Restaurado el pilar de Don Pedro situado en la plaza del Padre Suárez

Luis Salvador destaca que la actuación refleja "el alma del gobierno por el compromiso por conseguir un salto de calidad en la ciudad

ALCALDE PILAR DE DON PEDRO
Luis Salvador en en el acto de puesta en servicio del nuevo pilar | Foto: Archivo
Gabinete
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El pilar de Don Pedro, del siglo XVI, encastrado desde 1942, en un muro lateral del antiguo convento de San Francisco, actual sede del Mando de Adiestramiento y Doctrina del Ejército de Tierra (MADOC), en la plaza del Padre Suárez, ha sido sometido por el Ayuntamiento, en colaboración con Emasagra, a un proceso de restauración gracias al que se recupera “un elemento arquitectónico único situado en un espacio monumental e histórico de la ciudad”.

Así lo ha asegurado hoy el alcalde de Granada, Luis Salvador, en el acto de puesta en servicio del nuevo pilar, al que han asistido los concejales de Urbanismo, Luis González, y de Mantenimiento en el Ayuntamiento de Granada, Eva Martín; el general de brigada y secretario general del MADOC, Antonio Esteban López, y el director de Planificación, Proyectos y Obras de Emasagra, Alejandro Muñoz.

El máximo responsable municipal ha destacado que la intervención refleja “el alma” de este equipo de gobierno, “que cree en las personas, que cuida los detalles, dando valor a nuestro patrimonio, como es este pilar del siglo XVI, una joya arquitectónica, que a partir de ahora entra en funcionamiento para disfrute de los ciudadanos”.

Para Luis Salvador, la restauración se enmarca dentro de “nuestro compromiso por conseguir un salto de calidad en la ciudad de Granada”, tanto en grandes proyectos “con los que revitalicemos y alcancemos la excelencia en Granada”, ha dicho, para a continuación citar, entre otras iniciativas, el acuerdo del Ayuntamiento y la Junta del Plan Alhambra, con una inversión de 23 millones de euros, la entrada en funcionamiento de uno de los tramos del eje Arabial-Palencia, o el Anillo Verde, como “en pequeños detalles, como este pilar del siglo XVI o la entrada en funcionamiento de la fuente de Bibataubín, que llevaba 30 años averiada”.

Realizado en caliza mítrica de Sierra Elvira, con dos cuerpos diferenciados, -una pila rectangular, con perfil ligeramente curvo y remate recto, y un frontis de un solo cuerpo, con dos tableros, en los que se incrustan en el centro de cada uno un mascarrón que expulsa agua-, el material pétreo del pilar de Don Pedro presentaba una conservación “deficiente” ocasionada tanto por factores intrínsecos como provocados por elementos externos.

La intervención ha permitido, tal y como ha destacado Luis González, concejal de Urbanismo, recuperar un elemento histórico “vital” en la historia de la ciudad, “donde arte, patrimonio, cultura y sociedad, son elementos ligados a Granada, junto con el agua, porque Granada no se entiende sin el sonido del agua”, ha recordado.

Los pilares históricos de la ciudad cumplían una doble finalidad, en la medida en que abastecían de agua potable a la ciudadanía, en una época en que no había en los domicilios, y servir de abrevadero para los animales.

La restauración del pilar, en el que destacan como elementos decorativos, una inscripción alusiva al momento en el que fue instalado en el Paseo del Violón entre los años 1899 y 1901, el escudo real, situado en el centro, y dos escudos de la ciudad en los paños laterales, ha priorizado “mantener la escultura sin añadir ningún tratamiento o elemento que pudiese alterar o distorsionar la estabilidad de la misma”, según ha explicado Alejandro Muñoz.

De ahí que se ha resaltado el sistema constructivo original, eliminando los añadidos que se han ido sucediendo a lo largo del tiempo, por lo que se ha optado por “borrar marchas de anteriores intervenciones”. A su vez, se ha procedido a dotarlo de un aliviadero de agua conectado a la red de saneamiento para evitar las filtraciones que provocaba.

El pilar de Don Pedro era propiedad de Pedro González de Mendoza (1428-1495), conocido como Gran Cardenal de España, quien lo instaló en una de sus huertas del pago de Garagui o Jarabuí, situado entre la calle Cañaveral y calle Arabial, siendo trasladado en el siglo XVIII al Paseo del Violón, junto al actual restaurante el Ventorillo, para finalmente emplazarlo en la Plaza Padre Suárez en 1942.