Resumen semanal | La única batalla perdida es la de la concienciación

Granada vive una nueva realidad desde que la pasada madrugada del sábado 8 al domingo 9 de mayo entrara en vigor el fin del toque de queda por parte del Gobierno. No es la capital ciudad precisamente tranquila. Su nutrida comunidad universitaria, y la gente joven en general, estaban esperando como agua de mayo el levantamiento de las restricciones. Y eso precisamente, agua de mayo, es lo que se encontraron en la noche en la que pretendían tirar la casa por la ventana. Algo que consiguieron hasta que sobrevino el chapetón, dejando imágenes que son incompatibles con la lucha frente al virus.

Poca gente puede entender que se haga un botellón multitudinario o se congreguen cientos de personas en una plaza para cantar, pegarse y sin mascarilla. Pero si las personas que ve esos vídeos encima están especialmente sensibilizadas por haber tenido que combatir en primera línea al Covid, la indignación se torna impotencia. Y si no que se lo pregunten a los trabajadores de las residencias de mayores, uno de los lugares en los que atacó con más inquina el coronavirus. Las fiestas nocturnas y el gentío no sólo constituyen un problema de falta de concienciación colectiva, sino también de otro que se remonta a mucho más atrás: el del descanso de los vecinos. En la calle Ganivet lo saben muy bien.

Lo cierto es que con la rebaja al nivel 3 de alerta que ha experimentado la capital, los granadinos podrán volver a beber en las barras siempre que no estén en una discoteca. Medidas que no por poder ajustarse a una lógica nueva desescalada dejan de ser un freno al propio relato oficial de las autoridades sanitarias. Lo que sí ha prohibido la Junta de Andalucía son las fiestas y verbenas para los niveles 3 y 4 de alerta, mas la capital los columpios volverán al recinto ferial de Almanjáyar durante el Corpus. ¿Y cómo ven los granadinos el fin del estado de alarma y todas esas consecuencias derivadas? GranadaDigital salió a la calle para despejar la incógnita. Además, las consultas al Defensor de la Ciudadanía han crecido casi un 25% en el primer año de pandemia, según un informe de la propia oficina del Defensor.

La lucha contra el Covid se libra desde la administración y sobre todo en los centros de vacunación masiva. Pero para que las dosis lleguen hasta estas instalaciones antes tienen que fabricarse en laboratorios como el de Rovi en Granada, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado este viernes para recordar que España va en línea recta hacia la inmunidad de grupo. Además, los profesionales esenciales de menos de 60 años que se habían quedado descolgados de los ‘grupos diana’ ya están siendo vacunados. Esto permite, muy poco a poco, ir recuperando la normalidad en los aforos. Y aunque se haya confirmado la vuelta a los estadios de fútbol, Los Cármenes no podrá abrir como pronto hasta la próxima temporada. En el Palacio de Deportes sí que podría empezar a registrarse movimiento, aunque no ya por los partidos del Covirán, sino por la intención del director del WiZink Center, el periodista granadino Manuel Saucedo, de ampliar el acuerdo para traer grandes conciertos a Granada que el recinto madrileño ha firmado con la Plaza de Toros más allá del coso granadino. El propio Saucedo lo explicó en nuestros #DirectosEnRedGD. En la recuperación, aunque en este caso del turismo, también se confía de cara a Fitur.

Volviendo al ámbito cultural, la semana deja el inicio del 33 Festival Internacional de Tango, el programa del Universo Fortuny por el 150 aniversario del nacimiento del diseñador y la publicación de la canción ‘7 vientos’, el último single de la banda granadina Eskorzo. Si de gastronomía hablamos, nada más completo que una buena tapa con un refrigerio, conceptos que aúna muy bien el concurso Granada de Tapas de Cervezas Alhambra. La crónica deportiva deja la dolorosa derrota del Granada CF ante un Real Madrid que no dio opción en Los Cármenes y sigue vivo en la lucha por alzarse con el título de Liga. Aunque quizás la mejor noticia es esa que no marca todo el mundo en el calendario, sino que cumple los sueños de unos pocos. Es el caso de José Antonio Navarro Díaz y Óscar Álvarez Segura, dos chicos con discapacidad que han cumplido su sueño de volar en paramotor gracias al piloto Ramón Morilla y a la Asociación de Voluntariado Social 'Poquito a Poquito'.