Ricardo Hwang: “He cumplido mi sueño de niño, actuar en Granada”
El guitarrista coreano, que también desea mostrar su arte en la Alhambra, ofreció un recital de guitarra en el Museo Arqueológico
Ricardo Hwang nació en Corea y su pasión ha sido la guitarra. Son muchos los asiáticos que se sienten especialmente atraídos por este instrumento de origen español y para ellos Granada es el epicentro donde late el corazón del instrumento. La historia demuestra el papel relevante jugado por la ciudad en el desarrollo tanto del género flamenco, como del clásico. El presente continúa en la misma línea gracias Festival Internacional de la Guitarra-Antonio Marín al que le han bastado sus primeras ediciones para situarse como la cita anual más importante del mundo del guitarra, tanto por la categoría de los artistas que en él participan, como por la variedad de aspectos que aborda. Esto justica que cuando Hwang terminó su intervención en el patio del Museo Arqueológico-Casa de Castril, dijera en público: “He cumplido mi sueño de niño, actuar en Granada”. Añadió que todavía le queda otro sueño por cumplir, hacerlo en la Alhambra donde este festival organiza algunos de sus espectáculos.
Homenaje a Manuel Contreras
El concierto estuvo marcado por el homenaje a Manuel Contreras, un guitarrero que aunque madrileño, estuvo ligado gran parte de su carrera a Granada. Ricardo Hwang interpretó un instrumento salido de su taller, con el característico sonido que ofrecen estos instrumentos cuya escuela hoy en día continúa ofreciendo magníficas guitarras.
El intérprete quiso que fuera un recital muy especial y ofreció el estreno en España del Preludio nº 5 de Gabriel Estarellas, en el que ya puso de manifiesto un estilo especial caracterizado por un sonido distinto por su especial belleza. Se emocionó especialmente cuando llegó a las partituras de Celedonio Romero, evocando el momento en que pudo conocer al maestro.
Para concluir, se acercó al folklore de su país y a la copla española. Es lógico entender que el segundo género se adapte perfectamente a la guitarra, pero sorprende la naturalidad con la que la música coreana suena también en este instrumento que parece no tener límites en cuanto a su adaptación a muchos tipos de música, mostrando así su universalidad.