Santa Adela siente "pena, tristeza, rabia, indignación"

A Santa Adela se le ha acabado el tiempo. El proyecto de reconstrucción del barrio que debía de llegar antes del 1 de octubre al Ministerio de Fomento ha naufragado en un mar de burocracia y críticas entre instituciones. Para la delegación de Fomento de Mariela Fernández-Bermejo, ha sido el Ayuntamiento de Granada quién ha faltado a su compromiso, al no remitir la información necesaria; para la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, ha sido la delegación de Fomento quién no ha entendido la información aportada y quien ha retrasado, desde enero, el cierre de un proyecto que debía haber sido remitido a Madrid antes del cierre de mes. Finalmente no será así y Santa Adela se quedará fuera de la actual convocatoria del Plan Nacional de Vivienda, lo que condena a centenares de vecinos a continuar viviendo en edificios inaccesibles para la tercera edad o discapacitados, casas plagadas de humedades que, en ocasiones, se caen a trozos.

EL ETERNO TIRA Y AFLOJA ENTRE INSTITUCIONES

"Pena. Tristeza. Rabia. Indignación...", son las primeras palabras que se le vienen a Maricarmen a la cabeza al conocer de boca de este periodista que su barrio y sus vecinos tendrán que seguir esperando una inversión que les permita, tras ocho años de espera, poder mudarse a unas viviendas dignas del primer mundo, propias de una sociedad avanzada. Porque las ilusiones no eran pocas, como explicaba en una entrevista de reciente publicación, en la que aseguraban que estaban "a un paso de la solución de Santa Adela". Ese paso no se ha dado y los motivos no son nada claros.

La versión de la Junta de Andalucía

La delegada de Fomento de la Junta de Andalucía, Mariela Fernández-Bermejo, comparecía ayer ante la prensa para explicar que finalmente su administración no remitirá al Ministerio de Fomento. Y no lo hará porque falta documentación que el Ayuntamiento de Granada debería haber remitido. "Se le ha pedido lo mismo hasta en tres ocasiones", enfatizaba la delegada, quien aseguraba encontrarse "decepcionada" por esta situación porque "no había un compromiso real de sacar esto para adelante". La información que falta, según la delegación de Fomento es:

• No hay un presupuesto 'protegible' de las actuaciones a financiar con el plan; es decir, desde la consejería de Urbanismo no se ha especificado qué cantidad económica es la que requiere el proyecto de demolición y construcción de nuevas viviendas. En este sentido, Fernández-Bermejo aseguraba que el Consistorio ha cambiado hasta en tres ocasiones la cantidad que requería del Ministerio, pasando de cinco millones a una cantidad no especificada.
• No hay propuestas de aportaciones definitivas ni municipales ni del resto de organismos.
• No hay una demostración del estado real de las viviendas a demoler: desde la delegación de Fomento aseguran que era necesaria una memoria gráfica que no se ha remitido.

Para la delegada de Fomento, la razón de que esta iniciativa no haya prosperado tiene que ver con "la falta de definición del proyecto que nos ha enviado el Ayuntamiento, no el desconocimiento o dificultad que plantee", cierra Fernández-Bermejo, quien destaca que con la información que poseen "ni siquiera podemos rellenar la instancia del Ministerio".

La versión del Ayuntamiento de Granada

Para la concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Isabel Nieto, la Junta de Andalucía plantea "excusas absurdas". "Son viviendas sociales y gratuitas, donde se vuelven a instalar los mismos vecinos. ¿Cómo me preguntan cosas tan básicas? ¿Cómo me dicen que no he mandado la documentación? La excusa de la Junta ha llegado en un folio", sentencia Nieto, quien ha defendido que su concejalía ha mandado todos los datos necesarios y que los documentos incluso tienen "nombres y apellidos" de las personas que viven en las viviendas. "Son preguntas de no haberse leído el expediente", declaraba ayer en Radio Granada la edil.

La responsable municipal reitera que aunque las viviendas no serán Viviendas de Protección Oficial, sí contarán con el máximo grado de protección y garantías para los vecinos del barrio, puesto que todos serán realojados; este punto había sido uno de los que habían enquistado el proyecto, puesto que según la legislación andaluza vigente, la Junta no puede financiar este tipo de proyectos si no tienen algún tipo de protección -que puede ser o no VPO-; un extremo este, que se cumple según Isabel Nieto. 

Además, Nieto se queja de que su concejalía ha estado intentando sacara adelante el proyecto de Santa Adela desde enero y que no ha sido en este pasado agosto, cuando la Delegación de Fomento ha comenzado a trabajar en el mismo. "Todo esto es señal de que no quieren poner ni un duro". 

Y precisamente el tema de la financiación pasada y futura es uno de los que ha enquistado más las posiciones entorno a Santa Adela. Desde que el Ayuntamiento se recuerda que las dos primeras fases se sacaron a "pulmón" con dinero municipal y que es tan solo ahora, en la tercera y última fase del proyecto ,cuando se requiere la ayuda de la administración autonómica y central. Por su parte, Fernández-Bermejo reconoce un "impasse" en su delegación entre enero y febrero, aunque esgrime que las últimas obras de emergencia realizadas en el barrio han corrido a cargo de la Junta. "Desde que se ha reactivado el proyecto ha habido tiempo suficiente".

¿QUÉ CLAVO ARDIENDO LE QUEDA AL BARRIO?

Con la incapacidad de adherirse a la financiación del Plan Nacional de Vivienda, a Santa Adela tan sólo le queda esperar. Por lo pronto, en 2016 habrá una nueva convocatoria de este Plan Nacional de Vivienda así como un nuevo Plan Andaluz de Vivienda, que podría salir en enero o febrero del próximo año aunque no hay ninguna certeza de que Santa Adela pueda acogerse a este plan.

Porque al barrio le hace falta una inyección económica todavía por determinar pero que rondaría los 13 millones de euros para hacer realidad la primera tacada de 76 viviendas de la tercera subfase. Así, mientras se aclara cómo y quien pagará la reconstrucción del barrio, los vecinos esperan y sumarán otro año más perdido, a su larga lucha.

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