzados y decidieron ellos mismos crear un Refugio Climático de protección para las personas sin hogar durante el verano. Para ello, consiguieron el apoyo de la asociación EDICOMA, que les cedió el recinto de su comedor social ubicado en calle Colegios, que durante el mes de agosto no estaría funcionando. "Se les ha pedido el espacio y estamos como 40 personas voluntarias colaborando para que esto funcione", comenta Carmen García Sánchez de la Asociación Pro Derechos Humanos de Granada.
Este lugar está abierto durante todo el mes de agosto, por las mañanas de 11:00 a 13:00 y, por las tardes, de 14:30 a 20:30 horas, y recibe a decenas de personas cada día. El refugio tiene aire acondicionado y agua fresca, por lo que realmente es un espacio de alivio, donde todos pueden resguardarse del calor extremo que afecta a Granada durante estos meses. "Les brindamos de fruta, flan, lo que tengamos, y por la tarde se les da una merienda. También hay hay juegos, pueden hablar entre ellos, con nosotros, nos entretenemos atendiéndolos", narra Carmen.
Las personas que llegan tienen un lugar para dejar sus cosas, sentarse, conversar, relajarse e incluso, más de alguno, busca un rincón para recostarse unos minutos. Es un respiro necesario para soportar lo duro que es vivir en las calles, sobre todo, en días de temperaturas extremas. "Estamos padeciendo un verano con unas temperaturas muy altas, con una escasez de recursos para las personas sin hogar, para refrescarse, para estar a la sombra, para descansar un poco", indica Inés. "Son personas que no tienen un techo, que duermen en la calle y, por lo menos, que tengan un tiempo de alivio de esta situación tan adversa", apostilla.
Para poder contar con alimentos y todo lo necesario para funcionar, este refugio ha recibido el apoyo de voluntarios y organizaciones sociales. "Aquí no hay presencia de ninguna administración. Los recursos que están manteniendo este dispositivo son totalmente privados, son organizaciones sociales, la sociedad civil, la que está haciendo donaciones, aportaciones económicas, con la colaboración también del Banco de Alimentos", agrega.
"No estamos en la calle con 40 grados"
Javier Carvajal vive en la calle y ha sido una de las personas que ha acudido diariamente al Refugio Climático durante todo el mes. Para él, este lugar ha sido muy importante para sobrellevar sus dificultades y para soportar las altas temperaturas: "Esta estancia está interesante porque la gente que estamos en la calle por lo menos no pasamos calor. A 40 y tantos grados que estamos últimamente en Granada, por lo menos no estamos en la calle".
Sobre la labor del voluntariado, Javier destaca que "lo hacen desinteresadamente y se preocupan por gente que está en la calle". "Eso tiene un gran valor", dice, y agrega que "hay buen rollo, se hacen grupitos, se va conociendo gente y aprendes mucho también".
En la misma línea, Alejandra Rozo, quien también es usuaria del refugio, indica que "está muy bien" porque ella, además, se dedica a "confeccionar ropa, a diseñar, a hacerle arreglos a los compañeros y compañeras" y considera que "está bien, porque es un sitio que está climatizado y puedes hacer las actividades mucho mejor".
Tras un mes de funcionamiento, este 31 de agosto finaliza el Refugio Climático, pues el recinto vuelve a la normalidad a utilizarse como un comedor solidario. Y, aunque los voluntarios están muy felices por el trabajo realizado, señalan que "esto no es suficiente" y que "es necesario un dispositivo permanente" para el resguardo de las personas sin hogar. Según explica Carmen García, "hay unas 300 personas viviendo en la calle y se han muerto tres en poco tiempo. Nosotros exigimos que hubiera un albergue que estuviera abierto los 365 días del año".