Seis formas en las que el alcohol daña tu salud global

El hígado desintoxica y elimina el alcohol de la sangre a través de un proceso conocido como oxidación.

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Foto: E.P
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El metabolismo del alcohol tiene lugar en el hígado y dado que el organismo no puede almacenarlo como ocurre con proteínas, carbohidratos o grasas, su descomposición ocupa el primer lugar en las tareas orgánicas a realizar cuando consumimos alguna bebida alcohólica.

El hígado desintoxica y elimina el alcohol de la sangre a través de un proceso conocido como oxidación. Una vez que el hígado termina el proceso, el alcohol se vuelve agua y dióxido de carbono. Si el alcohol se acumula en el sistema, puede destruir células y, finalmente, órganos. El metabolismo oxidativo lo evita.

Pero cuando tomamos más alcohol del que nuestro cuerpo puede procesar en el tiempo necesario para ello, la sustancia tóxica comienza a cobrarse peaje en el organismo, y empieza por el hígado.

"El metabolismo oxidativo del alcohol genera moléculas que inhiben la oxidación de la grasa en el hígado, por consiguiente, puede conducir a una condición conocida como hígado graso", señala el doctor Ibrahim Hanouneh, gastroenterólogo de la Clínica Cleveland de Estados Unidos en la web de esta institución médica dirigida a pacientes.

El hígado graso, una fase inicial de la enfermedad por hígado alcohólico, se desarrolla en alrededor del 90% de las personas que beben más de entre 45 ml y 60 ml de alcohol al día. Así, si bebes esa cantidad o más en la mayoría de los días de la semana, probablemente tienes hígado graso. El uso continuado de alcohol conduce a fibrosis hepática y, finalmente, a cirrosis.

La buena noticia es que el hígado graso suele ser recuperable al completo en unas cuatro a seis semanas con una abstinencia completa de beber alcohol. La cirrosis, por otro lado, es irreversible y probablemente de lugar a fallo hepático a pesar de la abstinencia del alcohol, según señala el doctor Hanouneh.

Cuando se es un bebedor habitual hay que acudir de inmediato al médico si se nota que la piel toma un tinte amarillento, se siente dolor en la parte derecha superior del abdomen o se experimenta una pérdida de peso no explicable.

Si estás sano, el doctor Hanouneh apunta que no tienes que evitar el alcohol por completo pero que no deberías beberlo a diario o incluso en la mayoría de los días de la semana. Y, si se bebe, los hombres no deberían de tomar más de 60 a 90 ml y las mujeres no consumir más de 30 o 60 ml. Si existe enfermedad hepática o algún otro problema de salud, no se debería beber alcohol en absoluto.

¿CÓMO PUEDE AFECTAR A NUESTROS ÓRGANOS EL ALCOHOL?

Slgunas de las formas en las que el alcohol afecta a la salud son bien conocidas pero otras podrían sorprendernos. Aquí se presentan seis de los efectos menos conocidos que el alcohol tiene en el cuerpo, según señala el especialista de la Clínica Cleveland:

1. Beber hace que el cuerpo trabaje y que no pueda ocuparse de otros procesos

Una vez que tomas una bebida, el cuerpo convierte su metabolización en una prioridad, por encima de procesar cualquier otra cosa. A diferencia de las proteínas, los carbohidratos y las grasas, tu cuerpo no tiene una forma de almacenar el alcohol por lo que tiene que pasar al primer puesto de la cola de la metabolización. Este es el motivo por el que afecta al hígado, ya que es trabajo del hígado el desintoxicar y eliminar el alcohol de la sangre.

2. Abusar del alcohol hace que las bacterias crezcan en los intestinos

Esto puede hacer que estas bacterias pasen a través de la pared intestinal y al hígado, lo que conduciría a daño hepático.

3. Demasiado alcohol es malo para el corazón

Puede hacer que el corazón se debilite (cardiomiopatía) y tenga un patrón de latido irregular (arritmias). Además, el alcohol también aumenta el riesgo de quienes beben de desarrollar presión sanguínea alta (hipertensión).

4. Se puede desarrollar pancreatitis

Esto es una inflamación del páncreas que ocasiona el abuso del alcohol.

5. Beber demasiado aumenta el riesgo de algunos cánceres

Es el caso del cáncer de boca, esófago, garganta, hígado y mama.

6. Puede afectar al sistema inmune

Si bebes a diario, o casi todos los días, podrías notar que coges más resfriados, gripe u otras enfermedades de forma más frecuente que las personas que no beben. Esto se debe a que el alcohol puede debilitar el sistema inmune y hacer al organismo más susceptible a las infecciones.