Rubén Turienzo, embajador de la actitud positiva en tiempos de crisis

rubén
Beatriz Díaz
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Madrileño. De Carabanchel. 36 años. Su corta pero intensa carrera en la comunicación lo han llevado a ser uno de los personajes mas reconocido a nivel mundial en este campo. Su “buen rollo”, cercanía, unas Converse All Star personalizadas y esa sonrisa que siempre lo acompaña hace que llene auditorios y cursos por toda España. Coca Cola, BMW o IKEA lo tienen entre sus filas y su último libro Sm;ile, el arte de la actitud positiva ha tenido una acogida sensacional entre el público.

Licenciado en Historia del Arte y a día de hoy experto en comunicación a nivel mundial en un período relativamente corto de tiempo, ¿ Cómo llegas hasta ahí?

Bueno, la Historia del Arte es Historia de la Comunicación. Lo que con ella aprendes es cómo diferentes artistas a lo largo de la historia han intentado transmitir una serie de ideas.

Es cierto que yo no me he dedicado al arte como negocio por que a mi realmente lo que me interesó fue cómo habían transmitido una serie de ideas (por ejemplo en el Medievo, que no sabían ni leer ni escribir y lo hacían mediante pinturas). Con lo cual al final te enseña mucha comunicación si lo quieres ver desde ese punto de vista.

Pero luego, además, soy una persona muy curiosa que lo que quiere es estar aprendiendo constantemente. Descubrí ciertos estudios sobre psicología evolutiva que hablan de como nuestra cabeza se va amoldando a los nuevos tiempos y de ahí, evidentemente, mi pasión por todo lo relacionado con las palabras y cómo nos influyen.

Entonces podríamos decir que esa curiosidad fue la que te llevó a convertirte en experto en influencia social (y un poco manipulador) de la sociedad...

Vale, la manipulación es trabajar con las manos. Todo lo demás es influencia. Y esta puede ser positiva y negativa. Por tanto, lo que debemos buscar es tener una influencia positiva en lo máximo posible y el mayor tiempo posible.

Llegué ahí no solo por curiosidad, si no por intentar descubrir por qué unas cosas funcionaban y otras no, por qué el mismo mensaje o la misma campaña funcionaba en unas ciudades y en otras no o los mismos libros atrapaban a unas personas y a otras no.

Curiosamente, uno de los libros primeros que estudié y que mas me gustó fue “El Principito” ya que es un libro que gusta a casi todo el mundo, impacta a casi todo el mundo, le hace reflexionar y en el que no importa el sitio donde hayas vivido o la edad que tengas cuando lo leas, siempre gusta. O el caso de “Juan Salvador Gaviota” que según a la edad en que lo leas identificas o descubres una idea totalmente distinta.

A partir de esto, comencé a analizar cómo unos elementos podía influirnos más que otros y cómo el propio mensaje está vivo.

En los tiempos que estamos viviendo, ¿qué te parece ser un influenciador social o embajador de la actitud positiva?

Es muy complicado. Aunque para mí sea mi forma de ver la vida sé que cuando tú le dices a alguien, que se acaba de quedar en el paro o que está luchando por mantener el trabajo, que debe mantener una actitud positiva, muchos creen que no es posible.

El único mensaje que puedo mandar es que, si no lo haces es cuando se convierte en imposible, es decir, no hay otra opción ya que la actitud negativa únicamente nos genera pérdidas.

¿Crees que la crisis que socialmente se vive en nuestro país hoy día lo es como tal? o mas bien, ¿hemos derivado a una crisis existencial los jóvenes españoles?

La crisis económica existe siempre, lo que está ocurriendo es que esta es masiva, afecta a la mayoría de la población. El añadido que encontramos ahora es, tanto una crisis estructural donde la generación de negocio o mercado ha caído, como una crisis orientada hacia los objetivos y hacia el presente; es decir, en la preparación de la generación más joven, porque el mercado decía que así tenía que ser, de repente se ha dicho que ya no sirve, y eso evidentemente deriva en una repulsa social llena de ira.

En otros países vemos que, aparentemente, la crisis no lo es tanto, ¿ha existido una mala gestión comunicacional en nuestro país?

Los españoles somos gente de calle, gente muy social, que comparte todo mucho más. Esto ha hecho que nos hayamos convertido en gran medida en altavoces de lo negativo. Y también porque nuestra cultura es así, no estamos acostumbrados a decir “me va todo genial” porque seguidamente escuchamos un “no lo digas muy alto que mira las cosas como están”.

Deberíamos de decirlo en alto para transmitir esperanza y saber que las cosas se pueden hacer y conseguir.

Tu libro “Sm;le. El arte de la actitud Posivitiva” ha tenido una acogida sensacional y próximamente saldrá “Sm;le 2” ¿qué vamos a encontrar ahí?

Sí, se presenta en febrero y en el encontraremos actitud positiva para parejas.

Para parejas... ¿por qué son objetivo de la crisis?

Sí, y además en dos niveles. Por un lado porque hay parejas que les está repercutiendo la crisis y por otro, todas aquellas que en situación de bonanza económica se habrían separado y sin embargo ahora tienen que seguir juntos. Tanto para unas como para otras, e incluso para la mayoría de la gente, que lo único que quiere es ser feliz al lado de su pareja, desarrollo en 8 pasos lo necesario para ser una pareja radiante.

Te pido un consejo Sm;le para toda la gente que a día de hoy lucha por mantener esa actitud positiva

“Si no te levantas cada día y sonríes a tu proyecto, la mayoría de la gente sólo verá lo que tu proyectes de él”. Si tú no mimas a tu proyecto y a tu persona nadie va a venir de fuera a hacerlo.

Y para finalizar, ¿qué se dice Rubén Turienzo por las mañanas cuando se levanta y se mira al espejo?

Rubén Turienzo se dice: “a darle caña al mundo”.