Sierra Nevada usa las mariposas como indicadores de los efectos del cambio climático en las especies
El Observatorio de Cambio Global registra, entre otras modificaciones, un ascenso altitudinal de las comunidades de estos insectos
El Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada cuenta con numerosos recursos medioambientales, entre ellos, las mariposas, que están sirviendo de indicador sobre los efectos del cambio climático en este territorio. Estos insectos son muy sensibles a las variables meteorológicas, a los cambios de usos del suelo o a la irrupción de especies invasoras, y mediante su estudio se están observando las modificaciones que está sufriendo su presencia en el parque.
En este sentido, el seguimiento realizado por el Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada desde 2008 ha demostrado que se está produciendo un ascenso altitudinal de las comunidades. Las especies típicas de media montaña se empiezan a hacer más patentes en las zonas de cumbres, mientras que aquellas especies más estrechamente asociadas a las zonas más elevadas van perdiendo densidad y presencia.
El estudio de las comunidades de mariposas se realiza mediante tareas de seguimiento en un total de 21 zonas acotadas para realizar el censo (transecto), que se visitan una vez cada dos semanas entre los meses de marzo y septiembre. Cinco de estos transectos los realizan voluntarios, mientras que el resto los cubren técnicos de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (Amaya), dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, en colaboración con personal del Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada.
Gracias a este seguimiento, se ha podido determinar que la afección del cambio climático en las mariposas no sólo se observa a través de modificaciones en su distribución territorial en Sierra Nevada, sino también en una reducción del número de individuos presentes. Además, mediante este estudio se está demostrado también que el incremento de las temperaturas está afectando al ciclo biológico de estos lepidópteros. Este es el caso de la ‘mariposa apolo’ de Sierra Nevada (Parnassius apollo nevadensis), uno de los emblemas de los paisajes nevadenses cuyos adultos comienzan a aparecer antes cada año.
La montaña de las mariposas
Sierra Nevada cuenta con una amplia representación de mariposas en el macizo, con más de 120 especies referenciadas. Entre ellas, se encuentran especies endémicas y amenazadas, convirtiendo este espacio en un enclave privilegiado para las mariposas diurnas en un contexto europeo. Este espacio natural aglutina a más de la mitad de todas las que viven en la Península Ibérica, tres veces más que las existentes en el Reino Unido (59) y la mitad que en Francia (235) en un espacio considerablemente más reducido, lo que muestra la importancia biológica del macizo nevadense.
La distribución de esta diversidad de ejemplares no es homogénea, sino que se concentra en áreas caracterizadas por unas condiciones de media-alta montaña, con altura en torno a los 1.500 a 1.900 metros sobre el nivel del mar. En total se han identificado seis áreas de especial importancia para las mariposas diurnas en el conjunto de Sierra Nevada. En estas zonas, además, coincide una elevada diversidad con una numerosa presencia de lepidópteros. Es decir, se observa un gran número de individuos (hasta 200 mariposas por cada hectárea) y de multitud de especies diferentes.
Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada
El Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada tiene su origen en una iniciativa internacional impulsada en 2003 por la Unesco, que persigue el estudio de los efectos del cambio climático en las regiones de montaña.
Las montañas se constituyen como laboratorios naturales porque son muy sensibles a los cambios ambientales y están poco afectados por actividades antrópicas. Además, acogen especies extintas en otros lugares o con un área de distribución muy limitada por la altitud. En estos laboratorios, los cambios por afecciones ambientales se producen de forma más rápida y en menos distancia que en otros terrenos a menor altitud.
En cuanto al parque granadino, Sierra Nevada es el único espacio de montaña español que participa en esta iniciativa internacional en la que están presentes otros 27 territorios.
Desde esta experiencia de base, la Junta de Andalucía, con el apoyo científico de la Universidad de Granada, sustenta los estudios de campo que desarrolla el Observatorio de Cambio Global en Sierra Nevada y que abarcan diversas facetas medioambientales. Entre ellas se encuentra la evolución de la capa de nieve en el macizo, el seguimiento de las lagunas de alta montaña, la evolución de especies acuáticas como las truchas o los macroinvertebrados acuáticos, entre otros asuntos. Este trabajo ha situado al Observatorio como referente de seguimiento de cambio global en regiones montañosas a nivel internacional.
Este programa pretende determinar el grado de exposición al cambio al que están expuestos los ecosistemas nevadenses en los nuevos escenarios, su grado de sensibilidad y su capacidad de adaptación al mismo, fomentando su resiliencia mediante las medidas de gestión adecuadas.