Si en Granada tomamos uvas... ¿qué hacen en Praga?

Algunos países tienen costumbre que aquí suenan muy raras para celebrar el año nuevo: quemar barriles, tirar platos, correr con maletas alrededor de la casa...

FIN DE AÑO PLAZA DEL CARMEN GRANADA UVAS NOCHEVIEJA 2
Granadinos comen las uvas de nochevieja en la Plaza del Carmen | Foto: GD
Guillermo Ortega
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En Granada, como en el resto de España, se recibe el año nuevo tomando doce uvas. El que puede y no se atraganta a la sexta, claro. El origen de la tradición no está muy claro, pero hay dos teorías que destacan sobre las demás.

Una dice que todo comenzó en 1882. Por entonces, había gente adinerada que durante la cena de Nochevieja bebía champán y comía uvas. En clave irónica, un grupo de madrileños no adinerados imitaron esa costumbre y se plantaron en la Puerta del Sol para acompañar su ingesta con cada sonido de campana.

La otra versión más extendida asegura que en 1909. en España se produjo una gran cosecha de uva, no se sabe si de calidad pero desde luego sí de cantidad. Así que hubo excedentes y los productores se inventaron lo de que daba suerte y así le dieron salida.

La tradición española se ha exportado a varios países de América Latina. Sin embargo, en el resto de Europa no se comen uvas. Pero sí que se hacen otras cosas. Por ejemplo...

En Italia acostumbran a comer lentejas el último día del año, porque entienden que les dará salud para el que entra. Hay quienes dicen que lo hacen con las ventanas abiertas y que después tiran el plato a la calle, pero ese dato no está ni mucho menos confirmado.

En la República Checa sí que se tiran cosas. En concreto, zapatos. Las chicas solteras salen de su casa y se colocan de espaldas a la puerta, lanzando un zapato por encima de su hombro derecho. Si  cae con la punta hacia la puerta quiere decir que la mujer contraerá nupcias al año siguiente. Por el contrario, si es la parte del tacón la que mira a dicha puerta, tendrá que esperar otro año más.

Escocia, tierra de whisky, salmón, páramos de belleza incomparable y monstruos marinos que pueden existir o no, tiene entres sus habitantes a gente que prende fuego a un barril de madera y lo pone a rodar por la calle. Con eso, dicen, abren paso al año nuevo.

Algunos mexicanos se dedican a correr por los alrededores de sus casas con maletas en las manos para que el año que entra les traiga muchos viajes. Otros tiran cubos de agua por las ventanas (así, de nuevo aparecen) para que se vayan todos los males que hubieran entrado en sus hogares durante el año anterior y barren la casa de dentro hacia fuera para echar toda la energía negativa.

Por último (bueno, la lista podría seguir, hay casi tantas tradiciones como países), en Dinamarca, después de cenar, los hay que tiran platos contra las puertas de las casas de los vecinos. La tradición dice que cuantos más platos rotos tenga uno en su puerta, más seres queridos y amigos tiene.

(Nota: algunos de los datos recogidos en este artículo proceden de una encuesta publicada por el grupo Thyssenkrupp)