Se busca tapón que cierre agujero
Con el segundo cuarto del campeonato ya en marcha, y con dos semanas por delante de sobredosis de debates tras el enésimo borrón de la temporada, esta vez ante el Deportivo, el panorama del Granada Club de Fútbol sigue siendo azul oscuro casi negro, aunque como aquella entretenida película de Daniel Sánchez Arévalo, todo es cuestión del prisma con el que se mire ese color. Son solo cuatro puntos en once jornadas, ni una sola victoria y la permanencia cada vez más lejos. Pero aún hay tiempo. Y no lo digo en broma.
Hay mucho tiempo por delante para que el trabajo de Lucas vaya cogiendo poso. Estoy convencido que de aquí a Navidad llegarán triunfos, en plural. Luego hay que descansar bien en las vacaciones y trabajar más y mejor que nunca en el mes de enero, para que los Reyes traigan al equipo justo lo que necesita. Como ven, no estoy hablando de situaciones fuera de lugar. Sino de dejar trabajar al entrenador, que la dirección deportiva ponga su vida en el mercado de invierno y que entre ambos haya sentido común. Con estos mimbres, habrá serias opciones de ir subiendo el nivel jornada tras jornada y lo que hoy parece un milagro, quizás en marzo se haya podido convertir en una realidad.
Ahora bien, para que esto sea así, el axioma de ‘portería a cero’ comienza a ser más importante que comer. En las once jornadas disputadas, solo una vez (en Los Cármenes ante el Sporting) ha dejado el Granada de encajar goles. Así es imposible sumar de tres en tres. Los equipos se construyen desde abajo y ahí es donde Alcaraz tiene más faena. Urge tapar el agujero defensivo. 25 goles en contra son más de dos tantos recibidos por partido. De largo, el peor registro de Primera. Si Lucas encuentra el tapón, el primer gran paso, estará dado.