Un restaurante de Sierra Nevada presentará la fondue más alta del mundo, a más de 2.500 metros de altura
Por el Día Mundial del Queso, El Chalet Suizo by Quesos de Suiza ofrecerá del 20 al 31 de marzo este plato nacional suizo
Una fondue de queso es mucho más que un plato típico: es una parte de la cultura suiza, sinónimo de tradición y de animadas reuniones alrededor de una mesa, además de perfecto para disfrutar en la temporada de frío. Por eso, y en homenaje al Día Mundial del Queso, que se celebra el 27 de marzo, podrá degustarse en el mejor escenario invernal: en El Chalet Suizo, situado a 2.555 metros de altura, en lo alto de las pistas de esquí de Sierra Nevada. Un restaurante propio de Quesos de Suiza que permanece abierto hasta fin de temporada y que basa su carta en este alimento de producción artesana, totalmente natural y de máxima calidad.
Del 20 al 31 de marzo, El Chalet Suizo ofrecerá un dúo irresistible: la auténtica fondue Moitié-Moitié clásica, que se prepara con dos variedades de quesos suizos: mitad Le Gruyère AOP –elegido el mejor queso del mundo en 2022– y mitad Vacherin Fribourgeois AOP, y se elabora y presenta en el típico caquelón de hierro. La propuesta se completa con una botella de Moët & Chandon Brut Imperial, por un precio conjunto de 110 euros.
Historia de la fondue
Establecido como el plato nacional de Suiza desde la década de los 50, con la inclusión de la receta en el libro de cocina del ejército, es un plato que nació del frío. El origen de la receta podría encontrarse en la antigua costumbre de pastores y montañeros de calentar los trozos de queso viejo, más duros, no solo para ablandarlos, sino también para poder preparar un plato de comida reconfortante.
La receta básica de la fondue de queso requiere de muy pocos ingredientes: queso suizo rallado –no demasiado joven, para que se derrita mejor–, ajo fresco, un poco de vino blanco suizo, harina de almidón de maíz para ligar y un poco de zumo de limón. En cuanto al pan, los típicos cubos de pan para fondue son en su mayoría de pan blanco, pero el pan semiblanco o ahumado también va muy bien. Otra opción son las patatas cocidas, las verduras o las frutas, por ejemplo, peras, manzanas o uvas. Un consejo: el queso se pega mejor al pan ‘de ayer’ que al pan fresco.
Una burbujeante receta
Normalmente, la receta de la fondue incluye vino blanco o kirsch, un licor de cerezas tradicional de Suiza. En esta ocasión, en su elaboración se ha empleado champagne Moët & Chandon, en una colaboración única de la mano de un equipo gastronómico que ha conseguido dotar a la fondue clásica de unos matices especiales, de sabor y textura, al introducir estas prestigiosas burbujas en la receta. La fondue armoniza igual de bien con un vino ligero y afrutado que con un champagne, por eso, en El Chalet Suizo, la fondue más alta del mundo estará acompañada por una botella de Moët & Chandon Brut Imperial.
Una experiencia que te transporta a Suiza
El Chalet Suizo by Quesos de Suiza ofrece una experiencia única, enmarcada en el idílico entorno de las cumbres de Sierra Nevada, que acerca el ambiente alpino, la tradición quesera suiza y sus productos 100 % artesanos y naturales al público español. Tras una reciente renovación, todos sus espacios se han optimizado mejorando en agilidad y ampliando su capacidad interior para 80 personas más.
Este restaurante temático de quesos suizos ofrece recetas típicas y familiares, protagonizadas por las siete principales variedades de Quesos de Suiza: Le Gruyère AOP, Appenzeller®, Emmentaler AOP, Tête de Moine AOP, Sbrinz AOP, L’Etivaz AOP y Raclette du Valais AOP. Entre las novedades gastronómicas de este año, se encuentran platos como el buñuelo en tempura relleno de Le Gruyère AOP (sciatt), el milhojas de Emmentaler AOP y la tortilla de L’Etivaz AOP.
Le Gruyère AOP suizo: el mejor queso del mundo
Esta es una oportunidad única para disfrutar del suizo Le Gruyère AOP, reconocido como el Mejor Queso del Mundo 2022 en los World Cheese Awards, uno de los certámenes más prestigiosos del sector. El auténtico Le Gruyère AOP suizo –que, en contra de la creencia popular, no tiene agujeros– procede de la región de Gruyère, en el cantón de Friburgo, una zona de belleza incomparable, y se elabora desde el año 1115 siguiendo una receta tradicional transmitida de generación en generación.
De sabor recio y pronunciado aroma, este queso se caracteriza por sus matices afrutados sostenidos por una nota más o menos salada y que pueden variar según la zona de elaboración. Sus variedades más conocidas en España son Le Gruyère AOP Clásico -de 6 a 9 meses de maduración- y Le Gruyère AOP Reserva -mínimo 10 meses de maduración-. En El Chalet Suizo es posible disfrutarlo en la fondue, en una tabla de quesos solos o con ibéricos, o en platos como el risotto de boletus y Le Gruyère AOP.