Se imponen los nombres cortos, sonoros y menos populares

Se trata de un análisis elaborado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de la Estadística del Padrón Continuo del INE

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Foto: IEPP
E.P.
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A lo largo del siglo XX los nombres más populares de niño fueron más frecuentes que los más populares de niña, es decir, José, Antonio y Manuel fueron más habituales que María, Carmen y Josefa, según un análisis elaborado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de la Estadística del Padrón Continuo del INE.

Este registro ha permitido estudiar los cambios en los nombres de los residentes en España, e ilustra algunos rasgos de la reciente historia demográfica. Además, ha determinado que, esta tendencia se ha invertido en el siglo XXI y los nombres más populares de las niñas ya son menos diversos que los de los niños.

"La concentración masculina a lo largo del siglo XX pudo reflejar una tradición de sagas familiares: el varón representaba la continuidad de la familia, la propiedad, el negocio, y el nombre venía más determinado, era menos variable", ha explicado la investigadora del CSIC, Isabel Fernández.

El informe apunta que, a principios del siglo pasado, los diez primeros nombres de niños sumaban el 39,3 por ciento de todos los nombres de niños; en las niñas sólo el 29,3 por ciento1. En las décadas siguientes la concentración fue descendiendo. "Es posible que la asignación de un nombre responda a fuerzas institucionales y sociales, y no sea tan libre como parece", ha apuntado otro de los autores del trabajo, Antonio Abellán.

En este sentido, ha explicado que, antiguamente, los nombres parecían determinados por la tradición de sagas familiares, que ocasionaba cierta uniformidad, salvo en zonas donde el santo del día tenía preferencia, de manera que la capacidad de decisión de las parejas era reducida. "La presión institucional era grande. Predominaban los nombres de José, Antonio, Manuel, María, Carmen y Josefa", ha precisado Fernández Morales.

SE IMPONEN NOMBRES CORTOS, SONOROS Y MENOS POPULARES

Por otra parte, los científicos han indicado que las parejas quieren nombres breves, sonoros, menos populares y menos marianos. Así, predominan los nombres bisílabos, sencillos; desaparecen los nombres dobles compuestos de María; y la letra "a" predomina en los nombres de niños y niñas.

"Es posible que las políticas de igualdad de género hayan arrinconado las formas tradicionales de nombrar a los bebés. La masculinidad, revelada en esa operación de dar nombre a los bebés (supremacía de la concentración de nombres de niños sobre la concentración en niñas), ha pasado a mejor vida. Triunfa la diversidad en el hogar en un contexto de democratización, en que la pareja decide el número de hijos y demás temas", ha apuntado.

A su juicio, "los nombres más populares de niños ya no son más frecuentes que los más populares de niñas y ahora existe otra realidad".

EL 'BOOM' MARIANO DE LOS 60

En los años 60 destaca el doble baby-boom: el de nacimientos y el de la asignación de nombres marianos. De los diez primeros nombres de niña, ocho venían acompañados de María (María Carmen, Ana María, María Dolores, María Pilar, María José, María Teresa, María Ángeles, María Isabel); el nombre de José también se extendió entre los varones, mientras retrocedían los arcángeles, como Miguel y Rafael.

Sin embargo, desde hace unas décadas, se ha producido una inversión en la tendencia. No sólo los nombres de niños y niñas son más diversos, sino que ya hay más concentración en los nombres de niñas. "Los diez nombres de niñas más populares (María, Lucía, Paula, Laura, Marta, Alba, Sara, Andrea, Claudia, Carla) suman 21,9 por ciento de todos los nombres dados a niñas, y los diez nombres de niños más populares se quedan en 20 por ciento, en una tendencia que va del 2000 al 2013", ha añadido la investigadora.

La caída de la concentración puede deberse a un menor poder de las instituciones (Iglesia, sagas familiares), indica la investigadora. Por otra parte, lo funcional, lo práctico y las modas nuevas (con papel relevante de la televisión) entran en el hogar.