Los riesgos de la ortorexia y la obsesión por comer solo productos 'saludables'

Esta enfermedad pone en riesgo hasta al 1% de la población española, que por intentar tener un estilo de vida saludable acaba obsesionándose

comida sansa
La clave está en la educación y en cuidarse, no obsesionarse | Foto: GD
Juan Pérez Martín
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El mundo del realfooding y el auge del fitness han derivado en que las personas cambien de mentalidad y se centren mucho más que antes en su cuerpo y su alimentación. Cada vez hay un mayor número de personas que se suma a esta oleada, que, a priori, parece no tener ningún fin malévolo.

Como todo en la vida, la obsesión deriva en problemas, y no es para menos. Hay una enfermedad que ha desatado mucho revuelo en los últimos años al estar relacionada con comer solo cosas sanas.

Se puede decir que la ortorexia es una de las conductas que lleva a obsesionarse por mejorar el estado de salud a través de la alimentación. Considerado como un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), la ortorexia consiste en comer únicamente comida saludable, pero que llega a niveles extremos que rozan la desnutrición e incluso pone en jaque la salud corporal y mental de los individuos.

Un trastorno alimenticio del que se ha hablado poco hasta ahora

Al igual que ocurre con la bulimia nerviosa o la anorexia, el comportamiento de las personas afectadas es bastante similar. No obstante, la diferencia que separa a este tipo de enfermedades no tiene que ver con la cantidad de comida, sino con la calidad de ella.

Los ortoréxicos desarrollan unas reglas alimentarias propias, basándose en evitar las comidas sociales que están prohibidas por completo en sus dietas. Comer algún alimento que no esté permitido para ellos, les provoca un gran sentimiento de culpa que no pueden tolerar.

Por tanto, para evitarlo, intentan planificar sus dietas diarias con comidas que para ellos son las más saludables y poco dañinas en sus vidas. Como bien comenta María José Aróstegui, psicóloga especializada en trastornos de la conducta alimentaria del Hospital Vithas Granada, la dieta que siguen estas personas está compuesta “por productos costosos, que a veces solo se pueden comprar en centros específicos e intentan evitar productos con conservantes, pesticidas, grasas saturadas, sal, azúcar…

A su vez, esto lo que produce es la gente coma cada vez menos alimentos, lo que hace que se basen en una dieta pobre, poco variada y nada equilibrada, e incluso que no llega a conseguir el reto de lo que ellos buscaban: tener una salud completa.

Las personas afectadas por la ortorexia siguen unos patrones muy comunes. Según la experta, “son personas muy estrictas, controladoras, de un nivel socioeconómico normalmente alto, autoexigentes y muy vulnerables”.

Algo llamativo son las diferentes manías y rituales que tienen, como utilizar “materiales específicos para preparar la comida o hacer solo unos cortes concretos con los cuchillos”, lo que evidencia que, para ellos, “las cosas solo tienen una forma correcta de hacerla, y es la suya”.

¿Por qué comer saludable puede llegar a ser tan perjudicial?

No hay ningún problema en comer saludable. Es más, todo lo contrario, es algo que se invita a realizar teniendo una dieta completa. El problema viene cuando se convierte en una obsesión que deriva en déficits nutricionales, vitamínicos y proteicos.

Comer algún tipo de alimento fuera de la dieta de los ortoréxicos les conduce a un gran sentimiento de culpa | Foto: Archivo

Una opción muy común que usan es tomar suplementos nutricionales. Estos, además de ser muy costosos, no cumplen con lo deseado, e incluso, pueden producir efectos nocivos sobre el organismo de las personas.

También se evidencian daños en la salud mental de los ortoréxicos. La presencia de ansiedad, estrés, baja autoestima y notables muestras de aislamiento social son algunas de las ejemplificaciones más recurrentes que se ven en estos enfermos.

La educación, clave para prevenir

La educación en los niños es vital para evitar llegar hasta ese punto. Hacerles ver que los modelos de belleza son simplemente un ejemplo a imitar que no hay por qué seguir y que llevar un estilo de vida basado en estos estereotipos no hace que se consiga lo deseado.

“La población de riesgo en este caso son las personas adolescentes, sobre todo las mujeres, y personas que se dedican exclusivamente al deporte, como al culturismo o atletismo”, continúa la psicóloga.

La comida, además de poseer un valor nutricional que permite al cuerpo tener energía y poder rendir, hace de factor social, y el hecho de tener unas dietas tan excluyentes provoca que los afectados no puedan relacionarse ni mantener vínculos con otras personas de manera tan fácil, ya que no lo compaginan para nada con sus estilos de vida.

Estar tan expuestos a la publicidad “influye, pero no es lo principal”, lo que ratifica que el hecho de una buena educación puede evitar el aumento de los casos de ortorexia, según añade la experta.

Cuidarse, no obsesionarse

Obviamente, está bien cuidarse y mantenerse lo mejor posible para así sentirse también lo mejor posible uno mismo, aunque sin sobrepasar los límites y convertirlo en una obsesión.

Los especialistas afirman que, a lo largo del tiempo, este tipo de enfermedades cambiarán el devenir del siglo XXI. Serán padecimientos que irán a más y pondrán en jaque a la sociedad, por lo que hay que tener respeto y precaución por ellos.

No obstante, es recomendable que estos casos sean tratados por expertos en el tema. Para los profesionales, “el mejor tratamiento es el interdisciplinario, y el cognitivo influye también bastante”. Lo más importante es que la respuesta de estos pacientes “suele ser mayor que la de otros enfermos que sufren también trastornos de conducta alimentaria”, explica la psicóloga.

Sobre el número de enfermos, diferentes estudios demuestran que “entre un 0,5% y un 1% de la población española lo sufre”. Asimismo, otros estudios más específicos argumentan que “el 10% de casos viene asociados con la anorexia”.

“Todavía queda mucho por investigar”, es la frase que lo resume todo. La ortorexia es un tema muy delicado que cada vez está yendo a más. La suma de afectados demuestra que es un serio problema, muy peligroso para el devenir de las personas y, en concreto, para los más jóvenes, que podrían verse en riesgo de aquí al futuro.