Roberto paró y Piti ejecutó
El Granada CF consiguió en la noche de ayer su segunda victoria consecutiva como visitante, en el Ciudad de Valencia ante el Levante, y apoyado en dos pilares fundamentales que fueron Roberto y Piti.
La 'pantera rosa' de Chantada, ayer de naranja, lo paró absolutamente todo, y demostró una vez más que el hecho de que todo un portero de Champions como Karnezis no haya debutado aún, no se debe a las dudas sobre el griego, sino que responde al estratosférico nivel que está evidenciando el cancerbero gallego, que vive su particular segunda juventud, tras una pasada campaña en la que no se vio como titular hasta la recta final.
Paradójicamente, una de las primeras acciones de Roberto en el partido fue un error, al no atajar un centro sin demasiado peligro colgado desde la banda derecha. Sin embargo, en esa misma acción consiguió resarcirse repeliendo un potente disparo de Diop. Lo que pasó minutos después, no sólo fue decisivo para el marcador final, sino que sirvió para que el '13' nazarí extrajera una espina clavada desde el jueves.
Corría el minuto 23, y el Granada no se podía creer que, después de los dos penaltis que se les señaló en contra en el partido de casa frente al conjunto colchonero, Clos Gómez decidiera volver a señalar los once metros, en una acción en la que Iturra toca balón tan claramente que hasta El Zhar se sorprende cuando ve la señalización de la pena máxima. Mención aparte merece el colegiado aragonés, cuya animadversión hacia el conjunto granadinista es, no sólo manifiestamente palpable, sino casi ofensiva; pero vayamos al fútbol.
Tanto Villa como Diego Costa eligieron tirar su penaltis frente al Granada fuertes y al centro, mientras que Roberto se venció al lado de seguridad de ambos con estiradas que no sirvieron para detenerlos. Pues bien, debió ser que El Zhar había visualizado el encuentro y pensó que a él también le resultaría, pero no contaba con que el arquero rojiblanco no estaba dispuesto a caer tres veces en el mismo engaño. A partir de ahí, Roberto se creció y fue adquiriendo un protagonismo en el partido que no era continuo, ya que el Levante gozó de ocasiones pero no asedió la meta visitante, pero si decisivo, pues en la segunda parte volvió a tener varias intervenciones de bastante mérito, sobre todo en dos oportunidades que se saldaron con sendos tiros potentes y rasos de Baba y -de nuevo- El Zhar.
Y aunque hombres como Buonanotte, Pereira y El Arabi llevaron peligro en sus botas hacia la portería granota, el hombre llamado a recoger el testigo de Roberto para rematar la faena no era ninguno de ellos.
El electrónico marcaba el minuto 78, y las esperanzas e ilusiones de la afición nazarí volvían a renovarse con la entrada de un hombre llamado a ser primera espada de esta escuadra, Piti. El atacante catalán ha tenido que recorrer un tortuoso camino en lo que va de temporada, encadenando lesiones musculares que le han obligado a perderse la mitad de los encuentros disputados por su equipo. Desde su gol en Vigo, sólo había participado -un mes después- contra el Getafe, sólo para ver cómo volvía a presentar molestias musculares que lo apartaban una vez más del grupo.
Éste fue el motivo por el que Piti no llegó al choque frente al Atlético de Madrid, y éste fue el motivo por el que Alcaraz sólo le concedió poco más de diez minutos en la visita del Granada a tierras valencianas. Pero es que, para jugadores de la clase de Piti, diez minutos son más que suficientes. Recién cumplido el tiempo reglamentario, Clos Gómez señaló una falta al borde del área, y Piti no dudó en coger la pelota. La colocó con mimo en el césped, visualizó el hueco que se dejaba ver por encima de la barrera, junto al palo izquierdo de la meta de Keylor Navas, y mandó un pase a la red que el meta local llegó a tocar, pero que no pudo despejar fuera de su portería.
De esta manera, y al igual que hizo en Vigo, el gol de Piti vuelve a valer puntos muy valiosos al Granada. Sin embargo, la mejor noticia, por encima de la victoria, y es que puede ser clave para que lleguen muchas más, es que Alcaraz puede recuperar definitivamente -crucemos los dedos- a un hombre cuya técnica supone un salto de calidad enorme para esta plantilla, y una de las grandes esperanzas de la grada nazarí.