Sex Museum: "Llevamos un millón de años dando vueltas y no perdemos mucho el tiempo con mierdas"

Pioneros en el panorama, su base de hard rock llega este sábado al Planta Baja

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Sex Museum | Foto: Instagram
Álvaro Holgado
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Pregunta: Después de 30 años en la escena musical española ¿Cómo vive Sex Museum en tiempos de Instagram?

Respuesta: Bien, nos hemos tenido que adaptar un poco a estos tiempos, pero tampoco demasiado. Es una época en la que coexiste todo y sigue habiendo un hueco para nosotros, así que seguimos rodando de aquí para allí como hace una década, dos o tres. En los tiempos de Instagram todo es en apariencia más superficial, pero sigue habiendo gente con mucho rollo y tocando en un grupo como el nuestro es relativamente fácil llegar hasta ellos. Instagram tiene ciertos códigos que hay que saber leer y una vez los entiendes aprendes a acercarte a lo que resulta cálido y cercano y alejarte de lo falso y frio. Llevamos un millón de años dando vueltas y no perdemos mucho el tiempo con mierdas.

P: Siempre se dice que Sex Museum surge en un momento líquido a nivel musical, donde pasada La Movida, se abrió un abanico de géneros y aperturas a nivel creativo ¿Veis similitudes con respecto a lo que pasa ahora? ¿Qué pensáis que ha cambiado?

R: La mayor diferencia que veo es que ahora no hay hueco para casi nada; hay mucha oferta y poca demanda, montones y montones de grupos – algunos muy buenos – y muy pocas posibilidades de asomar la cabeza o de llamar la atención. En la radio, televisión o el resto de las plataformas accidentales, esas en las que oyes música al azar, sin tener que buscar nada concreto y sin prestarle demasiada atención, siempre salimos los mismos. Hay poco hueco para otro tipo de productos o proyectos musicales. Luego es cierto que cada uno puede buscar lo que quiera y encontrar cualquier cosa que se haga en cualquier rincón oculto del mundo gracias a internet, pero el problema es que hace falta mucho esfuerzo para encontrar cosas chulas o diferentes, y en general al final casi siempre se llega a lo mismo. Al consumidor le gusta que le den todo hecho. En mi ámbito todo el mundo oye lo mismo y eso que somos músicos y se supone que cada uno tenemos gustos y estados de ánimo diferentes. Es todo muy estándar y muy poco arriesgado, hay cierto miedo a ser diferente y a hacer locuras, todo lo contrario, a lo que pasaba a principio de los 80s. Y sobre todo la gran diferencia es que ahora hay pánico a equivocarse, a fracasar; antes eso era parte del aprendizaje, ahora si la cagas, te quedas fuera porque se te excluye, todo muy cortoplacista. Los grandes aventureros y los creadores locos ya no buscan la música para desarrollarse, una pena.

P: ¿Vuestro público sigue siendo el mismo?

R: Mucho se ha mantenido, es increíble, tira por el suelo cualquier teoría o previsión que hubiéramos hecho al principio, es increíblemente fiel. Llevamos toda una vida juntos y sinceramente no puedo estar más agradecido porque han permitido que pueda llevar la vida que llevo.

P: Siempre os habéis caracterizado por vuestro directo ¿Creéis que se está perdiendo esta forma de entender la música y se está enfatizando en el producto audiovisual?

R: Es probable. Para nosotros el directo tiene mucha importancia, cada concierto es importante, como si fuera el último. Además, somos perfeccionistas y muy exigentes, así que tratamos de no bajar nunca la guardia.

P: ¿Qué esperáis del concierto de este sábado?

R: Esperamos disfrutar como lo hacemos cuando las cosas salen bien y hay comunión con el público. Fiesta dionisiaca 2.0.

P: Volvéis además a la sala Planta Baja y la última vez estuvisteis en el Bull Festival. Vosotros que habéis estado en todo tipo de escenarios a lo largo de vuestra carrera ¿Qué disfrutáis más como banda? ¿Cuál es la diferencia desde ahí arriba?

R: A mí personalmente lo que más me gustan son los locales de unas 300 o 400 personas con el escenario a un metro de altura, más o menos, techos no muy altos y sin cristalera ni espejos en las paredes. En ese tipo de salas conseguimos sonar lo más parecido a como pretendemos y la comunión con el público es la mayor. También es el tipo de sala que prefiero para ver conciertos. Los festivales no me gustan como público.

P: Ya hace un año desde que sacasteis vuestro último disco, Musseexum¿Cómo sentís que lo ha acogido vuestro público? ¿Tenéis algún proyecto nuevo en mente?

R: El disco ha tenido una acogida muy buena, ha sido sorprendente. Y proyectos, pues todavía no tenemos, pero hay que ponerse a pensar rápidamente, ya toca.

P: Tras una trayectoria de trabajo tan larga ¿Cómo observáis a los que vienen detrás? ¿Qué os parece los grupos jóvenes que están empezando? ¿Qué diferencias hay con respecto a cuando empezasteis vosotros? ¿Se está perdiendo personalidad?

R: No creo que se pierda personalidad, más bien creo que ya no se valora. Las discográficas ya no tienen tanto dinero como antes y eso hace que no se invierta demasiado en proyectos arriesgados porque no hay tiempo para trabajar a los artistas distintos o muy personales. Piensan que el público es tonto y quiere más de lo mismo y se lo dan una y otra vez. Esto es así porque al no haber demasiado dinero, los mecenas y aventureros arriesgados ya no están en el negocio de la música, ahora están en los videojuegos, el porno, las drogas, el fútbol, los medicamentos o las armas. En el mundo de la música ya solo quedan los mediocres y los burócratas que sudan tratando de cuadrar gastos. Muy poca locura y todo muy previsible, una copia constante los esquemas anteriores, y la gente, que no es tan tonta, se da cuenta y le pierde el respeto al músico porque ya no se identifica con él, y ni va a los conciertos en salas ni compra sus discos. Todo se reduce a grandes festivales y descargas gratuitas. Ya no hay lugares ni escenas para que los grupos nuevos se desarrollen. La solución ya se puede ver en montones de bandas: el pluriempleo que les permite poder pagar la hipoteca, pero que a la vez les convierte en músicos de fin de semana. Una realidad muy amateur.

P: Aunque nunca ha sido sencillo, cada vez está más complicado vivir de la música ¿Cómo veis la industria musical actual? ¿Creéis que se está avanzando en las condiciones de trabajo de los músicos o vamos hacia atrás?

R: Creo que la mayoría ya te la he respondido en la pregunta anterior. Y las condiciones trabajo ni han avanzado ni han retrocedido, simplemente nos han convertido en autónomos, carne de inspección fiscal. La música ya no es lugar para genios creativos, ni la música ni ninguna forma de arte, ahora mandan los que saben copiar con estilo y los burócratas. El lugar para la gente con gran creatividad ya no está en arte, está en el desarrollo de los grandes monopolios digitales, en las oficinas de las plataformas digitales que buscan como invadir y controlar la parte de nuestro cerebro que tomas las decisiones. Todo muy Orwelliano. Son tiempos tan complicados que creo que solo el fracaso te hace realmente libre.







Comentarios

2 comentarios en “Sex Museum: "Llevamos un millón de años dando vueltas y no perdemos mucho el tiempo con mierdas"

  1. Una entrevista muy buena, que es poco normal cuando hablas con un musico.

  2. Este hombre está a otro nivel.