San Nicolás, la iglesia que resurgió de sus cenizas

Este templo enclavado en la cubre del Albayzín adelantó su apertura hace menos de un mes para acoger oraciones por la paz en Ucrania

FOTOS La Iglesia de San Nicolás abre sus puertas tras años de trabajos en su moderna restauración (1) (1)
El altar mayor ha sido pintado por un matrimonio de artistas ucranianos | Foto y vídeo: Javi G. / GD
Rosa Núñez
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La mítica Iglesia de San Nicolás, ilustre monumento ya conocido por todo el mundo en Granada, abrió sus puertas hace menos de un mes tras años de restauración, como se explica en el vídeo que acompaña a esta noticia, disponible en el canal de Youtube de GranadaDigital. El pasado viernes 11 de marzo, el templo comenzó a ver de nuevo pasear por sus naves a múltiples visitantes, después de que, en 2009, se cerrara para trabajar en la intervención de todo el interior.

Unos días antes, el 7 de marzo, el arzobispo de Granada, Javier Martínez, anunció el adelantamiento de la apertura de la iglesia ante la urgencia de la situación en Ucrania, como lugar de oración por la paz, donde se celebran actualmente oraciones con esta intención y eucaristías por parte de aquellos grupos que lo soliciten. De hecho, el 11 de marzo, San Nicolás abrió sus puertas con una eucaristía a las 12:00 horas, a la que asistieron distintas autoridades públicas.

Si bien la iglesia no está terminada totalmente, ya que falta completar aún la fase de decoración (como la del interior de las capillas), la estructura e instalaciones de aire e iluminación, entre otras, están ya listas para su uso diario.

Ubicada en la coronación de la loma del barrio del Albayzín, donde comenzó el origen de la ciudad de Granada, esta iglesia se construyó en estilo mudéjar, terminándose en 1525. Se trataba, según explica el arquitecto Antonio Martín, de un templo muy bien valorado, pero que, en 1932, poco antes de que comenzara la Guerra Civil en España, fue quemado, viniéndose abajo todas las cubiertas y quedándose sin muebles ni decoración en el interior.

La cúpula de la iglesia es una metáfora del paso de la tierra a la divinidad del cielo | Foto: Javi G. / GD

De la oscuridad a la luz

Si bien, a finales del siglo XX, la iglesia se utilizó con frecuencia, sobre todo, para la celebración de bodas, en noviembre de 2009, se volvió a cerrar, pues la restauración anterior no estaba perfectamente hecha y era probable un nuevo derrumbe.

Es en este punto de la historia donde entra Martín, el arquitecto granadino designado por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, que recibió el Premio Europa Nostra en 2007, por la restauración de la Iglesia de San Juan de los Reyes. Según cuenta, cuando llegó la iglesia no tenía prácticamente nada en su interior. Solamente, encontró los restos inferiores de la bóveda gótica, lo cual le pareció un buen comienzo y el argumento principal que seguiría para la recuperación de la alta categoría que había tenido años atrás San Nicolás, pero, esta vez, "con un lenguaje actual, que nos dejase claro que, entre lo original y lo que habíamos hecho, había habido un momento delicado, de tragedia".

La propuesta de esa transición de lo medieval a lo moderno se debió a que, si restauraban las piezas que se habían derruido, "estaríamos haciendo un museo, pero esto es un templo vivo y había que aportar algo más. Intentar imitar los restos originales y que la gente llegara a confundirlos sería como engañar y perder el periodo trágico por el que pasó la iglesia. Frente a la tragedia, quisimos añadir la esperanza", expresa el arquitecto. La bóveda, de estilo gótico, contrasta considerablemente con la vidriera de estilo románico. La primera, sinónimo de oscuridad, la segunda, de luz. Ese fue el mensaje principal que quería destacar Antonio Martín.

El trabajo en la vidriera es actual, no es el mismo que se hacía en la Edad Media, "incluso, el color está tratado de otra forma", asegura el arquitecto. El gran artista Jesús Conde, afincado en Granada, se encargó de la plementería (el conjunto de paños que cubren el espacio entre los nervios de una bóveda nervada) con el manejo tan extraordinario que tiene del color. Inspirado en las cúpulas barrocas, con elementos y colores muy terrenales abajo, hace una metáfora con la cercanía a la divinidad conforme asciende la bóveda, cambiando entonces a tonos celestes, amarillos e incluso blancos. El material de la vidriera es una lona con memoria molecular, deformable en un 500%, según indica Antonio Martín. Los dibujos están impresos a partir de un archivo informático y la luz entra por el tejado, ya que las canales del mismo son de cristal.

Antonio Martín agradece mucho la colaboración de la Asociación Amigos de San Nicolás de Granada, ya que son los que "sacaron esto hacia delante". Se comenzaron a organizar subidas al campanario a cambio de la donación de la voluntad por parte de los visitantes, llegando a recaudar un millón y medio de euros. De esta forma, el templo ya cuenta con aire acondicionado y calefacción, megafonía, iluminación, carpintería y hasta ventanas motorizadas.

Las vistas de La Alhambra desde el campanario de la Iglesia de San Nicolás | Foto: Javi G. / GD

Un templo internacional

Como no había muebles de ningún tipo cuando Antonio Martín se enfrentó a la restauración de San Nicolás, el arzobispado entró en escena para aportar una idea bastante curiosa: que cada capilla estuviera dedicada a una parte de la Iglesia Católica en el mundo. Las miles de personas, en su mayoría turistas extranjeros, que pasaran por el edificio, podrían sentirse un poquito más en casa en alguna de las esquinas del interior del templo gracias a esta aportación internacional en la decoración del mismo. De momento, sólo hay dos terminadas y una tercera en proceso: la primera capilla a la izquierda la pintó un artista milanés, la de enfrente, uno etíope, y como proyectos futuros, se pretende incorporar otra con referencias a América, a Asia...

Por otro lado, el altar mayor está pintado por un matrimonio ucraniano, Arsen e Ivanka. Esta es la mayor curiosidad que esconde el templo y que mucho tiene que ver con la situación que se está viviendo actualmente en Europa: una pareja de ucranianos representa en una iglesia granadina a San Nicolás, patrón de Rusia. Por si eso fuera poco, desde la Diócesis de Granada, se decidió trasladar y colocar también en el altar la imagen de San Andrés, patrón de Ucrania, desde la iglesia homónima, ubicada en calle Elvira, hasta la iglesia de San Nicolás.

Centrándose en las representaciones plasmadas en el centro del altar, Antonio Martín expone que son "una alegoría directa de Cristo resucitado, que sube al cielo y tira de la humanidad, representada en Adán y Eva, que se encuentran en el entorno de la muerte, sobre las tapas de unas tumbas. En la zona inferior, se ven las puertas del infierno rotas en forma geométrica, una iconografía muy característica de Europa del este, rodeadas de todo lo que ata a la humanidad: cadenas, candados, cerraduras, cerrojos, y en un entorno de cenizas y de colores grises, mientras que Cristo resucita en tonos blancos. Tras él, hay dibujadas dos aureolas: una en forma de almendra blanca, que representa la gloria de Cristo resucitado y la otra, redonda, es como una célula, con los tonos rojos y las pequeñas partículas que se ven. Es el origen de la vida, desde el primer instante de la creación, aunque también podría ser el cosmos, con todo el espacio intergaláctico de fondo".

En la zona de la derecha del altar, hay una pintura de San Nicolás, con representaciones de distintos milagros de su vida en forma de viñetas. Todas las pinturas que hay hasta ahora en la iglesia se han realizado durante la pandemia. De hecho, el hijo del matrimonio ucraniano cumplió su primer año de vida mientras sus padres trabajaban en el altar.

Representaciones de la vida de San Nicolás, patrón de Rusia | Foto: Javi G. / GD