Se despide febrero, ¿mes del amor y la fidelidad?
Para dar respuesta a esta cuestión, que todos en algún momento nos hemos planteado, hemos recurrido a una de las personas que más ha investigado al respecto, a Jan Havlicek, profesor de la Universidad Charles de Praga.
Las conclusiones a las que ha llegado este doctor a lo largo de sus muchos estudios, son cuanto menos curiosas...
En primer lugar, plantea que existe una relación genética en la infidelidad de los hombres, ya que ha demostrado que en el 65% de los casos, los varones que son infieles a sus compañeras, lo son, porque sus padres lo han sido. Así que habrá que recomendar a las mujeres que vigilen a sus suegros, para saber qué es lo que les espera. Esta relación, sin embargo según Havlicek, no se da en el caso de las mujeres, ya que este hecho, se ha demostrado que tan sólo en el 20% de casos de mujeres infieles, sus madres también lo han sido. Puede ser que este dato referido al sexo débil, haya que cogerlo con pinzas, ya que las épocas en las que han vivido madres e hijas son muy diferentes, y la situación de la mujer, sobre todo referida a su grado de liberación e independencia, puede afectar a este resultado.
Por otro lado, también llama poderosamente la atención, el que los hombres infieles, en más del 80% de los casos, lo son, no por no sentirse bien en su relación, si no simplemente porque quieren tener más sexo, y sobre todo, con diferentes parejas. La variedad, no la plenitud, se convierte así, en la primera causa de infidelidad masculina.
Por el contrario, las mujeres son infieles en ese mismo porcentaje, fundamentalmente porque echan en falta algo en su relación y lo buscan en sus aventuras, algo que no tiene porqué ser necesariamente, de tipo sexual. En este tema, Havlicek también descubrió que las mujeres, saben esconder mejor sus infidelidades, y para ello, en un porcentaje del 70%, fingen orgasmos con sus parejas, para que de esta manera, la sospecha no recaiga sobre ellas.