Una ruta de seis días por la Gran Senda de los Primeros Pobladores
El itinerario que nace y termina en Huéscar cruza también Castril, Castilléjar, Galera, Orce y Puebla de Don Fadrique
Diez comarcas integran la provincia de Granada. Son la Vega, la Alpujarra, Loja, Alhama, Los Montes, la Costa Tropical, el Valle de Lecrín, Guadix, Baza y en la parte más septentrional Huéscar. Y aquí nos detenemos para hallar una espectacular ruta que nos permitirá conocer todos y cada uno de los seis municipios que conforman este territorio de gran valor cultural, paisajístico, gastronómico y sobre todo etnográfico único en el mundo.
Se trata de la Gran Senda de los Primeros Pobladores. Un trekking que deja boquiabierto a todo aquel dispuesto a desafiar los 143 kilómetros en recorrido circular con salida en Huéscar que atraviesan -por este orden- Castril, Castilléjar, Galera, Orce y Puebla de Don Fadrique antes de volver al punto de partida. Una alternativa ideal de turismo rural para pasar en familia esta Navidad que puede hacerse tanto en bicicleta como a pie. También por tramos o, como vamos a explicar a continuación, de un tirón en seis etapas a lo largo de tantos días en el mismo lugar en el que, por ejemplo, se halló un diente de leche datado en 1,4 millones de años -Yacimiento de Barranco León- o el fósil que el famoso paleoantropólogo catalán Josep Gibert descubrió en Venta Micena y que pasó a la historia como el 'Hombre de Orce'.
Se trata de una alternativa de lujo que cumple todas las medidas de seguridad decretadas por la Junta de Andalucía, para, en familia o con amigos, poder descubrir nuevos horizontes durante estos días de Navidad. Lo mejor de todo es que, aunque la Gran Senda está pensada para caminantes, también cuenta con itinerarios y trayectos adaptados a la bici. Eso sí, no vale cualquier tipo de vehículo de dos ruedas. Las bicicletas de montaña son propicias para aguantar la angostura de caminos en los que piedras, agua o valles se alternan permanentemente en un paisaje variopinto y singular que muy pocos podrían creer que pertenece a una misma provincia.
EL RASTRO DE LA PREHISTORIA
Pocos itinerarios pueden presumir de tener la capacidad de aunar una sola comarca como la de Huéscar en un recorrido tan relativamente 'corto'. Apenas seis municipios, aunque de una extensión considerable, forman el extremo septentrional de Granada. Un ruta inigualable que vislumbra entornos inauditos. Lugares con marcado acento local que no renuncian a conquistar los corazones de cualquiera que se acerque hasta sus inmediaciones, por foráneo que pueda parecer. Barrancos cortados que quitan el hipo se entrecruzan con glacis: planicies que coronan espectaculares badlands, formadas por cárcavas y cañones a los que el tiempo ha modelado a lo largo de cientos de miles de años en un entorno que un día fue un gran lago que albergó criaturas como tigres de dientes de sable, elefantes o hienas.
El camino tiene su punto de partida en Huéscar, capital de la comarca del mismo nombre. El visitante puede disfrutar de paisajes como el de la Cañada de Parpacen, a la que se llega cruzando el Cañón del Río Guardal. La siguiente parada obligada es Fátima, paso previo a Castril, una de las joyas desconocidas del norte de la provincia de Granada. El río que lleva el nombre de este municipio -el tercero por población de esta demarcación- guarda tesoros que están anclados a paredes verticales en forma de roca. Es la Cerrada del Río Castril. Una suerte de Caminito del Rey malagueño 100% seguro donde el turista llega a mimetizarse con el entorno a pesar de lo inusual de las circunstancias en las que se desenvuelve.
Casi sin darse cuenta, el visitante estará dando un rodeo perimetral por los sistemas montañosos del Altiplano, hasta que en una de esas el río Guardal corta el itinerario para dibujar con su cauce el camino que, en lontananza, permite divisar Castilléjar. Y de allí, mediante formaciones rocosas erosionadas durante miles de años, se abre paso Galera. Cárcavas, travertinos y grutas inusuales nos dan la bienvenida en otro inesperado giro de los acontecimientos paisajísticos. Es entonces cuando aparece Orce, ese fedatario de otro tiempo en pie de igualdad con rastros de la prehistoria como Atapuerca o las Cuevas de Altamira que los oriundos del lugar tienen a un paso de casa. El Museo de Prehistoria de Orce -llamado anteriormente Centro de Interpretación Josep Gibert, en honor a este 'pare d'un altre temps'- ejerce como un alto en el camino idóneo para dotar a la ruta de su necesaria pausa reflexiva.
LA ENTRADA SEPTENTRIONAL DE GRANADA
Allí donde parece que ya termina el recorrido nace Puebla de Don Fadrique, la última frontera de la provincia antes de abrir las puertas de la Región de Murcia. En sus extensos campos la vista se pierde frente a un sendero que está a punto de volver al mismo punto en el que comenzó. Antes de arribar a Orce, eso sí, nos dirigiremos hacia los Campos de la Puebla. Sangre norteña cruza los verdes y anchos parajes de este municipio que ha dado al único mundialista granadino con la Selección Española de Fútbol. La ladera norte del Morrón de los Lobos, el Río Bravatas y el Canal de Carlos III son parte de un recorrido que finaliza allí donde comenzó; en la cabecera comarcal: Huéscar.
Este trekking formado por los seis municipios en cuestión está considerado entre los más atractivos y cautivadores del continente europeo. Lo es tanto por su atractivo cultural e histórico como por su potencial natural. Y a todo lo anterior hay que añadir una oferta de restauración y alojamiento sin igual. Las casas cueva son habituales en esta parte de la provincia. Dormir y comer con una relación calidad-precio inmejorable es también uno de los principales ganchos de tres comarcas -Guadix, Baza y Huéscar- que guardan como oro en paño la llave de oro que abre el baúl de sus maravillas. Pero no te relajes. El relax sólo es la recompensa a una jornada exigente en la que el recorrido pone a prueba tu forma; pero, sobre todo, tu gestión del físico y la capacidad mental de sacar el mayor usufructo psicológico de una buena compañía. Longitud -kilométrica y temporal-, desnivel y sufrimiento bien entendido se concentran en la Gran Senda de los Primeros Pobladores.
El cordero segureño, los maimones, el 'guisaíllo' de arroz o los dulces navideños conforman una oferta gastronómica sin competencia
Después de tanto esfuerzo, toca reponer energías. El cordero segureño es el auténtico protagonista culinario de la comarca. Migas, andrajos y los clásicos maimones o el 'guisaíllo' de arroz 'nutren' una oferta culinaria muy singular y difícil de encontrar en otras zonas de la Península. También hay un amplio surtido de dulces de Navidad, como pueden ser los mantecados, alfajores, rollos de vino o de huevo, también de naranja y manchegos. Una perfecta combinación en la que ejercicio físico, naturaleza, familia o amigos y gastronomía se dan la mano. Y la alternativa perfecta para estas fiestas navideñas.
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