El regreso de la vida universitaria a Granada aumenta la demanda de alquileres
A través de diferentes portales y webs, los estudiantes buscan a lo largo de estos meses un hogar en el que poder habitar durante su estancia
El verano llega a su tramo final y las vacaciones van terminando. La vuelta a la normalidad asoma y eso conlleva que la vida estudiantil se retome en Granada, lo que produce que miles de jóvenes busquen un nuevo hogar en el que poder habitar mientras completen su etapa universitaria en la ciudad granadina.
Muchos tienen ya sus alquileres apalabrados y han encontrado un lugar donde poder vivir. No obstante, muchos universitarios continúan en la búsqueda de un piso de alquiler. Los más rezagados, y los que entrarán en la última convocatoria de septiembre, tienen la misión de localizar algo bueno, bonito y barato, aunque se presente como dificultoso en estas fechas donde casi todo está repartido.
Muchos portales y webs están plagados de anuncios de ofertas de alquileres que, con sus más y menos, suelen ser como se esperan, pese a que haya excepciones. No es extraño saber que en estas páginas se visualizan centenares de estafas donde ponen precios desorbitados por habitaciones y casas que no cumplen con lo esperado en las imágenes compartidas. Los desperfectos y falta de limpieza en estas viviendas suelen ser unos de los problemas más frecuentes con los que se encuentran los jóvenes al llegar.
Los estudiantes utilizan diferentes vías para buscar una morada durante su periplo en la ciudad nazarí, como las redes sociales. Granadapisos es una de las plataformas más utilizadas por ellos debido a la sencillez para localizar un hogar según su precio, zona donde esté, presupuesto y características, como si tiene aire acondicionado, si está amueblado, si tiene balcón, si tiene el transporte público cerca, qué géneros se permiten, si aceptan fumadores, etc.
Principalmente, en Granada se registran habitaciones de pisos para compartir en zonas céntricas o cerca de zonas universitarias, como Pedro Antonio de Alarcón, Camino de Ronda, Plaza de Toros, Pajaritos o Cartuja, entre otras. A su vez, abundan publicaciones donde se buscan aposentos, es decir, la gente demanda y no oferta. De esa manera, los propietarios son los que se ponen en contacto directamente con los interesados.
El precio de las habitaciones depende de diferentes variables, como cercanía a zona céntrica, que haya transporte público al lado o que se mantenga en un buen estado. Habitualmente, dicho alquiler no suele sobrepasar los 300 euros en zonas muy demandadas de Granada. Se pueden encontrar buenas ofertas, alrededor de los 200 euros, que suele ser el precio que ronda por una habitación normal.
Las inmobiliarias tienen un gran peso
Pese a que los jóvenes utilicen hoy en día otras formas para buscar piso, las inmobiliarias aún tienen un gran peso. Con su función como intermediarios, los agentes entablan una estrecha relación con los propietarios, que publican las ofertas en las inmobiliarias, y si hay algún interesado, se hacen cargo de hacer de nexo.
Comerciales de Granada especializados en alquileres estudiantiles aseguran que, principalmente, los inquilinos buscan "juntarse con varios compañeros" en "zonas céntricas" ya que están "bien conectadas gracias al Metro y los autobuses públicos". Diferentes agencias granadinas aseguran que habitualmente "se queda con el propietario para hacer las fotos a los domicilios y ver que todo está bien mantenido". En caso de no ser así, los intermediarios se encargan de comprobar antes de entregar las llaves al inquilino que todo está como se había acordado en un principio.
Además, insisten en que los inquilinos tienen varias semanas para que comenten "si hay algún desperfecto y ponérselo en conocimiento al propietario para que lo arregle en un tiempo que se acuerde".
La alternativa de las residencias estudiantiles
Del mismo modo, Granada posee varias residencias estudiantiles cuya demanda también suele ser alta. Dicha propuesta también se presenta como una experiencia enriquecedora y que permitirá conocer a nuevos amigos, aunque el coste de alojarse en una residencia de estudiantes o colegio mayor es mucho más elevado que el de compartir piso.
El piso compartido conlleva el abono de las cuotas de luz, agua, gas, internet, mientras que la pensión en una residencia varía dependiendo de la opción que se seleccione. El precio medio puede oscilar entre los 300 euros al mes y puede llegar a dispararse hasta los 1.300 euros al mes.
No obstante, las comodidades son mucho mayores, ya que una residencia de estudiantes dispone de servicios de limpieza, lavandería y comedor e incluye zonas de ocio y entretenimiento, como bibliotecas, salas de estudio, pistas deportivas, cafeterías y otras zonas comunes.
Salir de casa y alejarse de los familiares siempre genera respeto. La vida universitaria, además de enfocarse en el estudio, hace que los jóvenes maduren y convivan de una manera que nunca habían hecho antes. La vida universitaria cambia por completo a los estudiantes, que esperan cumplir una nueva etapa donde se enfrentarán a muchas aventuras que mantendrán para siempre en el recuerdo.