Rousselle y Dimè no pueden en solitario con la bestia blanca (94-80)

El Covirán mantuvo sus opciones gran parte del encuentro, pero un mal tercer cuarto y una reacción tardía llevaron a los rojinegros a una nueva derrota

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Campazzo, Kramer y Cheaham en el encuentro entre Real Madrid y Covirán Granada | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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Partido de resistencia mental el que debía afrontar el Covirán Granada este domingo en el Wizink Center. Con la derrota como pronóstico más probable, los rojinegros saltaron a la pista de la capital con la esperanza y la intención de pelear hasta donde el marcador le permitiese. El parcial de 5-0 de inicio para los locales fue contestado por dos triples de Kwan Cheatham que, tras un intercambio de golpes en los primeros compases del encuentro, dejaban al Covirán con un 11 a 10 en el luminoso. Como era de esperar, el Real Madrid anotaba casi con los ojos cerrados, su talento individual es evidente, pero los de Pablo Pin no pretendían dar la derrota por sentada. Las rotaciones, con hasta cuatro cambios al mismo tiempo dando entrada a Malik Dimé, Jacob Wiley, Jonathan Rousselle y Scott Bamforth a la pista hizo que el Covirán subiese un peldaño más en su intensidad defensiva y ofensiva, lo justo para que los de Chus Mateo no se marchasen tan fácilmente en el marcador (22-19).

Llegado el segundo acto, el Covirán debía focalizar todos sus esfuerzos en evitar los habituales parciales demoledores del Real Madrid. La segunda unidad continuó en pista hasta bien entrado el segundo cuarto pues su implicación estaba siendo, cuanto menos, meritoria de prolongar la confianza depositada en ellos. Malik Dimé libró una auténtica batalla en la zona. Sin complejo alguno, sin entender de nombres o galones, el senegalés plantó cara al mejor juego interior de la competición para que el Covirán pudiese seguir soñando con un milagro que no llegaría a producirse, pero por el cual había que pelear hasta el final. A su heroicidad se unió un Jonathan Rousselle que con dos triples consecutivos colocó el 33 a 32 en el marcador y llevó a Chus Mateo a parar el juego y es que los rojinegros estaban en el encuentro incluso con la evidente superioridad de los locales desde el triple.

Tras el momento de indicaciones, Pablo Pin volvió a mover levemente el banquillo, pero esta vez las rotaciones no provocaron el efecto deseado. Bajó el nivel defensivo de un conjunto granadino que no terminaba de encontrar la confianza necesaria para entrar al aro sin miedo. El juego del Covirán se centró durante varios minutos en buscar continuamente un triple que no llegaría a entrar hasta los últimos segundos del periodo. Llegó a colocar el +12 en el marcador el Real Madrid, en parte por la magia de un siempre estratosférico Sergio Llull. A diferencia de otras ocasiones, este Covirán no bajó los brazos para marcharse con el 51 a 42 a vestuarios.

La esperanza por conseguir una victoria milagro duró lo que Alberto Abalde tardó en abrir el tercer periodo con un triple que ya señalaría el devenir del encuentro. La renta de diez puntos para los blancos se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en un +17 completamente insalvable para un Covirán Granada cuya concentración en la defensa y su acierto en anotación se esfumó en el entreacto. Las pérdidas condenaron a un conjunto rojinegro sentenciado por la solvencia de un Dzanan Musa que no necesita excesivos espacios para hacer de las suyas. Ni él, ni el Real Madrid que tampoco desplegó su mejor juego sobre la pista del Wizink. Tampoco lo necesitó.

Las rotaciones por parte de Pablo Pin llegaron ya pasado el ecuador del tercer cuarto, dejando en pista demasiados minutos a un Cristiano Felicio que no terminaba de dar con la tecla, ni en defensa ni en ataque. Tampoco Costa, Valtonen o Bamforth, ejecutando acciones demasiado precipitadas que siempre acababan en un rebote favorable para los blancos y, por consiguiente, una canasta más que sepultaba las esperanzas visitantes. Como un historia que se repite una y otra vez, al Covirán solo le quedaba mantener la cabeza alta y pelear para que el marcador no reflejase una derrota apabullante y detonante de la poca confianza que en estos momentos de la temporada pueda quedar en un equipo que se ve al borde del precipicio. (77-57).

Luchar por orgullo y por un average general que nunca se sabe si será necesario mirar. Al igual que le ocurrió a Palencia este pasado sábado, cuando se sabe que no hay nada en juego, siempre hay un punto de mejora. El Covirán regresó al parqué del Wizink Center con el cuchillo entre los dientes. Pere Tomàs deslumbró con una intensidad defensiva y cinco puntos consecutivos que, junto con un triple de Jacob Wiley, enmendó gran parte del destrozo realizado en el tercer periodo. Eso sí, el Madrid contaba en pista con jugadores como Alocén, Abalde o Ndiaye. La reacción del Covirán fue tal que Chus Mateo se vio obligado a parar el encuentro y dar entrada a Llull, Hezonja y Causeur para tratar de frenar el optimismo granadino. Jonathan Rousselle volvió a demostrar que la experiencia siempre es un grado. El base francés se echó el equipo a las espaldas para liderar un remontada que no se consumaría, pero que al menos sirve de aliciente para lo que está por venir.

En el mejor momento del Covirán y con doce puntos de diferencia en el marcador, los rojinegros quisieron ponerse por delante antes de siquiera remontar. Triple tras triple, siempre dando en el hierro, la esperanza del milagro se desvanecía y es que en lugar de asegurar puntos, los granadinos apostaron por una vía rápida que, este domingo, no le era favorable. A falta de dos minutos para el final, las opciones quedaban reducidas a cero, la victoria se quedaría en tierras madrileñas (94-80). La sorpresa no fue posible por un tercer cuarto que nunca debió ser tan negativo para los rojinegros. La permanencia seguirá esperando una semana más mientras se reza por una derrota de Río Breogán.

Ficha del partido:

Real Madrid: Abalde, Campazzo, Tavares, Ndiaye, Musa - quinteto inicial - Causeur, Hezonja, Alocén, Deck, Poirier, Lluill, Yabusele.

Covirán Granada: Felicio, Cheatham, Costa, Kramer, Tomàs - quinteto inicial - Valtonen, Díaz, Bamforth, Wiley, Dimè, Iriarte, Rousselle

Parciales: 22-19; 29-23 - descanso - 26-15; 17-23

Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 32 de la Liga Endesa disputado en el Wizink Center.