Los Robe destellan magia en Granada

Robe Iniesta y su banda realizan la enésima demostración de poder musical en un abarrotado recinto del cortijo del Conde de Granada

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Robe en su concierto de este pasado viernes en Granada | Marcos Gómez
Manu Bayona
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Son las 20.01 horas del viernes 20 de septiembre. El teléfono suena. Es la oficina de Robe Iniesta.

"Hola Manu. Me han pasado tu contacto. Ha habido un error en una info que habéis dado y la hora de inicio del concierto no es la correcta. Nos han llamado varias personas para preguntar cuál era la hora de inicio al ver vuestra noticia. Por favor, podéis cambiarlo?"

Nunca un error propio (sentimos las molestias) me hizo sentir tan orgulloso. Y es que nuestros lectores no solo son gente fantástica, diversa e inteligente, sino que además, entre ellos hay muchos fieles seguidores del rey de Extremadura. Ole.

A las 21.45 horas en punto salió Robe al escenario del Cortijo del conde en Granada. Él solito. Con un cañón de luz imponente que reforzaba su delgada silueta y tocando los primeros acordes de 'Destrozares'. Poco a poco, conforme el resto de los instrumentos se incorporaban al tema, salían todos y cada uno de los miembros de la banda. Una banda, que no me cansaré de decirlo, es la mejor que ha tenido Roberto Iniesta en toda su trayectoria profesional. Y para más mérito y orgullo extremeño, producto 100% de su tierra.

Con los conciertos de Robe de esta gira me pasa algo curioso. Este era el tercero que veía. Estuvimos en Cáceres, porque aquí el que escribe "necesitaba verlo en su tierra". Luego fuimos a Sevilla a verlos en un espacio único e imponente, como es Plaza de España y este pasado viernes en Granada. Pues bien, en cada concierto he sentido una sensación de estar viendo sin duda alguna uno de los grupos más en forma del panorama nacional y además en su mejor momento. Sus conciertos son obras muy metódicas y estructuradas. Robe y sus chicos saben perfectamente qué hacer en cada momento. Con pocas licencias a la improvisación y a la peculiaridad que puede dar tocar cada fin de semana en un lugar distinto. Pero aún así, aún sabiendo que lo que estás viendo es un espectáculo maravilloso, pero metódico y estructurado, siempre acabas volviéndote loco y viviendo cada concierto, como si fuera el único.

Para aquellos osados que no hayáis visto nunca a Robe recientemente, sus conciertos duran más de tres horas. Con una pausa en medio de unos 30 minutos aproximadamente.

La estructura que usa en la definición de los temas a tocar en cada concierto me recuerda mucho a alguna de sus propias obras de rock progresivo y sinfónico. Comienza pausado, con calma, con temas como 'Destrozares', 'Guerrero', 'Puntos Suspensivos' o 'Nana cruel'. Y de repente, decide provocarte el primer gran pinchazo emocional de la noche con un remix en el que mezclan temas de los dos grandes discos por excelencia de Extremoduro y Robe; 'La ley innata' y 'Mayéutica'.

Ahí, Granada enloqueció. Acordes de 'Segundo Movimiento', mezclados con preludio de 'Mayeútica', para posteriormente tocar una parte del cuarto movimiento de este mismo disco y fusionarlo con una elegancia maravillosa con 'Coda Flamenca', de nuevo de la 'Ley Innata'. Sencillamente mágico.

Aprovechando ese momento de locura transitoria de su público, Robe suele intercalar con algún gran éxito de Extremoduro. Este pasado viernes interpretó 'Golfa'. En otros conciertos, el momento melancólico ha sido para 'So Payaso' o 'Standby' por citar algunas.

Antes de la pausa de 30 minutos Robe vuelve a su último disco para interpretar dos de los mejores temas del mismo: 'El hombre pájaro' y la imponente 'El poder del arte'.

Tras la reanudación, ese gran batería que es Alber Fuentes, se marcó un potente solo y comenzaron a sucederse una mezcla de temas míticos de Robe con temas míticos de Extremoduro. 'Ininteligible', 'Sucede', 'Mierda de Filosofía'...

Para entonces el público ya casi no tenía aliento. Pero quedaba la traca final con el tema mítico de los míticos de Extremoduro; 'Jesucristo García', reinterpretado, eso sí, y con unos solos de Wody Amores que tiñen de una belleza absoluta uno de los grandes momentos de la noche.

Yo con la boca seca, el público y no sé si hasta Robe, el grupo se despedía de la ciudad que lo acogió allá por los años 90 con el himno 'Ama, Ama y Ama y ensancha el alma'.

Fue un concierto como los que solo saben hacer los Robe. Y me gusta decir los Robe, porque este grupo es Robe Iniesta en el mejor momento de su carrera y un ramillete de músicos espectaculares que hacen brillar si cabe más aún al Rey de Extremadura e icono del rock de este país.

Larga vida a los Robe.







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