Rusia abandona Eurovisión 2017
Ha tomado esta decisión después de que autoridades ucranianas decidieran prohibir la entrada al país a la representante rusa en el certamen europeo
Rusia no participará en la 62ª edición del Festival de Eurovisión, que se celebrará en la capital de Ucrania, Kiev, tras la polémica surgida después de que las autoridades ucranianas decidieran el pasado mes de marzo prohibir la entrada al país a la representante rusa en el certamen europeo, Yulia Samoylova.
La Unión Europea de Radiodifusión (EBU, por sus siglas en inglés), que gestiona la comunicación del certamen, ha confirmado en un comunicado que "desafortunadamente, Rusia no podrá participar en la competición de este año".
La razón que arguye Kiev para vetar la entrada a la artista rusa es que ésta dio un concierto en la península de Crimea en el año 2015, sin permiso de las autoridades del país. Rusia se anexionó Crimea en 2014, una decisión que llevó a Estados Unidos y la Unión Europea a imponer sanciones contra el Kremlin y llevó a las relaciones a su peor nivel desde el final de la Guerra Fría.
El pasado mes de febrero, Rusia advirtió de que no devolverá la península a Ucrania por considerar que forma parte de su territorio y que no puede renunciar a su soberanía.
"Después de que a la representante rusa en Eurovisión, Yulia Samoylova, no se le permitiera entrar en Kiev para participar en la competición de Eurovisión de 2017, la EBU ofreció formalmente dos propuestas alternativas al Channel One (Rusia) para hallar una solución que permitiera a Rusia continuar con su participación en el concurso", ha explicado en un comunicado.
La EBU propuso a Moscú que la actuación de Samoylova se retransmitiera no de forma presencial, sino vía satélite, o que, como alternativa, escogiera a otro artista que pudiera viajar legalmente a Ucrania durante la competición.
"Tristemente, Channel One ha rechazado ambas alternativas y ha anunciado que no tiene intención de retransmitir la competición. Nosotros queríamos que los 43 países pudieran participar y hemos hecho todo lo posible para conseguirlo", ha lamentado.
Por su parte, el presidente del grupo de referencia --comité directivo-- del concurso, Frank-Dieter Freiling, ha condenado la decisión de las autoridades de Ucrania de prohibir la entrada a la cantante rusa, subrayando que ésta "socava la integridad y la naturaleza no política de Eurovisión y su misión de unir a todos los países en una competición amistosa".
La portavoz de los Servicios de Seguridad ucranianos confirmó el pasado mes que Kiev había prohibido la entrada al territorio de Samoylova durante tres años por una "violación de las leyes de Ucrania".
Por su parte, el supervisor ejecutivo del Festival de Eurovisión (UER), Jon Ola Sand, declaró en un comunicado que la organización tiene que "respetar las leyes locales del país anfitrión", aunque se mostró "profundamente" decepcionado por esta decisión. "Nos parece que va en contra del espíritu del concurso, y de la noción de inclusión que yace en el corazón de sus valores", apostilló.
Yulia Samoylova (Ujtá, Rusia, 1989), que competiría en el festival con la canción 'Flame is Burning' ('La llama está ardiendo', en español) es escritora, cantante y compositora.
Ha participado en concursos musicales obteniendo gran relevancia, como en 2013 cuando fue finalista de Factor X en Rusia. Además ganó el Golden Star de Alla Pugacheva, e interpretó la canción en la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Invierno de 2014, en Sochi.
La capital de Ucrania acogerá el Festival de Eurovisión 2017 después de que la cantante Jamala, que representaba a Ucrania en la 61ª edición del certamen, se proclamara ganadora del concurso con el tema '1944', cosechando un total de 534 puntos entre las votaciones del jurado y las de los espectadores.
La canción escogida el año pasado por Ucrania, que en 2015 no pudo participar debido a la situación de guerra en que se encontraba con Rusia por el territorio de Crimea, empleaba la lengua tártara crimeana (una lengua parecida a la que se habla en Turquía) y recordaba las deportaciones de tártaros llevadas a cabo por Stalin en la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a que Rusia (que quedó en segunda posición) protestó por el componente político de la canción, los organizadores del evento dieron su visto bueno.